The Adversiter Chronicle

jueves, 15 de septiembre de 2022

"Lomo con tapas", suplemento literato cutre

Suplemento literato cutre de The Adversiter Chronicle

Libro:
Las mujeres de los nazis
Autora: Ana María Sigmund
Editorial: Plaza & Janés Editores S. A.
Traducción: Carlos Fortea
Edición: Primera edición, marzo de 2000

Cuando se aborda el periodo nazi en Alemania hay lugares, imágenes y documentos que tratan de comprender el ascenso del nazismo. La propuesta de hoy es un viaje a la Alemania nazi de la mano de un grupo de mujeres representativas que fueron compañeras y cómplices. Lejos de detalles truculentos, personalidades depravadas y casi inhumanas, la autora nos narra sus biografías. Mujeres de su tiempo en una sociedad donde la mujer iba escalando posiciones de igualdad con los hombres que sin embargo apoyaron una ideología que las relegaba a serviles mujeres para atender el descanso del guerrero y engendrar futuros soldados. Sin embargo, vemos a mujeres que fueron madres, que tenían sueños e incluso militaron en las filas socialistas. Un viaje donde el nazismo va logrando ascender en poder y cómo gente corriente alcanza altas cotas de poder sin importar el precio a pagar. Cuesta creer que la mujer de Goebels se entregara hasta el paroxismo a la personalidad de Hitler o su propia sobrina que eligió el suicidio. Libro que nos mete de lleno en la atmósfera de irrealidad que llevó al desastre a toda una nación como Alemania...

Ana María Sigmund nació en la pequeña ciudad de Waldhofen/Thaya (Austria), donde asistió al colegio y al instituto. En Viena se licenció en magisterio y dio clases en una escuela primaria. Estudió Historia e Historia del Arte en la Universidad de Viena, y en 1982 se doctoró en Filosofía. Posteriormente trabajó para la cadena de televisión ORF y colaboró en importantes exposiciones históricas sobre Austria. Ha publicado numerosos artículos sobre los Habsburgo y el historicismo. Está casada con un catedrático de matemáticas y vive en Viena.
Datos sacados de la contraportada y actualizados al año de edición, más de dos décadas, y en Internet podéis encontrar más información sobre la autora. A continuación unas breves reseñas que os inciten a su apasionante lectura:

La mujer en el sistema nazi...
Junto al apoyo social y material, extremadamente generoso, de lo que más se beneficiaba el agitador político era del culto a la personalidad que sus seguidoras le dispensaban. `Creo que incluso han sido las mujeres las que han acuñado la expresión 'mi Führer'´, manifestaba Hitler con satisfacción. Como a los hombres, Hitler sabía manipular magistral e individualmente a las mujeres y utilizarlas para sus fines. Caer rendida a los pies del Führer era condición sine qua non para ser admitida en el círculo de la élite femenina nacionalsocialista. La fascinación de Hitler les hacía olvidar el programa del NSDAP, único en el panorama político alemán en lo que a desprecio de las mujeres se refería. Las mujeres eran bienvenidas como afiliados normales, cotizantes, pero: `Una cosa tiene que estar clara: el hombre es el único que puede ser juez, soldado y guía del Estado´, anunciaba el teórico nazi Rosenberg. La `emancipación d ellas mujeres de la emancipación de la mujer' era la doctrina básica del movimiento nacionalsocialista. La elevación de Alemania estaba considerada un `acontecimiento masculino´. Ya en 1921 el congreso del partido estableció por unanimidad que `una mujer nunca podrá acceder a la dirección del partido y a la comisión ejecutiva del mismo´. Había que salvar de la decadencia al pueblo, la raza y la cultura. Y no se confiaba en las mujeres para eso.”

Carin Goering...
"La propia Carin Goering entendía el nacionalsocialismo como religión sustitutiva, de forma similar a la Agrupación Edelweiss de su abuela. Para ella, en este movimiento parecía fundirse todo lo bueno, idealista y noble. A su manera excesiva, místico-ensoñadora, reverenciaba a Hitler como a un Mesías que habría de liberar a Alemania del yugo de las potencias vencedoras y guiarla hacia un futuro de esplendor. `Y una se siente tan impotente ante todo esto que en el único que en este caso, como en todos, pongo toda mi esperanza, es Hitler, cuando empuñe el timón de este barco que se hunde...´, escribía a su madre el 4 de enero de 1931. Para Carin, Hitler era `un genio lleno de amor a la verdad´, admiraba su lucha `caballeresca´ y su `decencia´. A pesar de todos los reveses, jamás dudó de la victoria del movimiento. Ella encarnó el prototipo de nacionalsocialista `idealista´ cuyo ciego entusiasmo borraba toda capacidad de pensar por sí mismo. En octubre de 1933, durante el proceso por el incendio del Reichstag, Goering visitó la tumba de su fallecida esposa en Suecia y depositó una corona de hojas verdes en forma de cruz gamada. El 8 de noviembre, unos desconocidos pisotearon las flores y escribieron sobre la lápida adornada con cruces gamadas una inscripción en sueco: `Nosotros, algunos suecos, nos sentimos ofendidos por la profanación del alemán Goering. Descanse en paz su antigua esposa, pero que nos ahorre la propaganda alemana en su tumba.´ Esta fue para Goering la señal para levantar en su pomposa finca rural de Carinhall, entonces en construcción en el idílico paisaje de bosques y lagos de las landas de Schorf, un mausoleo subterráneo, y llevar a cabo el traslado de la fallecida.”

Magda Goebbels...
El hombre al que Magda Quandt pronto habría de calificar como su dios estaba lleno de ensoñaciones sentimentales, pero era al mismo tiempo cínico, malvado, vengativo e incapaz de sentir compasión. Su contradictorio carácter era polifacético y conjugaba sin esfuerzo una mesiánica visión de sí mismo, complejos de inferioridad, ansia de redención y voluntad de aniquilación. Su pulida retórica arrastraba y su trabajo propagandístico fue genial. Goebbels sólo era leal a Hitler, al que idolatraba. A muchos les resultaba inquietante, y muchos le evitaban. Sus contemporáneos le atribuyen un efecto tan repelente como fascinante. Esto último valía para Magda. `La ideología nacionalsocialista se adueñó de su imaginación como nunca antes, pero mezclada con los restos de la doctrina sionista que su viejo amigo Arlosoroff le había inoculado´, escribió en sus diarios la periodista Bella Fromm. El escenario nacionalsocialista berlinés, lleno de fanatismo, brutalidad y agitación, ejercía sobre la cultivada Magda la sorda fascinación de una plaza de toros. Aquí estaba la `verdadera vida´, en la que había que participar. Y Magda sentó las bases de su futuro.”

Eva Braun...
Por casualidad, su padre oyó decir que una tienda de fotos de la Schellingstrasse, en el barrio de Maxvorstadt, necesitaba colaboradores, disponía de grandes encargos del NSDAP. Eva se presentó a lo largo de septiembre de 1929 en el estudio de Heinrich Hoffmann y fue contratada como aprendiz de fotografía, vendedora y chica para todo. En esa función estuvo muchos años. La vida y la actividad de la casa Hoffmann le gustaban y le recordaban, lejanamente pero de forma romántica, el mundo del cine. Eva extendió el sueño de ser algún día estrella de la pantalla más allá de la adolescencia, y se trató de una ensoñación que le acompañó a lo largo de toda su vida. Más adelante, en Obersalzberg, se imaginaba que -tras la victoria final del nacionalsocialismo- interpretaría el papel principal en una gran producción de Hollywood y de ese modo el mundo conocería la historia de su vida con Hitler. Pero en 1929 esos sueños aún eran futuro, y Eva aprendía a fotografiar y revelar películas. Pronto se convirtió en su hobby. Al elegir su centro de trabajo, Eva había sentado las bases de su vida: en octubre de 1929 conoció allí a Adolf Hitler.”

Breves pinceladas de un cuadro que nos muestra, aparte de las citadas, a Leni Riefenstahl, Emmy Goering, Geli Raubal, Henriette von Schirach y Gertrud Scholtz- Klink. Ideal para comprobar que en el contexto de la época el nacionalsocialismo era una teoría camino de llevarse a la práctica y que transformó a gente corriente en fanáticos y también en fanáticas. Ideal para amantes de la intrahistoria de la Historia, lectura de mesita de noche, guardias nocturnas y convalecencias de sofá. Se devora de un tirón y ofrece luz de los años previos del ascenso de Hitler al poder y la intimidad de quienes hoy son reconocidos fanáticos asesinos de masas pero que también se enamoraban y tenían sentimientos, todo ello teñido por la ideología nazi y la lealtad a Hitler.

The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido

Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
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