"TELEMIERDA INC.", suplemento televisivo cutre

Con la colaboración de Mars El Grouchu en exclusiva para The Adversiter Chronicle

TENDIDO CERO

Hay ocasiones en que el servicio que presta una televisión pública y que la diferencia de sus rivales comerciales, reside en pequeños programas, de esos que hacen cambiar el canal para no aguantar un supuesto tostón. En ese sentido hay que reconocer a RTVE los esfuerzos de sus profesionales que sin grandes presupuestos y relegados a franjas horarias infrahumanas para el común de los laborales donde el destierro se consuma emitiéndose en la segunda cadena, esa que, tradicionalmente desde la época del VHF, nadie ve...

Pero sí en el resto del mundo a través del canal internacional, donde debe chocarles en las repúblicas hermanas que en el país de los toros se prohíban los festejos, moda en boga que si de verdad el gobierno de turno y la industria del toreo desean contrarrestar, deberían empezar por lograr que fuera un espectáculo popular asequible, creando afición, que los niños sintieran curiosidad y lograra futuros espectadores. Lo digo porque la imagen que tiene el Juan y Juanita Manzanas cualquiera es que se trata de un espectáculo para clases pudientes, con desconocimiento de su lenguaje, de sus artes y de la magia de una res brava...

Por ello destaco de las partes públicas de una televisión, que últimamente peca de ñoña y nostálgica que la hacen más bien una televisión púbica en ocasiones, un programa representativo de esos minoritarios contenedores que RTVE dedica a las ciencias, las artes y las culturas: Tendido Cero.

A mala hora de emisión, coincidiendo con noticieros territoriales, autonómicos y nacionales, un equipo de profesionales capitaneados por Federico Amas nos acercan el mundo, el universo, de la tauromaquia, crónicas de las distintas ferias y faenas, constreñidos en poco tiempo pero donde se nota el esfuerzo realizador y la narrativa sencillamente es el complemento perfecto a la imagen.

Entrevistas a toreros lejos de ese supuesto glamour de las portadas en las revistas o crónicas televisivas. Entrevistas íntimas, con respeto al maestro entrevistado, pero ásperas de biografías de trabajo y esfuerzo personal. El orgullo del ganadero con bellas, por naturales, de estampas de novillos, de toros bravos criados con esmero, modernos gladiadores del mundo animal que se cuidan con mimo y esmero sin cortar su natural instinto...

Por supuesto el tema o polémica flota en el ambiente y es natural que un programa de

toros defienda la fiesta y exprese su pesar, nunca quejas por las políticas, respetando la legalidad, pero defendiendo apasionadamente los valores de una industria que genera riqueza pero alejada de la ciudadanía urbana y joven donde defienden los valores que hemos querido que defiendan dándoles una educación para que pudieran elegir en sus vidas defender sus propios valores. Es un problema de educación y sobre todo de falta de difusión por parte de la industria que debería plantearse invertir una década en promoción y el Estado quitar cargas impositivas para hacerlo asequible.

Tal vez lo que me ocurre cuando he visionado el programa en las últimas entregas tras recibir el encargo de hablar de RTVE, es que el equipo de profesionales, abarcando a los corresponsales, destila amor por el toro, lo cual, en una parrilla televisiva donde cada vez más hay más gallineros o casquerías mostrando las peores de las vergüenzas ajenas, supone un bálsamo y tal vez una lágrima porque hubo un tiempo en que la televisión era informativa y difusora de cultura...

Supongo que uno no deja de ser un viejo romántico pese a la nueva televisión.


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