Suplemento
televisivo cutre de The Adversiter
Chronicle
Temporada televisiva de
guerra de audiencias y declive de la televisión pública
Comenzó
la temporada televisiva y lo más destacado es la guerra de
audiencias entre Antena 3 y Tele5 donde el declive y decadencia de
Sálvame arrastra al resto de
programas. No hay grandes novedades salvo el interés por la que fue
la noticia del verano con el paso de Sonsoles Ónega a la competencia
para sorpresa de propios y extraños aunque aún no se sabe mucho de
su nuevo programa en Antena 3 salvo que será por las tardes en
competencia por la audiencia con Jorge Javier y su troupe de
copresentadores y colaboradores con la presencia del embustero
patológico del José Antonio Avilés dando el nocivo ejemplo de que
puedes mentir en tus informaciones, aparentar ser periodista cuando
en realidad es un cantamañanas que se inventa sobre la marcha las
noticias y tener un trabajo televisivo sin falta de tener estudios.
Destacar que vuelve a las tardes del fin de semana Emma García
tras la defenestración de su programa y seguramente con el mismo
programa tras las dos primeras semanas con alguna novedad para
finalmente volver al mismo formato...
Y
regresó Jorge Javier, que según sus propias palabras y tras el
fallecimiento de la Mila Ximénez a lo que se suman unas vacaciones
accidentadas con el mal de altura, regresa hecho un adulto. Sin
embargo, de momento no muestra síntomas de adulto comparado con el
Jorge Javier de la anterior temporada. Nada más llegar, y en un
ejercicio de autosuficiencia, convocó a España a manifestarse contra la tauromaquia en ese tono de inquisidor, de mulá con la
verdad absoluta de o estás con mis tesis o eres un puto franquista.
Un ejemplo es lo sucedido con Tamara Falcó donde a raíz de su
cancelación de boda con su prometido un día afirma que Tamara es
ortodoxa católica y aristocrática aprovechando para soltar sus
soflamas de republicanismo papanatas y al día siguiente babea y pica
el anzuelo ante la acertada y bien asesorada Tamara Falcó que dio
las gracias y pidió perdón a Sálvame
logrando que Jorge Javier olvidara sus prejuicios contra la
aristocracia, la Monarquía constitucional, los toros y hasta su
complejo desde que cumplió cincuenta años. Es cierto que Jorge
Javier es un animal televisivo que tiene su encanto, tenía más
cuando era sólo periodista-presentador y no actor aficionado que
presenta actuando, pero es bastante torpe a la hora de diferenciar
entre manifestar una posición ante un tema y ejercer de inquisidor
con la verdad absoluta.
Y
hubo relevo por dimisión en RTVE, una televisión pública que se
hunde en las audiencias con una programación sólo digerible para
usuarios de hospital en protocolo de contención ante la pantalla de
un televisor. Lejos de vertebrar y contribuir al concepto de nación,
la programación se basa en programas dignos de una televisión local
y unos informativos que no son tales, con tertulianos portavoces al
poder de turno, sin producción propia digna de ser vista salvo
honrosas excepciones como Tendido Cero, La Noche Temática y algún
que otro programa cultural sin añadidos orientando el voto. Una
decadencia absoluta motivada por un absolutismo donde la opinión
contraria es denostada en las cortinillas y rótulos, donde no existe
el análisis informativo imparcial y ausencia total de los intereses
que deben mover a una televisión pública. Sus profesionales capean
el temporal como pueden y sobre todo como les dejan. RTVE debería
ser una referencia de televisión pública en Europa, recuperar la
producción propia a la vez que vertebrar un país de paisanajes
alentando el conocimiento y el pensamiento independiente. Es cierto
que el gobierno de turno tenga preferencia pero no dar voz a las
voces opositoras es cercenar el servicio público de informar e
instruir de manera que incentive y atraiga espectadores.
Así
que a disfrutar de la guerra de audiencias que garantiza que se
buscarán programas y programaciones que atraigan la fidelidad de la
audiencia y ver cómo RTVE corrige el rumbo o si se hunde
definitivamente ante la perspectiva de un 2023 de citas con las
urnas. Pedir que se mire por la mayoría con programas y programación
digna de llamarse tales suena a chiste y utopía cuando se vende una
imagen de la realidad que es irreal. Así como la guerra de
audiencias promueve la diversidad de programas de calidad, tertulias
que atraigan por las opiniones diversas que permiten comparar,
politizar la televisión pública de todos es un ataque a los valores
democráticos, al derecho a estar informados con objetividad y a la
exigencia de calidad que diferencia una televisión pública de una
privada que sí tiene derecho a una línea editorial partidista...
¡Y
es que la televisión es nutritiva, que decía el poeta!
The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt
Lake City, Utah
Director
Editorial: Perry Morton Jr. IV
http://theadversiterchronicle.org
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