The Adversiter Chronicle

miércoles, 11 de agosto de 2021

"Lomo con tapas", suplemento literato cutre

 Suplemento literato cutre de The Adversiter Chronicle

Libro: Las Zarinas -poderosas y depravadas-
Autor: Henri Troyat
Editorial: Ediciones B, S. A.
Traducción: Teresa Clavel
Edición: 1ª edición, marzo 2003

Si pensamos en el Antiguo Régimen y en Rusia, nos vienen a la memoria Pedro El Grande como Zar y Catalina La Grande como Zarina, pero en el intervalo entre ambos se sucedieron tres zarinas que quedan solapadas por su predecesora. El autor rescata del olvido a las susodichas en un delicioso estilo donde condensa a la vez que desgrana de forma amena, entretenida e ilustrativa, una época donde los monarcas tenían un poder absoluto que gobernaban sobre sus súbditos pero también eran humanos en sus debilidades, desde la comida hasta el sexo pasando por la crueldad. En ese sentido la mujer podía ser tan absolutista y depravada como sus homólogos masculinos coronados. Asistimos a las intrigas sucesorias, los cortesanos más intrigantes aún y remando siempre a favor de sus monarcas, amantes y lujuria de los sentidos que sólo el poder permite y la siempre fascinante historia de Rusia...


Nacido en Moscú en 1911, Henry Troyat (pseudónimo de Lev Tarassov) llegó con su familia a París en 1920, tras huir de la ciudad a causa de la Revolución. Miembro de la Academia Francesa y biógrafo de fama internacional, Henry Troyat es un autor ampliamente reconocido y galardonado (ha recibido los premios Max Barthou y Goncourt, entre otros). Entre sus obras destaca la biografía de Iván el Terrible. Su estilo vivaz, las anécdotas que sazonan su narración y la curiosidad que despierta en el lector hacen de sus biografías unas lecturas absorbentes y enriquecedoras. Troyat ha plasmado la vida de grandes figuras históricas, como Catalina la Grande, Dostoievski, Flaubert, Gorki y Tolstói.
Datos sacados de la contraportada y al año de edición, añadir que falleció en París en 2007 y es un autor que goza de gran popularidad en Francia. En Internet podéis encontrar abundante información y, sin más, unas breves reseñas que os animen a su apasionante y amena lectura:

Muere el zar Pedro I el Grande...

Cuando los médicos y a continuación los sacerdotes dan fe de la muerte de Pedro el Grande, un frío amanecer asoma sobre la ciudad dormida. Caen gruesos copos de nieve. Catalina, su viuda, se retuerce las manos y llora tan copiosamente ante los plenipotenciarios reunidos en torno al lecho fúnebre que el capitán Villelois, ayudante de campo de Pedro el Grande, escribirá en sus memorias: `Era inconcebible que pudiese haber tanta agua en el cerebro de una mujer. Infinidad de gente acudía al palacio para verla llorar y suspirar´. Finalmente se anuncia el fallecimiento del zar mediante ciento un cañonazos disparados desde la fortaleza de San Pedro y San Pablo. Las campanas de todas las iglesias tocan a difuntos. Ha llegado el momento de tomar una decisión. La nación entera está esperando que le comuniquen quién tendrá que adorar o temer en el futuro. Consciente de su responsabilidad ante la Historia, catalina se presenta a las ocho de la mañana en una gran sala del palacio donde están reunidos los senadores, los miembros del Santo Sínodo y los altos dignatarios de las cuatro primeras clases de la jerarquía, una especie de consejo de sabios llamado la Generalidad del Imperio.”

Buscando un marido para la zarevna Isabel...

Mientras en Ekaterinhof Isabel sueña con estos diferentes partidos cuyo rostro apenas conoce, en San Petersburgo, Ménshikov, como hombre práctico que es, estudia las ventajas de los novios disponibles en el mercado. Desde su punto de vista, la zarevna medio viuda representa una excelente moneda de cambio en las negociaciones diplomáticas en curso. Aún así, estas preocupaciones matrimoniales no le hacen perder de vista la educación de su pupilo imperial. Observando que, desde hace poco, Pedro parece menos extravagante que en el pasado, recomienda a Ósterman que refuerce su lucha contra la pereza natural de su alumno acostumbrándolo a unos horarios fijos, ya se trate d estudios o de solaz. El westfaliano e secundado en esta tarea por el príncipe Alexéi Grigórievich Dolgoruki, `gobernador adjunto´. Éste se presenta a menudo en palacio con su joven hijo, el príncipe Iván, un apuesto mozo de veinte años, elegante y afeminado, que divierte a Su Majestad con su inagotable parloteo.”

Ana Ivánovna...

`¡Queremos una zarina autócrata, no queremos al Alto Consejo secreto!´, grita uno de los oficiales, arrodillándose ante ella. Ana Ivánovna, actriz consumada, finge estar sorprendida. Parece descubrir de pronto que se han aprovechado de su buena fe. ¡Creyendo actuar por el bien de todos al renunciar a una parte de sus derechos, resulta que no ha hecho sino servir a los intereses de un puñado de ambiciosos y malvados! `¡Cómo! -exclama-. ¿la carta que firmé en Mitau no respondía a los deseos de toda la nación?´. De repente, los oficiales dan un paso al frente, como en una parada militar, y declaran al unísono: `¡No permitiremos que se le impongan leyes a nuestra soberana! Somos vuestros esclavos, pero no podemos tolerar que unos rebeldes se permitan dirigiros. ¡Decid una palabra y arrojaremos sus cabezas a vuestros pies!´. Ana Ivánovna se domina para no estallar de alegría. En un abrir y cerrar de ojos, su triunfo la resarce de todas las vejaciones pasadas. Creían que la habían engañado y es ella la que está haciendo morder el polvo a sus enemigos, los verjovniki. `Ya no me siento segura aquí -declara, fulminando con la mirada a los dignatarios desleales. A continuación, se vuelve hacia los oficiales y añade-: ¡Obedeced solamente a Simón Andréievich Saltikov!´.”

Catalina, antes de ser la Grande...

Si bien el gran duque la desdeña, otros hombres le hacen la corte bastante abiertamente. Incluso su mentor oficial, el virtuosísimo Choglokov, se ha ablandado y le dedica de vez en cuando un requiebro salaz. Sensible tiempo atrás al encanto de los Chernichov, Catalina soporta ahora con gusto el asedio de un nuevo miembro de la familia, llamado Zahar, que está a la altura de los precedentes. En todos los bailes, Zahar está allí devorándola con los ojos y esperando el momento de bailar con ella. Incluso se dice que intercambian notas amorosas. Isabel está ojo avizor. En pleno devaneo, Zahar Chernichov recibe la orden imperial de incorporarse inmediatamente a su regimiento, acantonado lejos de la capital. Pero Catalina no tiene mucho tiempo para lamentar su marcha, pues casi enseguida es felizmente sustituido por el seductor conde Sergéi Saltikov. Descendiente de una de las familias más antiguas del imperio y admitido entre los chambelanes de la pequeña corte granducal, el conde se ha casado con una dama de honor de la emperatriz y ha tenido de ella dos hijos. Pertenece, pues, a la raza de los `verdaderos machos´ y arde en deseos de demostrárselo a la gran duquesa, pero lo frena la prudencia.”

Breves pinceladas de un apasionante libro que se devora con avidez gracias al estilo y gracejo del autor. Porque ahora son los escándalos de productores de cine, televisión, los negocios y familiares de parientes ricos, pero en el Antiguo Régimen, mientras la plebe estaba sometida a la moral, los y las gobernantes se dedicaban a los placeres donde se entremezclaban la política y rivalidad de los grandes reinos europeos, las aventuras de alcoba y hasta la búsqueda de candidatos a engendrar un heredero ante la incapacidad del marido de turno. Ideal para lectura de playa, noches de calor para conciliar el sueño y se puede regalar a la suegra para luego sonsacarle sus secretos de alcoba, que no los dirá pero nos hará pasar unas risas mientras defiende furibundamente su castidad matrimonial...


The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
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