En
determinadas épocas del año somos bombardeados con publicidad para
comenzar una colección de fascículos con múltiples ofertas de dos
fascículos por uno y acompañados de reproducciones en miniatura o
las piezas para componer una maqueta a medida que sumamos fascículos.
Estamos rodeados de coleccionistas de fascículos y raro es el mortal
y la mortal que no empiezan una colección con mucho ánimo para
luego decaer a la tercera o cuarta semana como mucho las ansias de
seguir comprando el fascículo de turno...
-Casimiro, es usted coleccionista confeso de fascículos...
-¡Y
a mucha honra! No me haga como mi sobrino que cuando le comenté si
no le apetecía hacer su primera colección de fascículos y me
contestó que él no perseguía culos fascistas como un depravado
progresista. Son tiempos de nuevas coordenadas y ya ve que ser amante
de los fascículos es tildado de depravación. Llevo coleccionando
fascículos desde hace más de cinco lustros y confieso, sí, que lo
soy. No creo que sea nada malo, la verdad.
-¿Cualquier colección de fascículos o es sibarita de los mismos?
-Según
las necesidades. Que me falta hilo y aguja incluyendo falta de
iniciativa en el arte de la misma, pues colección de costura en
pocos pasos que te regalan un costurero a piezas y hasta un estante
para poner los distintos hilos. Que no sé qué regalar a mi
sobrinito, pues colección de fascículos de coches de carrera donde
te dan piezas con cada fascículo de forma que cuando llega la fecha
de regalar le impresionas con el pedazo de buga a escala. Hay
colecciones de fascículos para todos los gustos. Al final gastas lo
mismo o más, es casi imposible no caer en la tentación de comprar
algo más en el quiosco, pero es una afición que requiere
constancia, dineros para invertir en la colección y un quiosco de
confianza que nos guarde cada semana el fascículo y sepa disculpar
cuando una semana no se coge o hay impagados más de la mitad de los
fascículos semanales.
-¿Es más constante el hombre o la mujer a la hora de coleccionar?
-Depende de la afición de cada uno y cada cual. Es
dudoso que una mujer coleccione fascículos de vehículos o motos
donde el único aliciente es tener la miniatura a escala de los
mismos. Sin embargo es el hombre quien sufre la afición femenina a
colecciones de fascículos de recetas caseras con sabor industrial,
por poner un ejemplo, donde los postres son auténticos insultos al
estómago, ofensas a los intestinos e hipocresía de pareja al comer
alabando la pericia adquirida con los jodidos fascículos unos
postres realmente aborrecibles al paladar. Sin embargo, si el hombre
quiere mostrar sus colecciones a la parienta, resulta que le
interesan un comino porque son cosas de pitopáusico que le da por
comprar cochecitos de miniatura, minerales de poco tamaño o la
maqueta mal montada con pegotes de pegamento. ¡Hay un matriarcado
opresor sobre los coleccionistas de fascículos!
-No sabía yo tal cosa, es increíble el mundo interior del coleccionista de fascículos...
-¡Es que estoy hasta los cojones, comprenda, hasta los cojones! ¡Llevo intentando juntar oro para hacerme un anillo y pese a llevar ya cinco colecciones completas de minerales, y otras tantas hasta la entrega de la piecita de oro, sin poder juntar lo suficiente! ¡La maqueta del coche para mi sobrinito fui capaz de terminar su endiablado montaje cuando se sacó el carné de conducir y ahora la dichosa maqueta ocupa espacio en el trastero! ¡Y estoy harto de coleccionar fascículos de arte pictórico cuando a mí lo que me gusta es el flamenco y los tablaos! ¡No quiero coleccionar más fascículos!
-¡Coño jefe, pues no los compre! ¡Impulsivo, que es usted un impulsivo!
The
Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt
Lake City, Utah
Director
Editorial: Perry Morton Jr. IV
http://theadversiterchronicle.org
No hay comentarios:
Publicar un comentario