Pese a que no ganamos para
sustos en esta abrupta entrada al siglo XXI, seguimos sin estar
curados ni preparados para los espantos. Parece como si fuera
necesario tener, y que nos metan, miedo en el cuerpo: nacionalismos,
crisis mundial por la pandemia y, hay más miedos pero resulta
cansino citarlos, ahora nos anuncian que hay que prepararse para un
apagón eléctrico total...
Entiendo que por tierras austriacas se preparen para tal circunstancia, por estos
lares de terruños pega demasiado el sol para pensar en vivir a
oscuras, cuando en Austria están cogiendo el primer sueño aquí
estamos por la primera copa, tapa o pincho, no por despreocupados o
haraganes como dice la leyenda negra, es que tenemos claridad diurna,
sin las siempre sugestivas auroras boreales. Si la cosa eléctrica
fuera gratuita me pondría a temblar, pero mientras siga siendo
servicio básico de pago creo que querrán seguir cobrando. Una cosa
es recortar lo básico, tal vez apagones parciales de determinados
cachivaches en plan bolivariano, pero tampoco tenemos petróleo para
ser bolivarianos...
Ya se oye en
conversaciones los beneficios y ventajas de instalar la nueva panacea
que son los paneles de placas solares, hay heraldos del futuro que
hablan de producir electricidad para autoabastecimiento y la
posibilidad de incluso vender sobrante y sacar un beneficio. Ya son
difíciles las relaciones vecinales entre ruidos, molestias y gastos
que unos asumen y otros reniegan como para repartir el consumo
eléctrico entre la comunidad de vecinos...
Se aceleran los cambios
gracias a la digitalización universal y me causa más temor un
apagón total y planetario de Internet durante el tiempo suficiente
para resetear y poner vallas al campo de libertad en la red, cada
nación controlando sus conexiones, cercenando el poder hablar,
opinar, reflexionar o escribir un poema combativo. China ya lo hace y
parece que les funciona, aquí acabará llegando porque Internet es
un arma y cuando un país tiene un arma desconocida hasta que se crea
también el resto de países querrán disponer de ese arma...
Espero que los miedos no
me quiten el sueño, sigue siendo el reino de Morfeo el único lugar
donde un don nadie o una doña nadie pueden ser alguien, aunque sólo
dure un momento de sueño profundo...
Lo malo es cuando quieres
soñar pero te quitan el sueño.
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