Suplemento
literato cutre de The
Adversiter Chronicle
– El
FBI contra el científico más famoso del siglo XX -
Autor:
Fred Jerome
Editorial:
Editorial Planeta S. A.
Traducción:
Juan Mari Madariaga
Edición:
2002
Hay un par de razones para recomendar el libro que
traemos hoy, la primera que Einstein sigue siendo actualidad gracias
a los avances en la tecnología y las ciencias que demuestran lo
acertado de sus teorías; la segunda pero no menos importante que la
primera, si no más, que el mundo injusto y cruel que trató siempre
de combatir sigue por desgracia plenamente presente con refugiados ,
injusticias sociales y la fuerza bruta como argumentos a la hora de
hacer políticas entre naciones...
Mayo de 1945, la Alemania nazi ha sido derrotada pero
EEUU sigue adelante con su proyecto de bomba atómica para utilizarla
contra el irreductible Japón que sigue combatiendo pese a que su
derrota militar es inevitable desde hace tiempo. Los científicos que
trabajan en el proyecto estadounidense, refugiados del fascismo y el
odio racial, se sienten defraudados ya que ellos contaban dotar a
EEUU del arma atómica antes de que los nazis lo lograran y no ven
sentido en un arma apocalíptica que ya no es necesaria ante el fin
del Reich de los mil años y el suicidio en su búnker de Berlín de
Adolf Hitler...
Muchos de ellos no dudarán en pensar que es necesario
que la URSS disponga también del arma atómica para contrarrestar el
recién adquirido poder destructivo nunca visto hasta entonces...
Un hombre, jefe del FBI, tiene claro que uno de sus
fines en la vida es derrotar el comunismo infiltrado en todos los
estratos de la sociedad de EEUU contando para ello con el valioso
apoyo de un congresista que daría lugar a toda una época: la caza
de brujas. Hoover utilizará todos los recursos del FBI y de otras
agencias gubernamentales para tratar de incriminar a Einstein como
comunista no confeso y lograr denegarle la ciudadanía y deportarlo,
pero a diferencia de otras víctimas de la caza de brujas, su
popularidad será un impedimento para lograr tal objetivo y que
requerirá durante cinco años los recursos humanos y técnicos del
FBI sin lograrlo...
Esta es la historia de aquella persecución secreta de
Hoover y su FBI contra Albert Einstein.
Fred
Jerome es asesor del Gene Media Forum de la Facultad de Comunicación
de la Syracuse University. Sus artículos y editoriales han sido
publicados en diversos medios, incluyendo el
New York Times y
Newsweek . Como
periodista en el sur de Estados Unidos durante los sesenta cubrió la
eclosión del movimiento por los derechos civiles y, más
recientemente, ha enseñado periodismo en la Universidad de Columbia
y otras universidades del área de Nueva York. Creó el Media
Resource Center, un aclamado servicio de enlace que ha puesto en
contacto a miles de periodistas con científicos.
Datos actualizados al año de edición y sacados de la
contraportada como es habitual, pero ya sin más unas breves
pinceladas que os inciten a su lectura...
Einstein...
“Lo
que más me gusta de Einstein es que era un inconformista, un
alborotador, un rebelde frente a la autoridad. Sin entender del todo
sus teorías científicas, entiendo como casi todo el mundo que
fueron decisivamente importantes, que transformaron de arriba abajo
nuestra visión del universo y prepararon el terreno para todas las
grandes modificaciones tecnológicas del siglo XX, desde la
exploración del espacio hasta los ordenadores, incluyendo para lo
bueno y para lo malo, la energía nuclear. Pero para mí lo más
admirable es que se negó a adecuarse a un molde. No usaba
calcetines. Hablaba a los niños como si fueran adultos. Y también
en política, cuando el pánico rojo de los años cincuenta silenció
a una generación, Einstein siguió hablando claramente y en voz
alta. Peligroso. Y doblemente peligroso debido a su atractivo
universal para el público. Incapaz de destruirlo o intimidarlo o de
impedirle hablar contra la injusticia mientras estaba vivo, las
autoridades encontraron otra forma de apagar su voz: después de su
muerte, lo convirtieron en un santo inocente.”
Una estrella mundial en EEUU...
“El
estatus de Einstein como celebridad internacional había sido siempre
un enigma para él, lo que no significa que no disfrutara con la
atención del público. Nunca se negó a una entrevista y parecía
divertirse bromeando con la prensa. Los periodistas disfrutaban con
sus respuestas concisas e ingeniosas. Pero Einstein no veía ninguna
razón lógica para que cada uno de sus movimientos atrajera tantos
aplausos del público. Al comienzo creyó que se trataba de una moda
pasajera que se desvanecería pronto y daría paso a otra estrella.
Pero su popularidad seguía creciendo año tras año. Tras la
prolongada ovación de la élite de Hollywood en el estreno de `Luces
de ciudad´, le preguntó a su amigo Chaplin si le podía explicar la
razón de esa celebridad. El genio del cine le respondió: `<<La
gente me aplaude porque todos me entienden, y a tí te aplauden
porque nadie te entiende>>. “
Apoyando la causa contra el racismo y los
linchamientos...
“Si
Einstein y los demás miembros del comité habían pensado que su
prestigio pondrían freno a los linchamientos, iban a llevarse pronto
una desilusión. La inhibición absoluta del presidente, el fiscal
general y los funcionarios del gobierno a todos los niveles, sin
emprender acciones contra las autoridades del estado y de la ciudad,
sólo propició más terror. Los racistas violentos no podían haber
esperado una luz más verde que el informe del FBI. En todo el Sur se
desencadenaron disturbios, en los que a menudo participaban policías,
y una oleada de linchamientos dirigidos principalmente contra
veteranos de la segunda guerra mundial.”
Tratando de investigar el pasado rojo de Einstein...
“Cada
vez que los agentes de Hoover confeccionaban un resumen de las
organizaciones del `frente rojo´ en las que participaba Einstein, la
lista era más larga. Durante varios años, a comienzo de los
cincuenta, ese listado `subversivo´fue creciendo en casi un nuevo
grupo cada mes. Eso no significa que Einstein se incorporara a tantas
organizaciones durante los últimos años de su vida, sino que a
medida que el hoover-macartismo extendía su poder, la Junta de
Control de Actividades Subversivas y el HUAC (las autoridades sobre
grupos `subversivos´) iban ampliando su catálogo. La Cruzada
Americana para poner Fin a los Linchamientos, por ejemplo, aunque se
había creado en 1946, no se incluyó en la ficha de Einstein hasta
1953. Al igual que ésta, muchas de las últimas adiciones a la lista
de Einstein correspondían a grupos que defendían la igualdad
racial.”
McCarthy...
“Pero
de todos los críticos liberales de McCarthy sólo Einstein llamó
públicamente a la desobediencia civil, a la negativa a cooperar con
los investigadores. Si se hubiera limitado a mover desaprobadoramente
la cabeza condenando el macartismo, el New York Times, el Washington
Post y otros medios liberales sin duda lo habrían aplaudido. Por el
contrario, llamó a desobedecer las leyes, desafiando al sistema. No
era sólo una crítica, era un plan de resistencia. Como se trataba
de Einstein, su llamamiento a la confrontación alcanzó los
titulares de los periódicos dos veces en seis meses y le pusieron al
frente de la creciente protesta contra el pánico rojo. Pese a su
insistencia de que no era y no se iba a convertir en un activista
político, el desafío público de Einstein a los comités era una
bomba política.”
Legado político...
“El
legado político de Einstein ha sufrido una doble desventura
histórica. En primer lugar, para Hoover, el izquierdismo de Einstein
era una mano muerta. Tras coleccionar
una tonelada de pruebas para
`demostrar´lo que Einstein habría contado con facilidad a
cualquiera -que había apoyado a un gran número de organizaciones
radicales-, Hoover se dio cuenta de que no podía utilizar
públicamente esa información. Sin algo más sustancioso, como una
conexión con el espionaje, Einstein era simplemente demasiado
popular y no se avergonzaba de sus principios. Para casi cualquier
otra víctima del FBI -un maestro de escuela o un sindicalista que se
negara a firmar un juramento de lealtad o a revelar nombres- la
etiqueta de `filocomunista´ podía costarle el empleo, como sucedió
en muchos casos. Pero en el caso de Einstein, si se había unido a
esos grupos no era para salir los sábados por la mañana a repartir
octavillas a la puerta de un supermercado. Su contribución consistía
precisamente en sumar el prestigio de su nombre a sus programas, tan
públicamente como fuera posible.”
Libro
para sumergirnos en una época oscura donde el miedo al comunismo y
la paranoia inducida reinaron causando tragedias humanas,
convirtiendo a los compañeros en chivatos y bajo el lema de que
quien no apoyara la persecución es que era rojo en un país cuna de
libertades donde su ciudadano más celebre era investigado para
tratar de expulsarle del que era su país. Un Einstein que si hoy
pudiera ver el mundo seguramente estaría con los refugiados sirios,
contra los restos del comunismo que aún existen y con los millones
de seres humanos que padecen hambre o persecución por su raza, su
religión o simplemente el color de su piel. Recomendable para
amantes de biografías, interesados en la Guerra Fría y lectores en
general que quieran saber un poco más del tipo más famoso de los
últimos tiempos, Albert Einstein.
The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
http://theadversiterchronicle.org/
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
http://theadversiterchronicle.org/
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