Suplemento
cinematográfico cutre de The Adversiter
Chronicle
EL SARGENTO DE HIERRO
(1986)
(Heartbreak Ridge)
Hay películas, al gusto personal de cada cual, que se
agradece su visionado cada dos o tres lustros, sabiendo de memoria
cada escena y que sin embargo se vuelven a ver apreciando matices,
recordando la época del estreno y la virtud del cine de pasar una
par de horas abstraídos por la historia, los personajes y el
entretenimiento cinematográfico. Es además interesante la película
de hoy porque en su estreno la misma crítica que ahora venera al
Clint Eastwood como cineasta y maestro del séptimo arte, pues en
1986 seguían mofándose de las ínfulas del Eastwood que
protagonizaba, dirigía y producía películas, tildadas de
fascistoides o simplemente un fallido intento de contar una historia.
Además, es una película típica de la Guerra Fría donde se
proyectaba la necesidad de defenderse del expansionismo comunista, de
guion aprobado por el departamento correspondiente del Pentágono lo
cual propicia que se dejen ver escenarios castrenses, barcos,
helicópteros y hasta soldados como figurantes en el pelotón
protagonista. Clint Eastwood demostró su maestría nunca valorada en
sus estrenos entonces rodando un banderín de enganche
cinematográfico donde cuenta entre líneas una historia que no gustó
como resultado final a las autoridades cinematográficas del
Pentágono...
Clint Eastwood cumple todas las reglas no escritas de
este tipo de productos que pregonaban las bondades de la vida del
soldado, profusión de momentos donde la juventud encuentra en los
Marines un hogar que les provee de todo y una hermandad de soldados
luchadores por la libertad. Hay escenas de despliegue real en
maniobras que condimentan los escenarios y dan verosimilitud, donde
las fuerzas del bien derrotan a las fuerzas del mal desplegándose
allá donde haga falta y allá donde la libertad esté amenazada.
Nada mejor que culminar la historia con una guerra verídica en la
isla caribeña de Granada. Sin embargo, hay algo distinto que olió a
chamusquina a las autoridades militares cinematográficas: los
soldados no regresan como héroes tras el combate. Se ven afectadas
sus vidas personales con matrimonios rotos, el miedo en la
retaguardia a ver el marido aparecer en las noticias dentro de una
bolsa de cadáveres, veteranos que ganaron las batallas y perdieron
las guerras, oficiales chupatintas incapaces para estar en infantería
con mando en operaciones, soldados cuya soldada no llega para
mantener a su mujer y su hijo debiendo buscar un empleo para cubrir
gastos. Y un homenaje más del Eastwood a los veteranos de la Guerra
de Corea, tiene varios en su filmografía aunque sólo se recuerde al
personaje de El gran Torino.
Las habituales sesudas malas críticas por más sesudos
críticos se vieron un estreno más superadas por el éxito en taquilla.
Clint Eastwood ofrecía lo que se esperaba con lenguaje cuartelero,
de erotismo chusquero y humor socarrón, de fuerza contundente cuando
hace falta repartir mamporros, humor en el guion redondo que logra
una historia universal como es el desencanto de la vida y las
esperanzas de enmendar la misma cuando llega la jubilación. Clint
Eastwood interpreta a un sargento primero veterano de Corea y Vietnam
que quiere terminar su servicio activo en la sección de
reconocimiento del USMC. Logra el destino donde volverá a
encontrarse con su pasado, deberá hacer operativa para el combate a
una sección de insolentes, indisciplinados y haraganes soldados
acostumbrados a la buena vida y ser víctimas de las emboscadas de la
sección de elite dirigida por un comandante que viene de Intendencia
y con un teniente ratón de biblioteca que pierde el paso cuando va
en formación. El veterano sargento deberá luchar contra su
aflicción personal que le lleva a emborracharse y terminar en una
celda de la oficina del sheriff del condado cada dos por tres...
Desde la primera e icónica escena en la celda la
película cautiva al espectador y tiene las
dosis justas de los licores cinematográficos de un Clint Eastwood que ya era un buen director desde hacía unas cuantas películas. El elenco del reparto está genial en sus papeles y por destacar citamos Marsha Mason, que borda su papel mostrando a una mujer aún bella pero castigada por la vida, con dolor de pies tras servir copas y permitiendo que su jefe la acompañe a casa. Que se sorprende al ver de regreso a su ex- que sigue leyendo revistas en busca de comprensión de la psique femenina, que se emborracha y se mete en peleas, del que no sabía si volvería de Vietnam con vida y que no se fía de sus buenas palabras y proyecto de vida en común cuando se jubile.
dosis justas de los licores cinematográficos de un Clint Eastwood que ya era un buen director desde hacía unas cuantas películas. El elenco del reparto está genial en sus papeles y por destacar citamos Marsha Mason, que borda su papel mostrando a una mujer aún bella pero castigada por la vida, con dolor de pies tras servir copas y permitiendo que su jefe la acompañe a casa. Que se sorprende al ver de regreso a su ex- que sigue leyendo revistas en busca de comprensión de la psique femenina, que se emborracha y se mete en peleas, del que no sabía si volvería de Vietnam con vida y que no se fía de sus buenas palabras y proyecto de vida en común cuando se jubile.
Uno de los primeros
papeles de un actor que prometía y que sin embargo luego se fue
diluyendo en personajes pétreos de peñazos cinematográficos, el
bueno del Mario Van Peebles que está genial en su papel. Película con incondicionales espectadores que siempre
gustaron del Clint Eastwood, ejemplo magistral de cómo se rueda una
película propagandística de las virtudes de alistarse como soldado
para convertirse en un clásico del género de hazañas bélicas y
contar historias dentro de la historia bellamente engarzadas logrando
un resultado final redondo como producto cinematográfico. Sigue
siendo una película popular pese al tiempo transcurrido y las frases
del sargento primero siguen acojonando y provocando hilaridad a
partes iguales.
El equipo de cata cinematográfica no dudamos en
pasar del curro y aparcar trastos de faena para disfrutar de su
visionado con birras frías y pistachos. Porque al final el legado
del bueno del Clint Eastwood es otra película que trasciende lo que
es en apariencia y que la crítica nunca quería ni sabía apreciar
en sus películas como director.
Para pasarlo bien cada dos o tres lustros.
The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt
Lake City, Utah
Director
Editorial: Perry Morton Jr. IV
http://theadversiterchronicle.org
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