The Adversiter Chronicle

sábado, 21 de enero de 2023

ENTREVISTA AL QUE MIRA POR LA MIRILLA

Salimos del ascensor, nadie a la vista salvo las puertas de las distintas viviendas y de repente sentimos que alguien nos observa, suena un móvil detrás de una puerta o un imperceptible ruido que delata a alguien detrás de la misma. Quién no ha sentido alguna vez esa sensación de que alguien nos observa por la mirilla de la puerta...
¿Enfermedad? ¿Obsesión? ¿Simple curiosidad? Entrevistamos a Rufino Saltones, mirón de mirilla confeso tras una bronca reunión de vecinos y que lleva mirando por la mirilla desde el confinamiento por el coronavirus...

-¿Encuentra placer en fisgar por la mirilla, Rufino?

-¡Oiga! ¡Lo mío no es vicio! Yo no miro por la mirilla por placer depravado, lo hago por curiosidad y precaución. Curiosidad por la vecina y precaución por los okupas. De lo primero sí confieso cierto afán visual sin llegar a la obsesión, pero como la mirilla tiene un pequeño aumento se aprecian sus formas en toda su dimensión, pero ya le digo que no es por vicio. Lo de los okupas no deja de ser una triste máscara de la curiosidad. A fin de cuentas, si quisieran entrar en otra puerta no tengo visión más que de la puerta de enfrente que, casualidades, es la de la vecina objeto de mis observaciones. Por que son observaciones, no ese afán de acosador que denunciaba la chismosa del cuarto, que sólo lo hace por envidia, que hasta quería alquilarme el piso en frente al suyo para que la mirara por la mirilla, hay que estar realmente enferma para que haga esas proposiciones... ¡Si el piso de enfrente a su puerta está vacío y no puede mirar por la mirilla no es mi maldito problema ni motivo para que se me acuse de lo que no soy!

-¿Y lo del confinamiento?

-¡Qué maravillosas dos semanas las del confinamiento que resaltó la virtud, ahora objeto de persecución, de mi hábito de mirar por la mirilla! ¡Cuánto agradecía la sociedad que alguien velase por el bienestar colectivo y el cumplimiento del confinamiento domiciliario! Ahí comprendí que esto de la mirilla es como estar en un submarino, atento a los sonidos y detectando los sospechosos como abrir de cerraduras, de la puerta del ascensor... Durante dos semanas era un héroe entregado a la causa, posiblemente desde el desmoronamiento de la URSS que nunca se había valorado tanto a quienes miramos por la mirilla, incluso a segundo plano pasó la vecina. Mire, mire, me brotan lágrimas recordando aquellos maravillosos días del confinamiento domiciliario.

-Así que submarinista presto a meter un torpedo a su vecina...

-¡Hombre, dicho así parezco un obseso! Es que no tengo más vistas desde la mirilla, el ascensor lo pillo de refilón. Requiere una metodología de desplazamiento por pasillo silenciosa, sin hacer ruido que me delate. Y nada de móviles que suenan en el momento más inoportuno. Esto es un arte al alcance de muy pocos, no se vaya a creer. He pillado ya dos veces al del izquierda apartando mierda con el pie debajo de los felpudos, como lo oye, debajo de los felpudos. Un buen momento de observación, que sana y saludable observación es lo que realizo, simple y sana observación; un buen momento es cuando pasa la limpiadora porque no hace más que golpear sus herramientas de limpieza contra las puertas y pasa desapercibido y enmascarado el ruido que yo pueda hacer al observar por la mirilla. Y tiene sus riesgos para la salud, el ojo izquierdo se ha especializado en mirar por la mirilla y veo peor de lejos, un gasto en gafas inesperado. ¡Además todo el mundo mira por la mirilla, que no lo nieguen!

-Si nadie lo niega...

The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
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