Suplemento
televisivo cutre de The Adversiter
Chronicle
LO DE BELÉN
Todo
es efímero en esta vida y le sucede lo mismo a los programas de
televisión longevos con la consiguiente decadencia de los mismos por
distintas causas y maneras. Sólo así se entiende y se comprende que
Sálvame diario haya entrado en una espiral decadente que presagia
malos tiempos para un formato que ha terminado por consumirse a sí
mismo, devorando colaboradores, invitados y presentadores. Jorge
Javier es una sombra de presentador que era para convertirse en un
actor aficionado que interpreta a un presentador, sus arengas
políticas respetables siempre han caído en el vicio de o estás
conmigo u eres de todo, desde patriarcal a franquista. Carlota
Corredera ya no está y también estaba agotado su crédito de
presentadora cayendo en los mismos vicios que Jorge Javier. Paz
Padilla se fue escaldada y dando una sensual espalda mientras se
quitaba el micrófono, agotado su crédito de presentadora en sus
turras sobre la buena muerte y barrabasadas varias en contra de las
vacunas del covid...
El
caso es que no se les ha ocurrido otra cosa a las mentes pensantes
del programa que conceder a Belén Esteban el estatus de presentadora
de su propia sección dentro del programa. El formato es sencillo y
obsoleto como es sentar en varias sillas a distintas personas que dan
su testimonio. Es una rara elección para levantar audiencia por
cuanto si bien el espacio puede tener su público, espanta al resto
de la audiencia. No es culpa de Belén Esteban, obviando su fatal
manera de presentar y calamitosa lectura de la pantalla con el texto.
Superada la vergüenza ajena que produce escuchar a alguien que se
nota que está leyendo y ausencia total de dotes de presentadora,
soportar la sección requiere hacer de tripas corazón. Una mezcla de
sensaciones que varían entre el pasmo total y la incredulidad
pasmosa de que no sea todo una broma del programa a Belén Esteban.
La
sección en sí es bazofia televisiva por el conjunto a lo que hay
que sumar el interés falsete del resto de colaboradores y
presentador que oscilan entre la carcajada cruel ante las
presentaciones de Belén Esteban y la falsedad de reírle las
ocurrencias y simular que les interesa la sección. Hay que verlo al
menos una vez por mero interés antropológico televisivo aunque
advertimos que resulta atroz y en ocasiones es un insulto en toda
regla a la inteligencia. El programa exitoso de antaño se ha
convertido en una caricatura donde colaboradores y colaboradoras
prefieren otorgar callando la razón a Jorge Javier para no ser
blanco de sus diatribas cuando se opina en contra o se le señala que
no acierta una como pitoniso y callan como mudos ante sus ramalazos
de trauma de cumplir medio siglo.
El
resultado es un Sálvame extraño, casi ajeno a la fórmula que ha
creado escuela y un programa que será leyenda de la televisión.
Resulta interesante a la audiencia ver cómo se desintegra y lo cierto
es que te queda la impresión de que si no se remonta audiencia puede
que en septiembre haya sorpresas como la desaparición del programa
de las tardes. El único interés es el morbo de qué pensará Paz Padilla al ver a la Esteban ocupar su puesto de presentadora...
The
Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
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