Suplemento
viajero cutre de The Adversiter Chronicle
Viaje por la biblioteca
municipal
El
viajero emprende el viaje ilusionado, como cada vez que viaja a la
biblioteca municipal, y entra con una primera parada en el tablón de
anuncios, una costumbre donde el viajero palpa pulso de la ciudad
entre anuncios de clases particulares, habitaciones compartidas para
estudiantes y de vez en cuando alguno interesante sobre alguna
actividad...
No es
una gran biblioteca, es pequeña y coqueta donde no falta una sala de
ordenadores donde quienes se inician en Internet o no pueden
costearse conexión en casa acuden por tiempo limitado asentarse
delante de un teclado, de un terminal donde viajan por la red.
Incluso fuera de horario y hasta en horas nocturnas, siempre hay
alguien aprovechando la señal inalámbrica de la biblioteca. La
sección de novedades, colocadas en dos estantes y en un expositor
giratorio, es parada obligada para el viajero que gusta después de
recorrer las secciones ordenadas alfabéticamente, mirando títulos,
autores, de vez en cuando cogiendo un libro para ojear en su
interior. Aunque siempre los libros parecen los mismos de cada viaje,
sabe el viajero por experiencia que dejando pasar una par de semanas
o más sin viajar a la biblioteca municipal siempre ve algún título
que no estaba en anteriores viajes...
Hay
un apartado de discos compactos donde el viajero suele bucear y raro
es la vez que no encuentra alguno que llevar en préstamo para pasar
al ordenador, ha recopilado una pequeña fonoteca bastante dispar y a
su gusto. Agradece la sección de discos compactos porque le supone
un ahorro y un lujo disponer de discos que poder pasar a su ordenador
y luego la liturgia de coger un CD virgen y grabar temas de la
fonoteca particular. Se complementa la oferta con algunos DVD de
variopintos temas y el viajero se detiene a echar un vistazo. Observa
la sala de reuniones donde se realizan diversas actividades, hay un
grupo de escolares hablando en inglés, puede verlos porque es una
cristalera lo que separa la sala de biblioteca de la sala de
reuniones...
El
viajero ha escogido un libro de informática, algo añejo pero su
ordenador también lo es, del que espera aprender algo de un programa
o aplicación. Las bibliotecarias ya son viejas conocidas y el
viajero lo es para ellas, siempre tienen una sonrisa y una palabra
amable e incluso dar conversación a usuarios y usuarias de edad
avanzada con paciencia...
El
viajero se dispone a dejar la biblioteca municipal y medita que es
una bendición poder disponer de cultura gratuita y reconoce para sus
adentros que la ciudad está bien dotada en ese sentido, al menos al
viajero le facilita el acceso a libros que de otra forma posiblemente
nunca hubiera conocido...
El
viajero suelta un suspiro mientras observa el cielo salpicado de
nubes y decide encaminarse a...
Pero
ése, ya es otro viaje.
The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt
Lake City, Utah
Director
Editorial: Perry Morton Jr. IV
http://theadversiterchronicle.org
theadversiterchronicle@hotmail.es
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