Dicen que ha muerto en
combate un general ruso. Se ve que hasta en la muerte hay clases y se
da la curiosa circunstancia de que a la soldadesca suelen citarla en
conjunto, con el nombre de su oficio y a veces hasta su unidad aunque
nunca por sus nombres como sucede con los generales...
Supongo que citar a los
soldados muertos uno por uno y por sus nombres puede resultar
desmoralizador para la ciudadanía, siempre se entera menos cantidad
de ciudadanía si sólo sus deudos reciben la desgraciada noticia,
así mientras una mínima fracción llora, echa cagamentos al sistema
y se acuerdan de los muertos del mandamás que los gobierna, la
mayoría puede seguir con sus vidas. Lo malo es cuando los soldados
muertos son una constante en la ecuación y la cosa aumenta en número
de familiares indignados en la sociedad...
Creo que cuando se muere
un general en combate resulta un estímulo para el enemigo y una
ofensa para el enemigo del enemigo, así ambas partes contendientes
pueden vender la muerte de un general para utilizarla a su favor, la
moral aumenta el espíritu de resistencia en unos y la indignación
de la venganza en los otros. Y no hay que descartar que fuera una
`eliminación´ por fuego amigo y orden de las más altas esferas
pensantes en el régimen de Putin...
Ha llegado junio, esperado
desde enero y que sin embargo siempre parece llegar de sopetón, como
si mayo se alargara más de la cuenta; mes de solecito, holganza para
algunos, de cuenta atrás de fiestas, festejos y verbenas; de
terrazas llenas, ropa holgada y pieles blancas aspirando a estar
tostadas...
Junio, de olor a cordita
en el aire.
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