Siempre queda un atisbo de
esperanza entre tanta, no voy a decir mierda, tanta cosa que nos
amarga la existencia aunque terminemos asumiendo que la mierda nos
rodea, un mecanismo de supervivencia para no venirnos abajo y evitar hundirnos moral y psicológicamente...
Tal vez la esperanza y el
mundo mejor sea casi una utopía, demasiadas variables, pero el
terremoto que asoló tierras turcas y sirias me ha brindado una
imagen de esperanza al ver a los equipos de socorro internacionales
todos y todas a una. La clase política de todo el planeta puede
llevarnos a la destrucción mutua asegurada, pero las gentes de este
planeta saben trabajar en equipo, planificar y desarrollar planes
ante una catástrofe sin importar nada de lo que es importante, al
menos para la parte del planeta consumista donde las ideologías
vuelven a truncar la concordia y la cooperación internacional cuya
única parte visible entre tanta cosa es la Estación Espacial
Internacional...
No quiero ser ingenuo, la
cosa va por épocas y repetir los errores, toca una época de
belicosidad sin que importen mucho los motivos ante la realidad de la
guerra. Así que tal vez hay que agarrarse a los atisbos de
esperanza, con la tristeza de quien sabe que no bastará una vida
para que la esperanza se haga realidad, dejando un mañana mejor para
las generaciones venideras...
Lo triste es cuando ya no
eres generación venidera y la cosa sigue igual de mierdas que
antaño.
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