Andalucía marca el
principio del fin del populismo
Inesperada
victoria por mayoría, se esperaba pero no tan rotunda, del Partido
Popular en Andalucía que le permitirá gobernar sin el chantaje del
populismo de derechas representado por VOX. Se libra así el señor
Feijoo de variar su discurso de oposición serena y opciones de
gobernar tras las próximas elecciones generales, unos comicios que
podrían verse adelantados aunque de momento se descarten. La
victoria del Partido Popular muestra que la ciudadanía comienza a
ver que el populismo de izquierdas se queda en nada cuando llega a
labores de gobierno. El guerracivilismo
imperante en su discurso convierte su autoproclamado progresismo en
nada, sin argumentos toda vez que la realidad de la guerra desatada
por Putin y su régimen les ha pillado con el paso cambiado. Decir
que la OTAN está actuando bélicamente o sacar a refrescar el recuerdo de Franco
para lograr votos resulta ya patético y un insulto a la
inteligencia...
El
señor Pedro Sánchez tiene ante sí una difícil tesitura con sus
socios de gobierno y apoyos parlamentarios de las minorías
nacionalistas. La llegada de PODEMOS a tareas de gobierno y carteras
ministeriales y apoyarse en las minorías en contra de la
Constitución y con eslóganes indipendentistas han perdido una
oportunidad histórica de influir en la gobernanza y desarrollo de
España y sus territorios. Demagogia, deslealtad institucional,
discurso combativo y hechos provocativos ya no dan más de sí y
mucho menos con un horizonte a corto plazo de economía de guerra e
intervención en ayuda de quien sea agredido por Rusia. Sería el
momento de un viraje en los apoyos parlamentarios, buscar políticas
de encuentro con el Partido Popular a nivel estatal que serán
necesarias a partir del otoño ante un diciembre calentito pasando
frío. Haga lo que haga el Gobierno, como bajar el IVA en el recibo
de la luz, suena a movimientos debidos a la victoria del Partido
Popular en Andalucía.
Salvando
las distancias, lo ocurrido en Andalucía pone en alerta a los
populismos, unos viendo cómo no están en apoyo electoral con
capacidad de prometer cogobernanza y los otros contemplando como ser
parte del Gobierno no convence ni fascina ya al electorado. En
cuanto a las minorías de apoyo, Bildu debería terminar de
integrarse en el juego democrático quitando del timón y la escena
pública a personajes como el señor Otegui y en cuanto a ERC dejar
de engañar a sus votantes y dejar de rendir pleitesía al prófugo señor
Puigdemont. La guerra no hará distinciones y seguir fomentando el
radicalismo y la confrontación sólo beneficia a Putin y su régimen.
Parece meridianamente claro que el electorado quiere un cambio de
rumbo a la hora de afrontar los desafíos que toca atravesar en esta
década que aún acaba de empezar. Unos desafíos que ya son de
integración europea y que pondrán a prueba la existencia misma de
la Unión Europea, esa mayoría de edad que otorga la guerra a un
ente supranacional para resultar una auténtica nación. PODEMOS y
quienes apoyan las tesis de la formación respecto a la guerra en
Ucrania, sus dirigentes, son incapaces de tener elasticidad para
afrontar y reconocer que las ideas del siglo XX no cuajan en la
realidad diaria. El pacifismo no es tal cuando se renuncia a perder
la propia libertad...
Así
de simple y así de complicado.
The
Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
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