Suplemento
viajero cutre de The Adversiter Chronicle
Viaje desmontando el
belén
El
viajero medita sobre el paso del tiempo mientras contempla el belén,
algo grotesco fuera ya de las fechas navideñas aunque el fin de
semana parezca prolongarlo, pero tras el fin de semana llegara un
lunes normal y corriente otra vez, parafraseando al poeta. No es un
belén complicado, es compacto salvo el ángel que está suelto y
permite acoplarlo a la techumbre del pesebre. Lo corona una estrella
de navidad grande, resto de un adorno de árbol navideño que por
alguna extraña razón nunca se sujeta como es debido y el viajero
decidió reconvertirlo de adorno arbóreo a complemento del belén.
El conjunto está rodeado de una especie de guirnalda luminosa que
parece descender de la estrella hasta quedarse estática encima de la escena del pesebre. Eso le comentó una visita, que le parecía una
hermosa y luminosa alegoría. El viajero no dijo nada entonces, uno
por falsa modestia y otra por no discutir de interpretaciones más o
menos alegóricas cuando en realidad el viajero se hizo un lío al
envolver el belén y al final le quedó un manojo de guirnalda que a
su vista parecía más un estropajo que una alegoría luminosa. Sin
embargo, decide bajar la persiana y, una vez a oscuras, enciende las
luces del belén y opina al verlas que con unas cuantas cervezas
encima sí que podría parecer una alegoría de esas...
Tiene
el viajero los embalajes de los distintos elementos que componen el
belén. Quita el ángel, lo mete en su bolsita y procede a quitar la
guirnalda de luces. Al principio es una operación sencillas, sólo
tirar siguiendo el hilo pero algo interrumpe el procedimiento, pega
un pequeño tirón que logra que la estrella se caiga y arrastre en
su caída a la baldosa el cajetín de las pilas, éstas se esparcen
tras el violento aterrizaje y el cajetín ha perdido su parte
superior. El viajero, tras sujetar el belén, se pone a recoger las
pilas, son tres, que parecen querer jugar al escondite, una se ha
metido debajo de la mesa y logra venganza de ser atrapada cuando el
viajero se da un coscorrón con la esquina de la mesa, de esos
dolores craneales tras un golpe inesperado que van en crescendo.
Horrorizado, ve que la tapa se ha desligado de sus ataduras a su otra
mitad, comprobando que la tapa ya no tapa ni se queda sujeta...
Superado
el trance de las luces navideñas, hechas un ovillo y apretujadas de
malas maneras y peores formas por el viajero, guarda la estrella
cerrando cuidadosamente las solapas, pensando que hay por delante
doce meses. Coge la escena del belén, la enfunda en la bolsa y la
mete en la caja, trata de meterla en realidad porque o sobra escena
de belén y ha crecido durante las fiestas o falta caja porque
adelgazó durante las mismas. El viajero saca de la escena del belén
y trata de meterla metiendo la misma de lado. El viajero respira
aliviado mientras cierra las solapas...
Ya
no queda nada, barrunta el viajero para sus adentros tras meter las
cajas en su lugar hasta diciembre. El mueble vuelve a ser un vulgar
mueble despojado de sus inquilinos belenísticos, la estancia pierde
el ambiente navideño y vuelve la rutina de la vida diaria, esperando
ya las carnavaladas. El viajero se ríe para sus adentros con la
dichosa guirnalda luminosa mientras va al baño y...
Pero
ése, ya es otro viaje.
The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt
Lake City, Utah
Director
Editorial: Perry Morton Jr. IV
http://theadversiterchronicle.org
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