The Adversiter Chronicle

miércoles, 18 de septiembre de 2024

"COMPOSTURA DEL POSTUREO", por Alí Kate

 CUANDO NOS PERDEMOS BUSCANDO EN LA TIENDA DE LOS CHINOS

Hay composturas del postureo que suceden y se sufren en silencio, sin darle la importancia que tienen. Es el caso de cuando entramos en una tienda de los chinos y ésta tiene un local amplio de amplias estanterías abarrotadas de cosas con pasillos que discurren entre las citadas estanterías. No suele darse importancia a esta compostura del postureo porque al final, tras varias compras en la tienda de los chinos, sabemos de memoria dónde están las cosas de turno a buscar. Sin embargo, nos vuelve a suceder cuando entramos en una tienda de los chinos desconocida aunque sea de tamaño más pequeño que la habitual. Hay otro factor que contribuye a desorientarnos cuando entramos en una tienda de los chinos desconocida y es que estamos acostumbrados, y nuestra psique, a las superficies de alimentación donde todas las superficies de una marca repiten lo máximo posible la distribución del local en todas sus tiendas, por no hablar de las cadenas de comida rápida multinacionales que también nos acostumbran desde la infancia a entrar a tiro fijo sea en el barrio u en la otra punta del mundo.
Entramos en la tienda de los chinos por primera vez repitiendo siempre la misma pauta: entramos y paramos a la puerta buscando rápidamente con la vista la cosa que queremos adquirir y como no la vemos a simple vista procedemos a preguntar dónde está la cosa que buscamos. La primera compostura del postureo surge cuando nos atienden en el mostrador, si es una persona originaria de China y con cierta edad la cosa puede complicarse porque si bien nos entienden hay ocasiones en que el dependiente o dependienta nos contesta y no entendemos mucho ya que suena a chapurreo y es cuando procede una compostura del postureo teatral, simulando que hemos entendido y tratando de salir de la conversación cuanto antes, por supuesto que el dependiente o dependienta sabe de sobra que no nos hemos enterado y que vamos a perdernos buscando sin encontrar pese a que pasaremos repetidamente por delante sin percatarnos. Dada la natural tendencia oriental y china en particular a los juegos de apuestas no hay que descartar que el dependiente o dependienta hagan apuestas sobre cuánto tiempo tardamos en encontrar algo y es una teoría que explica porqué nunca nos hablan sin chapurrear de forma que nos nos enteramos. Otra cosa es cuando nos atiende un dependiente o dependienta jóvenes y asimilados a la lengua del lugar, lo malo es que se gana en entendimiento porque hablan perfectamente el idioma aunque tienen tendencia a decir las cosas rápido y que tal cosa está pasando la estantería tal y torciendo en tal pasillo. De nuevo la compostura del postureo es hacerse el enterado u enterada y salir pitando en busca de lo que buscamos, inevitablemente acabamos desorientados girando compulsivamente el cuello mirando las estanterías, tratando de no delatar nuestra angustia a las cámaras de seguridad, si hay suerte la dependienta o dependiente nos dan un grito para orientarnos y siempre queda la opción de preguntar a la clientela, sabedores de que la dependienta o dependiente estarán riéndose para sus adentros viendo por el monitor los perdidos que estamos, sin mencionar el hecho de que si no se encuentra hay que volver a preguntar con el azoramiento y vergüenza que se pasa.
En resumen, las tiendas de los chinos a las que entramos por primera vez hay que descubrirlas con una compostura del postureo adaptada al misterio oriental del local y sus pasillos entre estanterías, cosmopolita acostumbrado a las tiendas de los chinos y aguzando el oído para comprender las respuestas del personal que nos atiende. Una compostura del postureo ante los misterios orientales que nos permitirá salir airosos en cualquier circunstancia donde no encontramos lo que buscamos y nos da corte acudir en busca de ayuda al personal de la tienda es sacar el móvil como que nos llaman y decir en voz alta que se sale inmediatamente, que ahora mismo voy o cualquier otra frase socorrida que avale nuestra compostura del postureo de salir pitando por un imprevisto sin que nadie sospeche que estamos perdidos en la tienda de los chinos.

The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
http://theadversiterchronicle.org




theadversiterchronicle@hotmail.es 




 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Powered By Blogger