Suplemento
televisivo cutre de The Adversiter
Chronicle
INFIERNO EN EL
PARAISO
(O
cómo tomar achicoria pensando que es café)
Tras el páramo televisivo que ha sido el pasado mes de
agosto, con refritos, películas ya vistas, gallineros tertulianos y
pobres sustitutos veraniegos de programas en descanso vacacional,
llega septiembre con un nuevo concurso de telerrealidad en Tele5. GH
está en suspenso hasta que se termine judicialmente el entuerto de
las relaciones sexuales entre una pareja de concursantes en pleno
estado de pedete lúcido él y rendida al sueño ella tras una de
aquellas fiestas nocturnas de GH donde la velada era abundantemente
regada en alcohol con el resultado final de relaciones sexuales con
penetración no consentidas y el burdo intento de solucionarlo de
puertas para adentro de la organización y que la Justicia debe
dirimir si fue un delito de violación...
El formato es el archiconocido de juntar a varios
concursantes en el entorno cerrado de una granja con sus animales de
cuadra y de corral sin faltar la cochiquera. No es de fisgar las 24
horas y se basa en gala y debate en ver enlatados, tanto de pruebas
como de convivencia. Opinamos que es un lastre esa condición de ver
imágenes
enlatadas y editadas como falso directo. Ha sido una
pequeña desilusión y el elenco escogido, una combinación de
famosetes, famosos venidos a menos y juventud carne de redes
sociales, postureo televisivo y sin remilgos si se tercia rollete y
folleteo ante las cámaras. Lo de cuidar los animales y las pruebas
sólo son una excusa para nutrir los programas de pifostios de
convivencia. Presentan el Carlos Sobera y Lara Álvarez, encasillada
en formas, maneras, gestos y muecas que no hacen más que aumentar la
sensación de estar en una especie de vivir incomodidades, hambruna y
trabajos como en la isla pero en una granja. Compadecemos al capataz
si espera sacar auténticos labriegos de un grupo que tiene más
miedo a manchar la ropa con estiércol que aptitudes granjeras.
Y es que han elegido a famosos de segunda división,
tendentes a la escandalera discursiva y argumentaciones a gritos.
Perfiles de personalidades extravagantes, narcisistas, manipuladoras
y mete patas. Citar a Mónica Hoyos, el inefable del Pipi Estrada, la
Lucía Dominguín y sus flores craneales y posiblemente la más
famosa, pese a no ser nada y casi nadie, de Gloria Camila hija del
torero Ortega Cano y la difunta Rocío Jurado. De la juventud de viceversas y viceversos, ambos habitantes de multiversos digitales,
hay de todo como en botica aunque no conocemos a nadie. No hay
alguien que destaque y hay que destacar al hermano de Jesulín, el
Víctor Janeiro, y destacarle ya es indicativo del bajo perfil de los
concursantes del famoseo televisivo.
El concurso se ve porque no hay alternativa de
telemierda al formato de derivado de GH metamorfoseando el formato de
la granja, un Supervivientes agrícola podría decirse y que deja ese
sabor de cuando algo es sucedáneo de otra cosa. Hay los alicientes
de las pruebas y el único motivo verdadero es por las grescas de
convivencia porque tienen cama, tienen techo y tendrán recompensas.
Compadecemos al capataz y al dueño de las instalaciones, lo de los
animales será cosa de las protectoras de bichos porque la
convivencia con los humanos del concurso puede acarrearles serias
patologías veterinarias. Es tomar una achicoria preparada en
cafetera, servida en tazas de café y degustarlo como si fuera
auténtico café cuando sólo es achicoria...
Y Steisy pasada de rosca.
The
Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
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