Se
esperaba con incertidumbre el debate en el Senado entre el presidente
del Gobierno y el principal líder de la oposición. Lamentarse del
tiempo de intervención de cada orador y las reglas del Senado para
debates es lamento estúpido ya que tanto los dos protagonistas como
analistas y periodistas saben de sobra que debatir en el Senado no es
lo mismo que en el Congreso. Se habla de que Núñez Feijoo lanzó el
órdago esperando que Pedro Sánchez rehusara recoger el guante,
cuesta creer que los equipos respectivos de asesores recomendaran
desafiar contando que no se aceptaría por la otra parte. Lo más
destacado, el resultado no va más allá de un insulso partido
veraniego simulacro de debate parlamentario y los posteriores sesudos
análisis en gallineros televisivos, estriba en las promesas de Pedro
Sánchez...
Y es
que el PSOE perderá en las elecciones generales, anticipadas o no,
por los embustes y las promesas incumplidas. Afirmó en el debate del
Senado que no habrá cortes energéticos cuando desde el momento en
que Alemania las haga realidad el resto de la Unión Europea seguirá
el ejemplo. El intento de la mal autodenominada mayoría parlamentaria
progresista no funciona. Ha fracasado el discurso guerracivilista,
soflamas más propias de 1936 y propuestas trasnochadas de dictadura
estatal amparada en el servicio a las clases desfavorecidas para
imponer la dictadura caduca de izquierdas. La sociedad española ya
ha demostrado que sabe sobreponerse y las actuales circunstancias de
guerra, aunque aún no se haya declarado oficialmente, impondrán la
dura y cruda realidad del peor de los escenarios que ya toman forma
como es el corte total de suministro de gas por parte de Rusia.
La
actual coalición de gobierno y sus aliados parlamentarios, todas
salvo el PNV, defienden tesis muy dignas en tiempo de paz pero
inútiles ante la realidad de la guerra. Ayudar a gobernar y
debilitar al Estado es la máxima de los aliados del gobierno
socialista del socialismo del señor Pedro Sánchez. En cuanto al
socio de gobierno, la señora Yolanda Díaz parece querer insultar
constantemente la inteligencia de quienes no la votan y demostrar a
quienes la votan que son los más inteligentes. Hace tiempo que por
coherencia con sus tesis ideológicas hubieran roto la coalición y
dimitido de su poltrona, amaga pero al final traga los sapos que
vende como victorias y barricada de libertad. En cuanto a
independentistas, unos mejor apartaban de la representación a
miembros confesos de ETA y los otros se dejaran de engañar a sus
votantes, cosa que no ocurrirá y que obliga por tanto a Pedro
Sánchez o a convocar elecciones anticipadas o sacrificar el
progresismo cuando comience la ofensiva rusa y la Unión Europea
escale un peldaño más en la economía de guerra no declarada.
Las
próximas elecciones generales serán el fracaso del autodenominado
progresismo, aplicado de
forma excluyente. La encrucijada política se encamina a una nueva
lucha entre las democracias y los totalitarismos imperialistas tras
los totalitarismos ideológicos del pasado siglo. Hace falta tiempo
para alcanzar los objetivos de independencia energética en Europa y
el régimen de Putin no tiene prisa sabiendo por los informes de las
embajadas que la ciudadanía europea está dividida y poco preparada
para combatir. Se prepara una ofensiva rusa con el objetivo de
negociar a partir de su posición de fuerza, la concordia
internacional está dando paso a una nueva concentración de alianzas
y contra alianzas de tan funestos resultados finales como fueron dos
guerras mundiales y lo que menos se necesita en estos momentos es
miopía política, utopías para vivir de las poltronas y socios y
aliados de gobierno que ven en el orden mundial apoyado por Rusia y
China el apoyo necesario para sus independencias, más bien
pendencias entre ellos mismos de puertas adentro, no sea que se
enteren sus votantes del engaño amparado y perpetuado
institucionalmente en una deslealtad intolerable...
Así
de simple y complicado.
The
Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
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