Suplemento
cinematográfico cutre de The Adversiter
Chronicle
LA PROFECÍA (1976)
(The Omen)
Aunque
en la memoria cinematográfica ha perdurado El Exorcista,
producción de 1973, en la década de los 70´s se hicieron un puñado
de títulos de terror que luego verían versiones más o menos
afortunadas. Tres años después de que la niña del exorcista
quedara grabada a fuego y siga grabando fuego a quienes la visionan
por primera vez, Richard Donner dirige La Profecía protagonizada por
un inmenso Gregory Peck y la no menos inmensa Lee Remick secundados
por un estupendo plantel de secundarios y sobre todo la inquietante
presencia del niño que hace de hijo adoptado de ambos y de quien
nadie recuerda su verdadero nombre pero cuyo nombre en la película
sigue provocando que se te pongan los pelos como escarpias, el
Damien. Así que no lo pensamos dos veces el turno de noche para
aparcar trastos de faena y pasar al modo de equipo de cata
cinematográfica bien surtidos de birras frías y pistachos...
Si
la niña del exorcista atrae simpatías por estar poseída, en Damien
no hay lugar para el sentimentalismo porque no es un tierno niño
poseído por el maligno, es Satán en carne y hueso con la marca del
666 grabada en su piel. Basta ver una vez la película para que no se nos
borre de las neuronas al Damien, posiblemente sólo está al mismo
nivel el protagonista de La naranja mecánica
en cuanto a maldad personificada cuando se recuerda el terror y al
mal en el cine. A la esposa del embajador estadounidense en Londres
le hacen creer que su hijo ha muerto al nacer y el embajador,
desesperado por no dar un disgusto mortal a su mujer, acepta un
cambalache por el cual adopta un bebé como propio a ojos de su
esposa. Desde el momento de dar a luz, vemos desfilar a servidores
del mal y del bien en una lucha a muerte, los primeros para proteger
a Satanás en su infancia y los segundos para detener la llegada de Satán a la tierra.
Puede
parecer que ha envejecido mal, incluso tildada de obra menor en
comparación con su antecesora de 1973, pero por alguna razón no podemos evitar verla hasta el final y hay un desasosiego creciente a
medida que avanza el metraje. El final, pese a no dejar de ser un
niño que pasa de serio a tener una sonrisa en la cara, surte más
efecto terrorífico en la psique del espectador que cualquier efecto
digital, truca o maquillaje con sustos de títulos posteriores, si
nunca la viste podrás apreciar tal efecto en la mente. Éxito de
taquilla en su tiempo, el argumento sigue actual porque el mal, como
el amor, nos atrae de forma innata e inconsciente.
Conoció dos
secuelas bastante deleznables como solían serlo entonces estas
segundas y terceras partes para estirar el chicle y réditos en
taquilla. Hay que verla porque es un clásico del género de la época
y si bien los sustos son tales y contados, la atmósfera que crea es
opresiva y de desasosiego continuo...
Pero
nunca olvidarás la cara del Damien cuando te sonríe.
The
Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt
Lake City, Utah
Director
Editorial: Perry Morton Jr. IV
http://theadversiterchronicle.org
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