Es
posible que sea la hembra primate más popular, superando incluso a
la mona de Tarzán, y a la que siempre recurrimos en cuestiones
estéticas. Pero no conocemos nada en realidad de la famosa mona que
se vistió de seda y mona quedó como dice el dicho popular. Un dicho
incombustible al paso del tiempo y que se transmite de generación en
generación. Sin embargo, la famosa frase tiene un uso despectivo y
peyorativo, desde un punto de vista estético, y será interesante
conocer de primera mano dónde y cuándo surge la frase...
-Yo
soy una víctima del franquismo porque nací mono siendo mona. Eran
otros tiempos y más para una primate como yo, de primera generación
circense obligada a hacer monadas y vestirme de mono. Un día,
hablando con la elefanta, descubrí que podía ser mona siendo nacido
mono. Recuerdo aquella función en que mi adiestrador se preparaba
para salir a pista, con todos los monos en fila india, yo era la
última y aproveché para ponerme un tutú de seda. Salí a pista y
en lugar de seguir el número ensayado hasta la saciedad, me puse a
realizar monadas, con mi tutú de seda, el público asombrado me
observaba hacer monadas, eclipsando al resto de monos y sus monerías
y mi adiestrador rojo de rabia y de ira. Aunque el número no se
interrumpió sí me cayó una buena tunda del adiestrador que me
amenazaba con denunciarme a las autoridades y que me aplicaran la ley
de vagos y maleantes.
-La
cosa siguió y tras tres funciones donde volví a ponerme el tutú de
seda con sus consiguientes buenas tundas, el adiestrador se vio
obligado a dejarme hacer monadas con el tutú porque el jefe del
circo veía negocio, hasta me dieron una bicicleta y pedaleaba dando
vueltas y haciendo monadas alrededor de la pista. Mis compañeros me
cogieron tirria y también me daban buenas tundas pero me aferraba a
mi tutú de seda y soportaba las tundas. Al final, casi desesperada,
decidí hacer funambulismo sin red de protección. Tal vez buscaba
una forma elegante de irme de este mundo, sólo el tutú de seda que
me vestía me daba fuerzas...
-Ya,
bueno... La frasecita de las bowlings de dónde proviene y no vuelva
a contar sus historias con el tutú de seda, bite.
-El adiestrador, un completo reaccionario, no pudo
nunca enjuagar que uno de sus primates se rebelara y mucho menos que
fuera por motivos de género, somos algo más que comedores de
cacahuetes, ¿sabe? El tipo se refugió en la bebida, siempre había
acampado en la misma, y cuando estaba con una cogorza de campeonato,
se subía a la mesa tirando menaje y gritaba: `¡Aunque esa jodida
mona se vista de seda, jodido mono se queda!´. Así era todas las
noches y por todas las localidades donde paraba el circo para hacer
función, hasta que una noche acertó a pasar la pareja de la
Guardia Civil y se lo llevaron al cuartelillo. La frase se ve que se
había extendido por la región porque le pidieron explicaciones por
semejante frase soez y mal hablada. Cuando la cosa llegó al juez y
el adiestrador explico el caso... ¡Imagínese! ¡Un caso de
travestismo lo llamaron en un primer momento! ¡Y encima era un mono!
Tras un examen veterinario y una charla con el párroco, se llegó a
la conclusión de que yo era sencillamente un animal y como tal
estaba libre de culpa, siendo la culpa en tal caso del adiestrador.
Así que le conminaron a tratarme con cuidado y respeto, que si
seguía con esa frase sería enjuiciado por vago, maleante y
pervertido, el cura sospechaba que estaba enamorado de mí el
adiestrador. De todo ello, pude seguir vistiéndome de seda y el
adiestrador pillando sus cogorzas si bien corrigiendo la frase, que
es como ha llegado hasta la actualidad y que seguirá de actualidad
cuando sólo seamos polvo de estrellas.
-Que tiempos aquellos tan incomprensivos... ¿Es
usted entonces mona, mone, monu o moni? ¿Quiere un cacahuete?
The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt
Lake City, Utah
Director
Editorial: Perry Morton Jr. IV
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