The Adversiter Chronicle

lunes, 14 de diciembre de 2020

REFLEXIONES EN VOZ ALTA de Skizo´s Blues

No hemos pasado la segunda ola del coronavirus y ya se escuchan voces alertando de la tercera, sin embargo el soniquete queda atenuado cuando observo desde el acantilado que abre la hostelería, signos en forma de terrazas dispuestas para recibir clientes pese a que la lluvia lo empapa todo, una lluvia suave, casi insultante y casi tímida como pidiendo permiso para caer sobre el asfalto...
Supongo que somos como bañistas que, resignados a no ver la orilla, esperamos las olas suspirando porque no nos arrastren mar adentro. Dicen que la llegada de la primera, y engorrosa, vacuna es el principio del fin aunque a mí me parece, en mi demente opinión, que en realidad es el fin del principio, cosas de la subjetividad supongo...
Por alguna razón mis semejantes afirman que no se pondrán la vacuna, que esperarán a ver si funciona y demás frases de protesta cuando nos van a pedir estar vacunados para todo, desde un trabajo a viajar fuera de la residencia habitual...
El mundo, la sociedad y todo en general, ha cambiado, mutado como siempre que hay una guerra pero de alguna manera nos hemos anestesiado, nos hemos resignado a verlas venir, sobresaturados de información que sólo son conjeturas, pero seguimos protestando y es por esta razón protestante que me siento no optimista. Olvidamos los muertos pensando en reunirnos con los vivos a los que podemos matar por mucho amor que se tenga hacia ellas y ellos...
Hemos entrado en el siglo de la sociedad planetaria aunque no seamos conscientes ni enterados de la novedad pero seguimos desperdigados, separados por montañas virtuales, no somos conscientes de que el coronavirus lo ha trastocado todo pero seguimos enzarzados en nuestras cuitas egoístas y miopes sin ver más allá de nuestras propias narices que quieren oler navidad camuflando la peste de la mortandad...
Es difícil abstraerse como en otras navidades, quejándonos de que ya no son como antaño, que el turrón cada vez es más caro y las tabletas más raquíticas, de montar el belén o el árbol de navidad con esa congoja que produce el recuerdo de las ausencias, ni siquiera el consumismo alivia la sensación y comprar regalos tiene algo de grotesco, casi obsceno...
Así que me quedan dos opciones, una es seguir al rebaño y anestesiarme colectivamente; la otra seguir, tratando de, mirar a la realidad a los ojos, tomar un respiro sin contagiarme tomando un café y tratar de estar preparado para la tercera ola como un surfista estudia el mar para encarar un nuevo desafío...
Una gaviota me observa solemne a prudencial distancia como indagando qué me pasa, mirada extraña a un extraño aunque seamos vecinos y mi mente trata de racionalizar que una gaviota me mire como interesada en mis problemas...
Pero sólo le interesan mis sobras de la comida.

The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton  Jr. IV

 

theadversiterchronicle@hotmail.es 
                                                        

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Powered By Blogger