Suplemento
literato cutre de The Adversiter
Chronicle
– El primer hombre, la última nación-
Autor:
R. W. JohnsonEditorial: DEBATE
Traducción: Jordi Beltrán
Edición: Septiembre de 2005
La propuesta de hoy es una mirada al continente africano
y más concretamente a Sudáfrica. Un país donde automáticamente
viene a la mente la segregación por el color de la piel, del racismo
como parte fundamental del Estado donde una minoría blanca se impone
mediante leyes a una mayoría de negros: el apartheid.
Pero en realidad Sudáfrica, al igual que el resto del
continente, para ojos occidentales sólo ha tenido historia a partir
de la colonización del hombre blanco cuando en realidad tienen su
propia historia pre- colonización, imperios tribales pero que
desarrollaron culturas propias e incluso llegaron a dominar amplios
territorios y gentes. El acierto del autor y encanto del libro reside
en que logra mostrar al lector una historia evolutiva como nación
pero donde desde el primer momento el hombre blanco hizo ingeniería
social con el fin de contrarrestar el poder de la mayoría. No es una
historia simple de racismo que se perpetúa hasta casi finalizar el
siglo XX. A partir del siglo XIX se intentó siempre que la mayoría
nativa que no fuera de raza blanca no aprovechara su superioridad
para lograr poder político. Es también la historia del Congreso
Nacional Africano donde las luchas por el poder con otras formaciones
que luchaban contra la supremacía blanca y los hechos que sucedieron
hacen que se derrumbe el mito de que los males de la población negra
eran sólo obra del hombre blanco y que al llegar al poder tras el
fin del apartheid demostró que el sistema que pregonaban era inútil
y se había derrumbado por otra parte tras el colapso de la URSS...
R. W. Johnson (1943) es periodista e historiador
especializado en historia política contemporánea e historia de
Sudáfrica. Tras estudiar en la Universidad Natal, pasó a Oxford,
donde, fue profesor de política en el Magdalen College de 1969 a
1995, año en el que regresó a Sudáfrica en calidad de director de
la Fundación Helen Suzman. Es autor de numerosos libros y artículos
publicados en la prensa mundial. En la actualidad (2005) es
corresponsal del Sunday Times en Ciudad del cabo.
Datos actualizados al año de edición y sin más, unas
breves reseñas que os inciten a su fascinante lectura:
Sudáfrica...
“La
historia no se escribe en un vacío, sino que toda historia pertenece
a su tiempo. Pero en Sudáfrica la historia misma ha sido siempre
escenario de luchas políticas y este efecto se ha visto multiplicado
por el hecho de que el país con frecuencia ha parecido un inmenso
experimento de ciencia social, un teatro en el cual gran parte del
resto del mundo encuentra ecos de sus propias luchas. El efecto
afortunado de esto es que da a su historia una importancia que
trasciende lo nacional, pero también da pie a algunos malentendidos
bastante grandes. Después de 1994 era frecuente encontrarse con
negros estadounidenses que habían venido aquí como si esto fuera la
tierra prometida: una tierra prometida con autopistas de seis
carriles, ordenadores, aviones a reacción y la reconocible cultura
de la Coca-Cola, todo ello presidido por Nelson Mandela. Suponían
que era el África que buscaban desde hacía mucho tiempo, un lugar
muy parecido a Estados Unidos pero donde Martin Luther King se había
convertido en presidente. Estas visiones no resistían durante mucho
tiempo las cambiantes realidades de Sudáfrica. Porque aunque el
mundo parece a menudo verse reflejado en Sudáfrica, este es un lugar
con personalidad propia. Un amigo que hace frecuentes viajes a
Australia dice siempre al volver que Australia es un país magnífico,
pero que, después de Sudáfrica, resulta un poco soso. Es un alivio,
según él, volver a la anormalidad.”
Un líder zulú...
“Las
sangrientas pero victoriosas campañas militares de Chaka, su férreo
dominio de las comunidades conquistadas, sus virtudes de jefe y su
visión, así como la crueldad sin limites con que trataba a sus
oponentes, contribuyeron a crear un estado que, al morir él, se
extendía desde la bahía de Delagoa hasta Mzimkhulu. En años
recientes hemos visto cómo la historiografía africanista hacía un
intento concertado de borrar los defectos de Chaka y, en su lugar,
concentrarse en su poder sin par y su `grandeza´, del mismo modo que
algunos nacionalistas rusos siguen idolatrando a Stalin. La
comparación es apropiada porque Chaka gobernó por medio del terror
y asesinó a gran número de sus propios súbditos, y no hablemos de
sus enemigos. Cuando Chaka fue asesinado por sus dos hermanos y un
sirviente de confianza en 1828, la gente no se atrevía a acercarse a
su cadáver para celebrar los rituales de costumbre.”
El estado pedi…
“El
estado pedi (sotho del norte) que había surgido en el siglo XVIII,
antes que cualquier otro estado africano de la región, sobrevivió
al periodo de conflictos y fortaleció su posición bajo Sekwati, que
gobernó de 1824 a 1860. logró Sekwati resistió choques con los
ndwandwe, con una columna de boers e incluso con merodeadores zulúes
y logró extender su poder de los montes Soutpansberg al río Vaal,
restaurando el orden, aunque no la paz, en este vasto territorio. El
estado de Sekwati se basaba en una supremacía sobre más de cien
unidades, cada una de ellas con su propio jefe semiindependiente.
Estos jefes controlaban sus propios regimientos de edad pero estaban
ligados al linaje de Sekwati por el matrimonio: ninguno podía
conservar el poder si no se casaba con un miembro de la familia de
Sekwati. Inevitablemente, los sotho del norte se consolidaron
alrededor de este centro pedi, al que nadie desafiaba.”
Llega el imperio británico...
"Al
principio las repúblicas bóers tenían una clara ventaja: sus
fuerzas eran como mínimo el doble de la guarnición británica, que
ascendía a 15.000 hombres. Además los bóers conocían íntimamente
el clima y el terreno, eran excelentes jinetes y magníficos
tiradores; de hecho, el joven Winston Churchill quedó atónito al
ver cómo los comandos bóers daban en el blanco con sus fusiles
mientras cabalgaban al galope. Gracias a la previsión de Kruger, con
frecuencia también estaban mejor armados y poseían maravillas de la
tecnología militar alemana de la época tales como el fusil Máuser
de tiro rápido, pólvora sin humo y artillería de gran alcance. El
resultado fue que durante la etapa inicial del conflicto los bóers
vencieron en todos los frentes. Las fuerzas de la República
Sudafricana y del Estado Libre de Orange penetraban en las Cape
Midlans (donde pronto se unieron a ellos afrikáners de El cabo que
se habían sublevado en apoyo de su causa), Griqualandia Occidental y
Bechuanalandia. Las guarniciones británicas de Kimberley y Mafikeng
(Makefing) fueron sitiadas , y en diciembre comandos bóers
repelieron varias contraofensivas británicas.”
Leyes discriminatorias...
“La
segregación en las zonas urbanas se completó con la Ley de Reserva
de Servicios Separados (1953), que requería que todo lugar utilizado
por personas de razas diferentes estuviera dotado de `servicios
separados, lavabos, entradas, mostradores, etcétera. La ley
especificaba que no era necesario que tales servicios fuesen iguales.
En 1957 se aplicaron requisitos parecidos a las entidades culturales,
los parques, etcétera. El resultado de estas dos leyes fueron los
letreros que decían `sólo blancos´y `no blancos´ que adornaban
casi hasta el último rincón de todas las poblaciones. No sólo eran
estos letreros insultantes y declaradamente racistas, sino que la
segregación en los deportes y la cultura privó a los negros de dos
caminos para mejorar su situación que estaban al alcance de sus
hermanos incluso en los Estados Unidos de antes de los derechos
civiles.”
Luchas por el poder...
“Para
entonces, sin embargo, los defectos del propio UDF ya eran visibles.
Sus líderes tenían que consultar de forma constante con el ANC en
el exilio y también con Mandela, primero en la isla de Robben y
luego, bajo condiciones cada vez más liberales, en las cárceles
Víctor Verster y Pollsmoor. Eso aumentó su autoridad, pero también
su autoritarismo. Se había convertido de forma creciente en un
vehículo que el ANC utilizaba para transmitir sus ideas a las masas
sin requerir ni necesitar mucha respuesta verdadera. La represión
gubernamental obligaba a los líderes a ocultar sus actividades a
escala nacional, y su comunicación con las regiones consistía
principalmente en dar instrucciones a los afiliados sin tener que
responder ante ellos. Circulaba mucho dinero, pero los afiliados
recibían pocos fondos para sus actividades. En vez de ello, el
centro empleaba cada vez más `organizadores´. A finales de la
década de 1980, disidentes de la organización acusaron a los
líderes de ser un `conciliábulo´ preocupado solo por sus propios
intereses y pidieron que se formara un frente más amplio.”
Esperanzas defraudadas...
“Lo
que sí hizo de manera muy eficaz la Comisión fue encarnar y
expresar una nueva corrección política que todavía ocupa un lugar
en el centro de la cultura política de la nueva Sudáfrica. En este
clima no estaba bien señalar que los mismos ministros del ANC que
hablaban elogiosamente de la reconciliación racial aplicaban de
manera simultánea medidas de viejo estilo en el campo del empleo
para la discriminación de los blancos, los indios y los coloureds,
aunque ahora, una vez abolida la Ley de Inscripción de la Población,
no había ninguna definición oficial de lo que constituía la
identidad racial. A las minorías raciales se les decía al mismo
tiempo que debían tratar de ser africanas y abandonar el
eurocentrismo; y también, por supuesto, que no eran africanas, que
el nombramiento basado en los méritos era una doctrina reaccionaria
y racista y que los empleos y los contratos tenían que ser para los
africanos de verdad.”
Libro para acercarnos a la historia sudafricana, nada
farragoso ni soporífero donde el autor nos lleva de la mano de lo
que ha sido y sigue siendo un intento de ingeniería social donde la
raza es el elemento motriz al que hay que sumar la enfermedad del
SIDA donde durante muchos años las autoridades miraban para otro
lado e incluso preferían que se utilizaran inútiles medicinas
tribales a fabricar los medicamentos que frenaran su propagación y
mejorara la calidad de vida de los enfermos. Libreo para amantes de
la historia pero también para descubrir la historia de un continente
al que se le ha negado la misma hasta la llegada del colonialismo y
donde en ocasiones el fin del mismo no ha significado la realización
de las ansias y esperanzas de la ciudadanía de los países del
continente negro...
The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
http://theadversiterchronicle.org/
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
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