Con la
colaboración del profesor T. A. Rambaina
en exclusiva para
The Adversiter Chronicle
CORNETE DE HELADO
Son
tiempos de economía de guerra, aunque aún no se confiese, y hay que
ir buscando alimentos que además de saciar alimenten y aporten
nutrientes. Pese al señor Putin y su régimen, el verano y el buen
tiempo primaveral invitan a la ingesta de un clásico gastronómico
como es el helado en sus distintos formatos. Tras una nada selectiva
selección, tratamos hoy en MBC la versión del helado de cucurucho y
su variante comercial e industrial de cornete de helado. Desde su
envoltorio hasta sus características, siempre es una agradable
aventura catar un buen cornete de helado y producto popular en
refrigerados de superficies comerciales y supermercados que ha
logrado introducirse comiendo terreno al típico helado de cucurucho.
Nadie mejor que nuestro asesor científico para despejar y aclarar
dudas...
-Por
supuesto, por supuesto. En caso de apuro un buen cornete de helado, ciñéndonos al tema de hoy, supone una grata ingesta inculcada desde
la más tierna infancia. Los cornetes de helado vienen envasados en
cantidad de cuatro a seis piezas de cornete helado. Hay marcas
blancas y de marca con distintos precios y tamaños. Hay que tener
ojo porque la mayoría de las veces podemos encontrar en marcas
blancas tan rico sabor como en las marcas originales aunque las
marcas originales cuestan más y suelen traer menos. Para sibaritas
que catan un helado en momentos puntuales sale rentable comprar
marcas originales, para yonkis del helado en cualquier época del año
y momento del día, las marcas blancas son una buena opción una vez
que encontramos el sabor que se adapta a nuestros gustos. En economía
de guerra larvada y con inflación galopante, comer un cornete o dos
nos sacia, alimenta, nutre, un placer al paladar y la alegría y el
optimismo inherentes a saborear un buen cornete de helado. Y si me
pregunta si es mejor el cornete de helado u el cucurucho de toda la
vida, ambos son compatibles y las posibles reticencias al alimento
industrial y sus aditivos son refalfies de consumidores mal acostumbrados, llevamos más de medio siglo consumiendo
aditivos industriales con su consiguiente tolerancia a los aditivos y
el glutamato. En caso de duda, remitirse el dicho de que lo que no
mata, engorda.
-Un
cornete de helado no es más que un helado de cucurucho que se vende envasado. Aclarado el concepto, hay que puntualizar que un helado de
cucurucho se compone de dos partes bien diferenciadas mientras que el
cornete de helado consta de cuatro partes bien diferenciadas, cinco
si contamos el envoltorio que en manos poco diestras de macho alfa se
convierte en todo un galimatías donde se troncha el cornete de
helado por la mitad o se fastidia la apetitosa porción de chocolate
final que suele partirse y quedar en el envoltorio fastidiando el
placer final de la ingesta del cornete de helado. Pero vayamos por
partes: La primera parte es la parte superior que sobresale del
cucurucho de galleta. Aporta varios nutrientes adicionales ya que
suele llevar el sirope del sabor de turno, trazas de almendras,
nueces, avellanas y pipas. Es la parte con más variedad de formas de
consumo, pequeños mordisquitos, lametazos cual vaca pastando, y la
versión gañana de devorar a mordiscos directamente; la segunda
parte es la galleta del cucurucho, suele variar en consistencia según
marcas y une los naturales nutrientes de toda galleta con la tercera
parte del cornete de helado que es el helado contenido dentro del
cucurucho de galleta. Aquí ya estamos por lo general con el helado
en estado puro sin pizquitas de nada, puede consumirse lamiendo
lentamente el interior a la vez que se acompaña de cucurucho de
galleta o directamente a mordiscos, todo depende de la intensidad que
queramos otorgar a la ingesta...
-La
cuarta y última parte es la porción de chocolate al final del
cucurucho, grata sorpresa para neófitos que no conocían más formato
que el helado de cucurucho de toda la vida. Hay que recalcar que
cuidadín cuidadín con abrir por las bravas el envoltorio de papel
porque nos cargamos la grata presencia final del chocolate y que se
forma un agujero en la parte baja del cucurucho de galleta que si
tardamos en comer el helado y comienza a derretirse pues sale
chorrete por el agujero que puede amargarnos un pantalón, falda,
blusa y cualquier prenda a su alcance. Puede decirse que el cornete
de helado es más nutritivo y complicado de comer, por el envoltorio
principalmente, que el clásico helado de cucurucho.
-Si
hay féminas a mano, lo mejor es pedir que por favor lo desenvuelvan.
Para casos de torpeza crónica sólo hay que seguir unos pequeños
pasos. Primero se levantan las solapas de la tapa de forma que
podamos sacar la tapa propiamente dicha sin causar estragos a la
integridad del conjunto. Retirada la tapa, se abre una pequeña cuña
para ir desenvolviendo, aquí el macho alfa suele envalentonarse y
llevado de su natural torpeza se carga el cucurucho y el helado por
la mitad. Es una parte complicada del envoltorio porque es la que
cierra el mismo y suele estar pegado, lo cual requiere destreza
cirujana para superar el pegamentoso obstáculo. Tras varios helados
tronchados, se adquiere la maña necesaria para incluso abrir el
envoltorio de una pieza, lo cual en grupos de comensales da lugar a
sanas rivalidades y apuestas a ver quién desenvuelve de forma más
elegante. Otra parte dificultosa para manos torpes y zarpas es la
parte final donde va la pieza de chocolate, más por fragilidad de la
galleta del cucurucho en su parte más baja y estrecha que por
torpeza al cien por cien. En resumen, el cornete de helado propicia
un buen y saludable alimento, de socialización y adquisición de
destrezas a la hora de desenvolver el cornete de helado.
The
Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt
Lake City, Utah
Director
Editorial: Perry Morton Jr. IV
http://theadversiterchron
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