The Adversiter Chronicle

viernes, 29 de octubre de 2021

"Ni a pata ni alpargata y menos a La Alcarria", suplemento viajero cutre

Suplemento viajero cutre de The Adversiter Chronicle

Viaje a tirar la basura (II)

El viajero mira por la ventana, la calle indica que ha llovido pese a que el cristal no muestra gotas que le hayan golpeado. Parece noche cerrada y parece que esté fresco. El viajero viste pantalón de chándal y decide ponerse un polar, por el frío, es un viejo compañero ya con sus años y que el viajero destina a uso doméstico si bien es válido para salidas a bajar la basura...
El ascensor tarda en aparecer, el viajero juraría que va más lento de lo normal, coincidiendo con la última reparación cuando se quedó parado. El viaje de descenso transcurre sin paradas, con los números de las plantas en el luminoso a medida que las traspasa al bajar...
Está lloviendo en la calle, esa lluvia sin brisa ni aire que cae vertical sin mojar los cristales. Si moja la lluvia el cráneo del viajero que se consuela en que el suave caer de las gotas de lluvia no deja de ser un excelente masaje capilar. Le gusta al viajero sentir la lluvia fina, recuerda noches de vigilia bajo la lluvia...
Es primera hora de la noche y, por un viernes, el contenedor no está a rebosar con la tapa sin poder cerrarse por la acumulación de bolsas de la basura y el viajero no tiene que empotrar la suya a presión para poder depositarla en el contenedor. Esquiva los coches aparcados que le hacen pasar de perfil. Observa que llegan vecinos al portal y aunque hace tiempo entra a la vez. El viajero es invitado a subir al ascensor, se nota, piensa el viajero mientras ascienden en un silencio sepulcral como sólo se da en los ascensores entre dos vecinos de hola y adiós, que se han levantado la mayoría de restricciones, sólo visible la pandemia en que tanto el viajero como el vecino llevan puesta la mascarilla...
El viajero se despide del vecino cuando éste llegó a su planta y mira de nuevo el indicador de las plantas, es un instante quieto en el espacio tiempo, pendiente de un artilugio que sujetado por cables te sube y baja decenas de metros. El viajero despierta de sus ensoñaciones al pararse el ascensor, no sin una última e inquietante frenada antes de abrirse la puerta. El descansillo huele a guiso mientras mete la llave en la puerta y se dispone a entrar y...
Pero ése, ya es otro viaje.

The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
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