The Adversiter Chronicle

martes, 17 de septiembre de 2024

"Lomo con tapas", suplemento literato cutre

Suplemento literato cutre de The Adversiter Chronicle

Libro:
Stalingrado
Autor: Antony Beevor
Editorial: Editorial Crítica, S. L.
Traducción: Magdalena Chocano
Edición: Tercera edición, enero de 2001

La batalla por la ciudad de Stalingrado condensa todos los ingredientes de la II Guerra Mundial en el teatro europeo. Ciudad símbolo de la Unión Soviética y centro industrial, se convirtió en una cuestión de orgullo simbólica, el choque de dos ideologías antagonistas, reducida a ruinas y escombros por la aviación nazi y que se convirtieron en el escenario ideal para que las tropas soviéticas resistieran en una lucha urbana aprovechando el entorno de destrucción y una obsesión de Hitler que no tuvo el menor remordimiento de dejar abandonados al VI Ejército por empecinarse en que no se retiraran y resistieran hasta la llegada de refuerzos con suministros lanzados desde el aire pero todo resultó una falacia con un Paulus jefe del VI Ejército que prefería creer lo que sabía que eran falacias a tomar la iniciativa para desobedecer a Hitler y poner a salvo a las tropas bajo su mando. Supuso un punto de inflexión al ser la demostracion de que la Alemania nazi no era invencible, Hitler sacrificó a tropas que hubiera necesitado posteriormente engañando al pueblo alemán y condenando a la muerte en cautiverio de miles de soldados alemanes y de sus aliados rumanos e italianos. La propuesta de hoy es un viaje a la Batalla de Stalingrado y cómo se desarrolló por parte de ambos bandos conociendo las vicisitudes de una batalla cruel y sin piedad donde sólo había una opción para sus habitantes y las tropas soviéticas: resistir y morir o morir a manos de los comisarios políticos por no cumplir su deber de morir por la patria soviética, no hubo escapatoria y tampoco para el invasor nazi cuando se cerró el cerco sobre el VI Ejército...

Antony Beevor, educado en Winchester y Sandhurst, fue oficial regular del ejército británico. Abandonó el ejercito tras cinco años de servicio y se trasladó a París, donde escribió su primera novela. Ganó el Runciman Prize en 1992 y es Caballero de las Artes y las Letras del gobierno francés. `Stalingrado´ le valió ganar el Samuel Johnson Price para obras de no ficción en su primera convocatoria, el Wolfson History Prize y el Hawthornden Prize siendo el primero de sus libros traducidos al español.
Datos sacados de la contraportada y actualizados al año de edición aunque en Internet podéis encontrar más información sobre el autor, y sin más verborrea unos breves pasajes que os inciten a su apasionante lectura:

Stalin no quiere creer la realidad...
"Stalin, que se había negado a aceptar la posibilidad de una invasión hasta la tarde de ese sábado, todavía sentía terror de provocar a Hitler. Goebbels, con alguna justificación, lo comparaba con un conejo hipnotizado por una serpiente. Una serie de informes de los guardias fronterizos hablaba de que en los bosques al otro lado de la frontera se mantenían encendidos los motores de los tanques; que ingenieros militares alemanes construían puentes sobre los ríos y rompían las barreras de alambres de púas frente a sus posiciones. El comandante del distrito militar especial de Kiev advertía que la guerra comenzaría en cuestión de horas. Llegaban informes de que en los puertos del Báltico, las naves alemanas habían parado súbitamente de cargar y navegaban de regreso a su país. Sin embargo, Stalin, el dictador totalitario, todavía no podía aceptar la idea de que los acontecimientos podían estar fuera de su control. Esa noche, después de largas discusiones en su estudio con los altos comandantes del Ejército Rojo, Stalin aceptó despachar en clave un aviso a todos los cuarteles de los distritos militares en el oeste: `En el curso del 22 al 23 de junio de 1941, es posible que los alemanes ataquen por sorpresa los frentes de Stalingrado y los distritos militares especiales del Báltico, del oeste, de Kiev y de Odessa. La tarea de nuestras fuerzas es no ceder ante cualquier provocación que suscite complicaciones importantes. Al mismo tiempo las tropas... deben estar completamente preparadas para el combate, para responder a un posible ataque sorpresa de los alemanes y sus aliados´. La marina y algunos altos oficiales, habían ignorado calladamente las órdenes de Stalin contra la movilización, pero, para muchas unidades, la advertencia, que no salió hasta pasada la medianoche, llegó demasiado tarde."

El general invierno en la Operación Tifón...
"El invierno había llegado con toda su fuerza, con nieve, vientos gélidos y temperaturas por debajo de los 20 grados bajo cero. Los motores de los tanques alemanes se congelaban como una roca. En la línea de frente, los exhaustos soldados de la infantería cavaban búnkeres para protegerse del frío y de las bombas enemigas. El suelo había comenzado a congelarse tanto que primero necesitaban encender dos grandes hogueras, antes de intentar excavar. El estado mayor y la retaguardia ocupaban las casas campesinas, expulsando a los civiles rusos en la nieve. El rechazo de Hitler a considerar una campaña invernal significó un tremendo sufrimiento para los soldados. `Muchos hombres caminan con los pies envueltos en papel y hay una gran escasez de guyantes´, escribió el comandante de un cuerpo blindado al general Paulus. Excepto por sus cascos en forma de cubo muchos soldados alemanes eran apenas identificables como miembros de la Wehrmacht. Sus propias botas, altas, ceñidas y forradas de acero aceleraban el proceso de congelamiento, de modo que recurrieron a robar ropa y zapatos a los prisioneros de guerra y a los civiles. La operación Tifón pudo infligir enormes bajas al Ejército Rojo, pero significó para la Wehrmacht, más pequeña, irreparables pérdidas en términos de soldados y oficiales preparados. El capellán de la 18ª división blindada escribió en su diario: `Esta no es ya la antigua división. Todas son caras nuevas. Cuando uno pregunta por alguien, recibe siempre la misma respuesta: está muerto o herido´."

Machacando Stalingrado desde el aire...
"El ataque aéreo contra Stalingrado, el más concentrado en el Ostfront, representaba la culminación de la carrera de Richthofen desde Guernica. Los aviones de la 4ª flota aérea realizaron un total de 1.600 incursiones ese día y lanzaron 1.000 toneladas de bombas perdiendo sólo tres máquinas. Según algunas estimaciones, había casi 600.000 personas en Stalingrado, y 40.000 fueron muertas durante la primera semana del bombardeo. La razón de por qué tantos ciudadanos y refugiados aún permanecían en el margen occidental del Volga era típica del régimen. La NKVD había requisado casi todas las embarcaciones, adjudicando una prioridad mínima a la evacuación de la población civil. Después Stalin, al decidir que no se debía consentir el pánico, rehusó permitir a los habitantes de Stalingrado que fueran evacuados por el Volga. Esto, pensaba, forzaría a las tropas, especialmente a las milicias localmente reclutadas, a defender la ciudad más encarnizadamente. Uno de los muchachos atrapados allí con sus madres observaba: `Nadie se molestaba por los seres humanos. Éramos sólo carne de cañón´."

Conseguir un permiso lejos del frente de Stalingrado...
"Los pensamientos ya estaban ocupados en la Navidad: la `fiesta más bonita de todo el año´. Los soldados comenzaron a hablar de los regalos con sus esposas. El 3 de noviembre de 1942, una división dio a conocer sus `pedidos de instrumentos musicales, juegos, decoraciones del árbol de Navidad y velas´. Se plantearon los turnos de licencia, una cuestión que suscitaba más esperanzas y más decepciones que ninguna otra. Paulus insistió en que la prioridad fuera dada a los soldados `que habían estado en el teatro de operaciones oriental sin una pausa desde junio de 1941´. Para los afortunados que salieron para el largo viaje, el tiempo pasaba desapercibido en una sensación de irrealidad. El hogar parecía tener la calidad onírica de una existencia previa.- De vuelta entre sus familias, los hombres encontraban imposible hablar sobre sus experiencias. Muchos se sintieron consternados al descubrir cuán pocos civiles tenían una idea de lo que estaba pasando. Lo peor de todo: era totalmente inútil informarlos, pues esto significaba que sus esposas se angustiarían más. La única realidad ahora parecía ser una existencia de pesadilla de la que no podían escapar. Era humano sentirse tentado por la idea de deserción, pero pocos la consideraban seriamente. El resultado más vivido de su partida era decir adiós. Para muchos, fue la última vez. Sabían que estaban reingresando el infierno cuando pasaban por el letrero de la principal vía a Stalingrado: `Entrada a la ciudad prohibida. Los visitantes ponen sus vidas y las de sus compañeros en riesgo´. Muchos encontraron difícil decidir si ésta era o no una broma."

Problemas de salud en las tropas alemanas cercadas...
" La desnutrición grave también redujo la capacidad de un paciente para sobrevivir a las enfermedades infecciosas, tales como la hepatitis y la disentería, en los inicios del periodo del cerco, y las enfermedades más graves al final, particularmente la fiebre tifoidea y el tifus. En la estepa no había agua para lavarse, menos aún para lavar la ropa, simplemente porque no había combustible suficiente para derretir la nieve y el hielo. `Pocas cosas nuevas hay por aquí -escribió un teniente de granaderos blindados de la 29 división motorizada de infantería- . Al principio de la lista está el hecho de que cada día estamos más infestados de piojos. Los piojos son como los rusos. Matas uno, diez nuevos aparecen en su lugar.´ los piojos serían los portadores de la epidemia que diezmaría a los supervivientes de Stalingrado. Las preocupaciones inmediatas del personal médico, sin embargo, todavía se centraban en la debilidad por la falta de alimento. `Lentamente, nuestros valientes combatientes se vuelven decrépitos´, escribió un doctor ayudante. Proseguía relatando una amputación a la altura del muslo que había realizado sin ningún tipo de anestesia a la luz de las antorchas en un refugio. `Uno se siente apático hacia todo y sólo puede pensar en la comida.´"

Prisioneros rusos atrapados en el cerco...
"El dolor del hambre de los soldados alemanes en el Kessel eran realmente fuerte, pero otros sufrían mucho más. Los 3.500 prisioneros rusos de guerra en los campos de Voroponovo y Gumrak estaban muriéndose a un ritmo que se aceleraba rápidamente. Varios oficiales alemanes se sintieron hondamente conmocionados al descubrir en enero (1943) que estos prisioneros se vieron reducidos al canibalismo e hicieron informes orales de esto. Cuando las tropas rusas llegaron a los campos a fines de enero, las autoridades soviéticas aseguraron que sólo quedaban veinte hombres vivos de un total de 3.500. El espectáculo que recibió a los soldados rusos -a juzgar por la película tomada por las cámaras de noticiarios que llegaron al lugar- era por lo menos tan terrible como los que se vieron al llegar a los primeros campos nazis de la muerte. En Gumrak, Erich Weinert describió la escena: `En un barranco encontramos un gran montón de cadáveres de prisioneros rusos, casi desnudos, tan delgados como esqueletos´. Las escenas, particularmente las de `Kriegsgefangen-Revier´ filmadas en Voroponovo, pudieron haber hecho mucho paea endurecer los corazones del Ejército Rojo hacia los recién derrotados. Muchos de los miles de Hiwis todavía adscritos alas divisiones alemanas estaban famélicos también. Girgensohn, después de realizar una autopsia en un cadáver, le dijo al oficial alemán encargado que este hiwi en particular había muerto de hambre. Este diagnóstico `lo dejó completamente atónito´. Aseguró que los hiwis recibían las mismas raciones que los soldados alemanes. Muchos eran tratados bastante bien por sus oficiales alemanes, y hay numerosos relatos que muestran la confianza mutua en la última batalla. Pero para entonces los rusos con uniformes alemanes sabían, y los ejércitos soviéticos que los rodeaban iban acompañados por tropas de la NKVD esperando para ocuparse de ellos."

Paulus prisionero del Ejército Rojo...
"El mariscal de campo Paulus, acompañado por el teniente Lev Beziminski, de la inteligencia del Ejército Rojo, era conducido desde el cuartel general del 64º ejército en el coche de su propio estado mayor al cuartel general del frente del Don fuera de Zavarikino, a unos 80 km de Stalingrado. Schmiidt y Adam le seguían escoltados en otro coche. Les mostraron sus alojamientos, otra izba de planta pentagonal. Un destacamento permanente de guardas bajo el mando del teniente C. M. Bogomolov los esperaba. Los otros `generales de Stalingrado´ fueron traídos a otra izba cercana, donde eran vigilados por el teniente Spektor y un pelotón de hombres. Bogomolov y sus hombres, agudamente conscientes del momento histórico, miraban a sus prisioneros con fascinación. Paulus por su alta estatura tuvo que agacharse para entrar. Siguiendo el ejemplo de Adam, había dejado la gorra del uniforme por una ushanka. Todavía usaba el uniforme de capitán general. Paulus fue seguido por el general Schmidt y el coronel Adam, quien impresionó a sus guardas con su `conocimiento bastante bueno del ruso´. El soldado chófer de Paulus vino al final trayendo sus pesadas maletas. El Mercedes del estado mayor pasó rápidamente a poder dfel general W. I. Kazakov, el comandante de la artillería del frente."

Libro apasionante que se devora de un tirón gracias al estilo ágil, ameno y dinámico del autor que nos permite tener una visión de la batalla desde todos los ángulos. Ideal para amantes de las hazañas bélicas, lectura de turno de noche tranquilo y en general para conocer los entresijos y vicisitudes de una batalla que significó el inicio del crepúsculo de los dioses para la maquinaria de guerra nazi que perdió con el VI ejército tropas veteranas y curtidas en combates así como material de guerra. Muy apropiado ahora que Ucrania sufre el expansionismo ruso para recordarnos la miseria, muerte y destrucción que genera la guerra...

The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
http://theadversiterchronicle.org



theadversiterchronicle@hotmail.es 


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Powered By Blogger