Suplemento
viajero cutre de The Adversiter Chronicle
Viaje a tirar la basura
(II)
El
viajero mira por la ventana, la calle indica que ha llovido pese a
que el cristal no muestra gotas que le hayan golpeado. Parece noche
cerrada y parece que esté fresco. El viajero viste pantalón de
chándal y decide ponerse un polar, por el frío, es un viejo
compañero ya con sus años y que el viajero destina a uso doméstico
si bien es válido para salidas a bajar la basura...
El
ascensor tarda en aparecer, el viajero juraría que va más lento de
lo normal, coincidiendo con la última reparación cuando se quedó
parado. El viaje de descenso transcurre sin paradas, con los números
de las plantas en el luminoso a medida que las traspasa al bajar...
Está
lloviendo en la calle, esa lluvia sin brisa ni aire que cae vertical
sin mojar los cristales. Si moja la lluvia el cráneo del viajero que
se consuela en que el suave caer de las gotas de lluvia no deja de
ser un excelente masaje capilar. Le gusta al viajero sentir la lluvia
fina, recuerda noches de vigilia bajo la lluvia...
Es
primera hora de la noche y, por un viernes, el contenedor no está a
rebosar con la tapa sin poder cerrarse por la acumulación de bolsas
de la basura y el viajero no tiene que empotrar la suya a presión
para poder depositarla en el contenedor. Esquiva los coches
aparcados que le hacen pasar de perfil. Observa que llegan vecinos al
portal y aunque hace tiempo entra a la vez. El viajero es invitado a
subir al ascensor, se nota, piensa el viajero mientras ascienden en
un silencio sepulcral como sólo se da en los ascensores entre dos
vecinos de hola y adiós,
que se han levantado la mayoría de restricciones, sólo visible la
pandemia en que tanto el viajero como el vecino llevan puesta la
mascarilla...
El
viajero se despide del vecino cuando éste llegó a su planta y mira
de nuevo el indicador de las plantas, es un instante quieto en el
espacio tiempo, pendiente de un artilugio que sujetado por cables te
sube y baja decenas de metros. El viajero despierta de sus
ensoñaciones al pararse el ascensor, no sin una última e
inquietante frenada antes de abrirse la puerta. El descansillo huele
a guiso mientras mete la llave en la puerta y se dispone a entrar
y...
Pero
ése, ya es otro viaje.
The
Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt
Lake City, Utah
Director
Editorial: Perry Morton Jr. IV
http://theadversiterch.orgronicle
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