Comer sano con sucedáneo de carne vegano
El ministro del ramo del consumo en el Reino de España, ha recomendado a la población que no debe comer carne por ser insano. Dejando aparte que comer un triste filete de aguja al mes es todo un lujo para una gran mayoría, se hace necesario analizar alternativas sanas según la directriz ministerial y nada mejor que probar la alternativa de moda, que no es otra que comer cosas vegetales que parecen, saben y cuestan como la carne de ternera de primera categoría. Nadie mejor que nuestro asesor en temas científicos para esclarecer las dudas ante la perspectiva de alimentarse de conglomerados vegetales con aspecto de cosas ricas, insectos de criadero sin olvidar las algas...
-Ahí
va! ¡Una gaviota con un gato en el pico! ¡Ya no se conforman con
las migajas de las tapas en la terraza hostelera que ya se comen
hasta las mascotas!
-¡A
ver! ¡Oh, ya se ha ido!... En fin, prosigamos el procedimiento
comparativo. Veo que la ha puesto en la sartén, le damos candela y
veamos... ¡Mmmm! Chisporretea y suelta aroma de auténtica
hamburguesa. Es evidente que lo que no se consigue de forma natural
para un sucedáneo nada mejor que aditivos aromáticos. Podemos
apreciar que tras la vista, el órgano pituitario capta ese aroma
inconfundible de la carne de vacuno... ¡Muy conseguido, muy
conseguido! Sabía de los avances en Singapur de la carne sintética
de pollo, pero me sorprende la industria alimenticia vegana de lo
logrado en sucedáneos de carne y de las hamburguesas veganas en
particular. Sorprendente, muy sorprendente...
-¡Hasta
suelta espuma como cuando se hormona a las terneras!
-Cierto,
cierto... Pues una vez frita al gusto, llega la hora de la cata con
el sentido del paladar... Tierna al corte, que presenta un aspecto de
hamburguesa de carne auténtica, sin trazas de berzas o nabos en
apariencia... ¡MMMmmmm! Debo quitarme la boina ante el maravilloso
sabor a carne de vacuno con trazas de otras carnes... ¡Está
deliciosa, pero deliciosa! Mire el corte, mire, idéntico al
original. Desde luego hay que reconocer que la hamburguesa vegana
sabe idéntica a la hamburguesa de verdad de toda la vida. Supera la
sopa de cocido de sobre y el cocido madrileño de lata y desde luego
superior a las lentejas de laterío e incluso de las salchichas de
marca blanca. Es como si fuera carne, es magnífica. ¡Lástima que
no traje más!
-Verá
profesor, le di el cambiazo cuando lo de la gaviota. Yo no tengo nada
en contra de esas mierdas y sucedáneos vegetales, pero me agencié
un paquete de seis hamburguesas de toda la vida, una cosa es comer
sano y otra comer engañado, que un vegetal es tal y los insectos son
cual, así que yo pienso seguir comiendo como el Pascual, o sea, tal
cual.





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