The Adversiter Chronicle

jueves, 10 de julio de 2025

"COMPOSTURA DEL POSTUREO", por Alí kate

CUANDO NOS COGEN POR BANDA PARA CONTARNOS SUS DOLENCIAS

Hoy abordaré una compostura del postureo a la que se recurre sobre todo en personas de mediana edad en adelante como es que nos coja por banda una amistad y se ponga a parlotear sobre sus dolencias, que suelen ser múltiples y en ocasiones hasta complicadas. Digo lo de la mediana edad en adelante porque la juventud no es proclive a comentar sus dolencias, pero sí esas amistades del barrio de toda la vida que no vemos nunca en la vida, viejos vecinos, colegas de trabajo y, en definitiva, cualquier tipo de relación que no es familiar o de amigos, es esa amistad casi superficial donde haber compartido vivencias durante un momento del periplo vital y que siempre se saluda cuando uno se encuentra con alguien así en la calle. Hay que tener en cuenta que este tipo de personas dolientes ya ha saturado a familiares, amistades, conocidos y parientes más o menos lejanos con su rollo de las dolencias, que no le hacen caso los médicos, que no le hacen nada los medicamentos y que mira si en Internet alguien le hace caso, le dice lo que quiere oír y finalmente le endosa unas pastillas milagrosas y le han sacado los datos de la cuenta bancaria. Luego depende del sitio donde nos cojan por banda, un encuentro casual en la calle siempre resulta una solución de compostura del postureo de ir con prisas, es algo complicado cuando se camina en la misma dirección, pero como estos encuentros en la calle suelen darse de frente, el ir en dirección contraria sirve de apoyo a la compostura del postureo de ir con prisas, mirando el reloj y quedando de llamar aunque ambos saben que nunca se hará esa llamada. Cuando nos cogen por banda en un local de hostelería y tenemos ganas de tomar algo sin tener nada para pagar algo, la compostura del postureo es hacerse el interesado unas cuantas rondas a cargo del doliente que, satisfecho de encontrar alguien a quien contar sus dolencias, pagará de motu propio las consumiciones y es obvio que una vez satisfecha la sed lo mejor es volver a la compostura del postureo de ir con prisa o meter a un tercero en la conversación y endosarle al doliente mientras salimos raudos del local. Hay una situación complicada cuando nos encontramos a una pareja de conocidos y nos cogen por banda porque la descripción es en estéreo, apoyándose mutuamente sin darnos tiempo a respirar en un gorigori profético de donde acabarán sus dolencias. La compostura del postureo en este caso es aguantar el chaparrón un tiempo prudencial, suelen ser amistades a las que no se les puede mandar directamente a freír espárragos de manera más o menos diplomática, y pasado el tiempo prudencial tirar de la, ya típica de la era digital, compostura del postureo de tirar del móvil como si lo tuviéramos en modo silencio y recibiéramos una inoportuna llamada que nos permite salir airosos sin ofender a los interlocutores que suelen acabar discutiendo entre ellos al ver que no se da la razón a ninguno. No puedo terminar sin reconocer que hay casos de que nos cojan por banda para contarnos sus dolencias y nos entre un sentimiento de lástima que logra que aguantemos el chaparrón monologuista de dolencias, pero cuidado porque este tipo de personas son sabedoras de que despiertan lástima por la razón que sea y que pueden hasta conseguir que le invitemos a comer o darle unos euros. La mejor compostura del postureo es ir con prisa o bien cortar en seco su monólogo de dolencias y ponernos a contarle las nuestras propias, reales o mejor aún inventadas, que hará que quiera despedirse porque una cosa es dar la brasa y ser un palizas y otra aguantar a uno que no sea uno mismo. Recordar por último que una compostura del postureo dubitativa, de silente escucha o de comprensiva empatía sólo lograrán que nos den la paliza durante minutos que pueden llegar a parecer interminables.

The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
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