-Dícese
de la figura del allegado que es aquel que mantiene una estrecha
relación con determinada persona o familia, Etelmiro.
-Parece una clara definición pero en la práctica ser allegado es mucho más. Pero sin entrar en polémicas definitorias del concepto, esta pandemia tiene de positivo que por fin se nos considera a los llegados como lo que somos, una figura fundamental en la sociedad donde se tira de allegados todo el año pero cuando llegan estas fiestas se nos margina como tales. Argumentos de que tal o cual allegado tiene su familia y por tanto es prescindible, sacrificable diría yo, sirve para eliminarnos de la lista de convites navideños donde sí se invita a familiares que no se tragan ni se ven nunca salvo en navidad... ¡Pero para bodas, comuniones y bautizos y todo tipo de convites donde hay que dar regalo sí que se nos llama, incluso allegados cuya definición sería de alejados, pero claro, para pagar tira de allegado! ¡Alegría!
-Antes de ir al médico, al cura, al abogado e incluso al taller del coche, la sociedad tira del allegado, suficientemente lejano para contarle secretos porque no conoce a nadie de nuestro entorno y suficientemente cercano para darle la turra con nuestros problemas. Pero los allegados tenemos nuestro corazoncito, ¿sabe?. El allegado es sostén de la salud mental de la sociedad y cuántos allegados llenan minutos de programación televisiva, cuántos son el asesino perfecto para tramas de misteriosos crímenes, qué mejor culpable en todo juicio que se precie que un buen allegado. Los ejemplos son innumerables y cotidianos.
-¿Se siente usted como allegado utilizado en cierta forma por el poder gubernamental en estas fechas condicionadas por la pandemia, Etelmiro?
-Es
todo el año, todo el año. Mire usted, quién no tiene un problema
con el aparcamiento, una multa, una chapuza o incluso una infidelidad
en el ámbito de la pareja donde no se tire del allegado que todos
conocemos. Hay casos de baja por estrés no clasificado entre
vigilantes de aparcamiento porque con el rollo de ser allegados piden
que se haga la vista gorda cuando sólo se conoce al tipo de verle a
la mism a hora coger el coche y se ha acusado a esos compañeros de
prevaricación y expedientados por las empresas concesionarias con
doble expediente secreto. Que ahora se tire de los allegados como
sustitutos de familiares en la cena de Nochebuena, lejos de ser un
reconocimiento es la prueba de que una vez más somos utilizados y
ninguneados.
-Bueno pues ya sabemos algo más y, dado que está aquí y es usted allegado, podría allegarse a la máquina de chuches y sacarme algo, Etelvino.
-¡Váyase a la mierda, so gorrón!
The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
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