Suplemento
viajero cutre de The Adversiter Chronicle
Viaje con la vista a
través del espejo cortando el pelo
El
viajero se encuentra con un viaje inesperado debido a que su
peluquero está en animada tertulia con una amistad, no parece
cliente porque ya estaba cuando llegó el viajero para cortarse el
pelo. Vencida cierta nostalgia porque la cháchara del peluquero, un
profesional que sabe qué cháchara dar a cada cliente y prudente a
la hora de realizar su trabajo en silencio ante el mutismo del
viajero, se dirige a otra persona, fue entonces cuando el viajero vio
la oportunidad de viajar a través del espejo y apreciar vistas que
nunca se había detenido a observar pese a llevar años como cliente
del peluquero...
El
viajero ve una vitrina con distintos productos, le recuerdan a su
infancia con su madre peinando y echando laca al pelo de la clienta
de turno. Detiene el viajero su vista en unos cuadros en los que
nunca había reparado salvo fugazmente, cuando se reincorporaba en el
asiento tras el lavado de pelo y antes de girar para ponerse de nuevo
ante el espejo podía observar breves instantes los cuadros, luego
frente al espejo nunca se detuvo como ahora...
Son
cuadros de temática del gremio de la peluquería de caballeros,
aunque ahora todos sean plebeyos consumistas, piensa el viajero.
Tienen la estética de principios del siglo XX, cien años que se
dice pronto. Hay una lámina muy atractiva que muestra varios
utensilios de la época. Es entonces cuando aparece ella, eterna su
belleza y sensualidad por la muerte prematura, pero es ella, es
Marilyn Monroe anunciando un producto, posiblemente entre los 50´s y
los 60´s. Es un retrato, sólo la cabeza, su rostro y un poco de
cuello, tiene esa sonrisa suya y el viajero recuerda de pronto lo que
sabe de su muerte y su vida...
El
viaje con la vista se termina de sopetón cuando el paisaje de la
pared a sus espaldas queda eclipsado por su cogote que le muestra el
peluquero sin dejar la cháchara con el que parece una amistad, una
muestra fría y carente de calor humano...
El
viajero paga y el peluquero se digna a prestarle un poco de atención,
sin dejar la cháchara, y el viajero mira el reloj, buena hora para
un cafelito. Se despide del peluquero hasta la próxima y se despide
en secreto de Marilyn mientras sale a la calle y se encamina hacia...
Pero
ése, ya es otro viaje.