Una sección de
F. O. Roffön en exclusiva para The
Adversiter Chronicle
Sonido de mariachi en
la planta noble de Mareo
Transcurría
el fin de temporada entre el alivio de librarnos del descenso y la
angustia al ver que se repiten los vicios de anteriores
planificaciones de nueva temporada con un Abelardo como míster pero
careciendo de caudales para invertir. Que el objetivo sea traer un
jugador de 32 primaveras ya pone los pelos como escarpias. Pues todo
era un remanso de paz cuando salta la bomba de que capital mexicano
estudia la adquisición del club. Que se haga público ya es mala
señal, cuando estas inversiones van en serio no se dice nada de
forma pública y cuando se hacen saber es que una de las partes trata
de meter presión. De momento caras de pasmo y algo de susto en el
organigrama del club y una nueva causa de angustias, incertidumbres y
miedos...
El
Real Sporting necesita un cambio radical en el máximo accionariado,
ya era necesario hace varias temporadas, y el fallecimiento del padre
del presidente sólo es la señal del fin de una época, con claros y
oscuros, y el inicio de otra. El fútbol profesional del siglo XXI no
es el mismo del siglo XX y que aún trata de mantenerse. En principio
el grupo empresarial mexicano parece serio y con proyecto a largo
plazo, ya es propietario de varios clubs de fútbol y puede ser
garantía de colaboración en forma de técnicos y jugadores siempre
y cuando los mexicanos sepan que el Real Sporting debe vivir de la
cantera, la propia y la transnacional en caso de adquisición. El
club a nivel institucional es insignificante aunque se viva del
recuerdo de la época gloriosa. La escuela de fútbol está
desaprovechada y el primer equipo ha tenido un serio aviso esta
temporada de que somos carne de luchar por no descender. No quita que
empezara la cosa y el proyecto de Abelardo cuaje, pero lo más
probable es que el proyecto naufrague antes de navidad.
Pinta
mal que se haya hecho público cuando las negociaciones están en su
primera fase de estudio, sólo sirven estos anuncios prematuros para
que aparezcan capitalistas oportunistas. El club debe demostrar que
es tal y serio, también el grupo inversor debe enamorar a la afición
y decir cuál es el proyecto, las bases del mismo y realizar una
reestructuración a nivel institucional y de organigrama del club.
Los hechos muestran que el actual máximo accionista carece de margen
de maniobra para la revolución que necesita el club para ser
competitivo. De momento se fastidia la tranquilidad y desde el más
humilde empleado al más preboste de la masa social tienen miedo de
que todo quede en otro globo y que se comience la temporada confiando
en galgos, podencos y cojitrancos mientras se ignora la cantera...
¡Y
si hay que aprender a tocar el guitarrón mexicano, se aprende!
The
Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
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