Somos animales de
costumbres, pero también de costumbres animales. Cuando nos ponemos
animales no hay animal que nos gane en terquedad y animaladas...
Lo digo porque sólo
debemos seguir unas pequeñas normas, sin importar colores de
ideologías. Una es llevar mascarilla, otra respetar la distancia y
la última, que se extiende por toda la Cristiandad, es vacunarse sí,
mejor que no. Ya no es preferible la cosa, es una cuestión de baño
de realidad en nuestras mundanas vidas consumistas...
Hay otra sexta ola y ya
hay confinamientos y restricciones que avanzan rápido por toda la
geografía. La juventud ya tiene asumido como juerga en estos tiempos
enfrentarse a la autoridad con nocturnidad y colocón, pedetes
lúcidos en el mejor de los casos. Al menos saben el motivo de tal
rebelión de botellón, falta saber si habrán aprendido a que nos
les utilicen mayorías minoritarias radicales que han hecho de la
radicalidad su modo de sustento subvencionado y encontrar colocación
por méritos de radicalidad, hay cosas que nunca cambian...
Por estos lares andamos en
una especie de narcolepsia donde incumplimos las recomendaciones
ignorando lo que ocurre en nuestra inmediata vecindad hasta que la
autoridad lo obligue. Es como si preferimos la locura desatada hasta
la medianoche cual Cenicientas y descartamos evitar el ultimátum de
las campanadas, preferimos que caiga de nuevo la oscuridad a mantener
despejado el día...
Las vacunas no evitan el
contagio y lo sabemos desde la temprana edad escolar y lo olvidamos,
así que no podemos pedir a la díscola juventud que no tiene tanta
memoria que sean responsables y se queden en casa o en cualquier otra
parte sin las aglomeraciones que se estilaban antes de todo este
circo. Nos preocupa y les preocupa que lleguen las fechas de consumo
estimulado y no se pueda consumir, que si se puede y podrá solo que
igual hay que renunciar a lo último de los último, pero somos
sordos y por tanto necios. Cuanto más se acerca la sexta ola, cuanto
más aumenta la cifra de contagio, más queremos apurar el tiempo y
ya nos curaremos, siempre es mejor pasar confinado la cuesta de enero
que ser precavido en fechas de consumo navideño, si es que llegamos
sin confinar...
Hay quien pide medidas
draconianas a quienes no aceptan ser vacunados, luego demandarán los
no vacunados por tomar contra el colectivo medidas draconianas
sanitarias y exigirán las mismas draconianas compensaciones. Todo el
mundo estará contento, sólo los muertos podrían quejarse pero ya
no gorgutan...
Ha llegado una ola de frío
polar, otro aliado a favor de la pandemia mientras que los humanos no
somos capaces de aliarnos contra la misma...
Y volveremos a ser
derrotados un invierno más.
The
Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt
Lake City, Utah
Director
Editorial: Perry Morton Jr. IV
http://theadversiterchronicle.org
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