Una sección de
Palomino Gargajo Bilioso
en exclusiva para The Adversiter
Chronicle
Lealtad institucional
Se
han presentado los Presupuestos Generales del Estado para su debate y
aprobación en el Congreso de los Diputados en un escenario de mejora
en el control de la pandemia, el desastre volcánico en la isla de La
Palma, con el Tribunal de Cuentas poniendo orden en las penas
económicas a los golpistas catalanes a la Constitución, fuera del
grupo de trabajo encabezado por EEUU para combatir la piratería
informática con apoyo de potencias mundiales y consintiendo los
desplantes institucionales al conjunto de la nación en la persona de
Felipe VI. Una gota de cordura es el acuerdo entre PSOE y PP para
renovar órganos constitucionales...
Felipe
VI representa a la sociedad española, es uno de sus papeles como
Jefe de Estado, y tras comprobarse día tras día el fracaso y la
engañifa a sus votantes de la intentona secesionista ya es hora de
que el señor Pedro Sánchez deje de tolerar desplantes, insultos
jugando con las banderas y demás parafernalia combativa con la que
la clase y casta política que se llama independentista se labran su
presente y futuro económico jugando con la leyenda negra, simbolismo
y odio a quien no sea nacionalista. El nacionalismo, sea cuál sea,
exige tener un enemigo, pero nos son nuestros enemigos y no entrar al
trapo de la provocación no está reñido con exigir formas y
formalidades. Plantar a Felipe VI por parte del presidente catalán
sólo prolonga el ridículo internacional que ya reconoció el
prófugo Puigdemont tras salir del maletero a sus colegas por
mensajería de redes sociales. Estamos en un punto de inflexión
mundial y se está ordenando el mundo del siglo XXI donde los
nacionalismos populistas tratan de pescar en río revuelto, y el
nacionalismo catalán empieza a ser un lastre pero para Cataluña.
El
populismo indigenista azuzado por cierta clase política de
Hispanoamérica, ha puesto de moda que España debe pedir perdón por
su pasado colonial. Debería pedirlo las clases dirigentes surgidas
en las nuevas repúblicas americanas tras independizarse de la Corona
española, donde eran territorios y no precisamente un sistema
colonial. Pero España no debe pedir perdón y ni debe asumir tesis
ahora en boga en las distintas repúblicas hispanas que en realidad
están al servicio de intereses oligárquicos surgidos de la nueva
oligarquía populista que ve en EEUU al coco y en Cuba y Venezuela la
Arcadia prometida. La pujanza del mundo hispano es ya imparable, pese
a los lastres de un pasado marcado por intereses de la Guerra Fría.
España y sus gobiernos deben contribuir combatiendo la leyenda negra
actualizada para que personajes populistas como el presidente de
México o el bolivariano Maduro concentren en España el enemigo que
amalgame a sus sociedades desencantadas en el patriotismo,
entendiendo como tal que España es la culpable de sus males
económicos y sociales. Seguir la corriente a nivel diplomático sólo
nos lleva a asumir que somos culpables de que en México sufren la
lacra del narco por culpa de Hernán Cortés y sus aliados contra el
sangriento imperio azteca. Es un problema de educación y España
debe combatir culturalmente tantas falsedades interesadas.
PSOE
y PP deben llegar a grandes pactos institucionales. El siglo XXI es
ya realidad y tanto a nivel nacional como internacional se requieren
grandes acuerdos para un nuevo marco y campo de juego. Se trata de
mejorar lo mejorable, corregir lo negativo y encauzar políticas
necesarias. La Unión Europea sigue sufriendo el envite del abandono
de Reino Unido y las tensiones con Polonia cuyo gobierno trata de
ponerse por encima del poder político de la Unión Europea. Hace
falta una defensa común, desde estrategias y unidades hasta
adquisición de equipo militar. La economía y un andamiaje político
ya no bastan si los ciudadanos de la UE quieren seguir disfrutando
del estilo de vida europeo. La Unión Europea debe tener proyección
como potencia que es en el ámbito económico, político y social.
Habría que empezar por la ribera mediterránea integrando las
economías y promoviendo el progreso social de Marruecos a Egipto
cortando el tráfico humano que deja el peaje de miles de vidas
ahogadas en el mar por llegar al sueño europeo. Consentir
deslealtades internas en los países miembros y deslealtades de los
países miembros exigen volver a la sensatez y la concordia en mor del
bien común. Falacias y populismos no tienen lugar en un mundo
interconectado en tiempo real y en consumo global...
Así
de simple y así de complicado.
The
Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt
Lake City, Utah
Director
Editorial: Perry Morton Jr. IV
http://theadversiterchronicle.org
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