EL PUENTE DE LOS ESPÍAS
(2015)
Hay
películas cuyo conjunto artístico y temática nos atraen como
moscas, dentro de los gustos de cada una y cada uno por supuesto.
Para el equipo de cata cinematográfica del turno de noche que nos
pongan una película con el Spielberg a los mandos de la dirección,
el Tom Hanks de rutilante estrella protagonista, un Oscar al mejor
actor de reparto, género de espías ambientada en el Berlín de la
construcción del Muro y el derribo del U2 de Gary Powers y basada en
hechos reales y que dura más de dos horas, fue fichar y ni pasar por
el vestuario, directamente nos hicimos con birras, pistachos y cuenco
de palomitas porque estaba claro que habría tertulia hasta la hora
de fichar para salir...
A
estas alturas de su historial no es que esperemos mucho del Spielberg
acomodado a películas gazmoñas que cubren gastos dejando propinas
de buena taquilla gracias a un público que creció con su época
dorada y ahora llevan a sus retoños, películas blancas que sin
renunciar al realismo ni culpar a nadie siempre son agradables de ver
y la crítica le prodiga premios y reconocimientos. Cuando empezó y
en su época de los 80´s, Spielberg hacía películas que veían la
juventud y recomendaban a sus padres, ahora son los padres quienes
esperan sus estrenos y recomiendan a sus hijos. Pero hay que ver sus
obras aunque luego defrauden un poco pero no es demérito del
producto final, es que Spielberg ahora rueda buenas películas con
todas las virtudes de su estilo pero no enamoran, ya no nos enamora
como antes y asistimos a sus estrenos, con algunos años de retraso,
para verle en su oficio, recordar su juventud y resignarnos a las
ñoñeces que ambienta ésta su etapa actual.
Tom
Hanks es el reverso anglosajón de Alfredo Landa a medida que cumple
años. Se desenvuelve en la comedia y el drama a partes iguales,
llena la pantalla con su rostro y sabe sacar cualquier emoción que
requiera el personaje. Aquí hace un ejercicio de interpretación
donde saca a refrescar su vena de comedia, género que dominó en sus
inicios, pero la combina con su vena dramática. Su rostro, con el
paso de los años y asumiendo que es inevitable, Tom Hanks logra
estar conversando seriamente y que su rostro refleje a lo lado de la
conversación con simples y sutiles muecas y arrugas en el ceño
imprimir la ironía, el sarcasmo, la verdad y el riesgo que siente el
personaje cuando conversa. Nos ha encantado, se le ama y se le
consiente lo que sea, y otra cosa es que luego nos guste más o
menos la película en conjunto.
El
otro pilar interpretativo es el galardonado por su trabajo del Mark
Rilance, un trabajo casi de mimo ya que su gestualidad dota de
melancolía rusa a su personaje. Es casi un trabajo teatral que se
agradece en estos tiempos de cromas y efectos digitales como base de
la interpretación. No es fácil dotar de personalidad a un perfil de
personaje que se muestra casi autista ante los acontecimientos, de
fatalidad existencial cuando sabe que si le reciben los suyos con un
abrazo será que reconocen su trabajo pero si le meten al asiento
trasero será que le espera un duro interrogatorio y puede que el
gulag en el mejor de los casos. Un ciudadano soviético que se
sacrifica por la gran madre patria...
La
historia permite a Spielberg jugar tanto como con la época como con
la ambientación plasmando imágenes icónicas del Muro aunque con
algunas licencias. Lo malo es que para quienes la Guerra Fría está
en las mismas coordenadas que las guerras púnicas se quedarán sin
captar los matices que hacen confortable la película. Para
aficionados al cine y la literatura de espías de la Guerra Fría
echarán en falta más acción de espionaje y menos rollo de temática
judicial. Da la impresión de que Spielberg ha comprimido la
historia. Hay un claro mensaje de que la Justicia en EEUU es tal
incluso para sus enemigos, con un juez que es claramente
anticomunista pero que por sorpresa conmuta la pena de la silla
eléctrica por espionaje. El otro puntal es el gremio de abogacía
que aunque sean abogados de éxito en lo suyo, se ponen al servicio
de la justa justicia. Un truco del Spielberg que chirría un poco.
Otra cosa que chirría es el tema de la preparación de pilotos de U2
que no es ni verídica ni creíble...
Película
con sitio propio dentro del género, un estertor toda vez que todo un
género de espías se acabó con el colapso de la URSS. Nos queda la
sensación de que podría haber salido mejor y es el precio de tener
el favor de público y crítica: falta de frescura, falta de las
sorpresas que nos enamoraron del Spielberg y le queda pendiente esa
película de genero bélico que sorprenda y enamore como lo hizo En
busca del arca perdida o El
color púrpura. Película para
amantes del género, buen producto de entretenimiento y reiterar esa
sensación de que una vez más el Spielberg nos deja buen sabor de
boca pero poco saciados porque se esperaba su toque de genialidad en
el plato...
Se
puede ver pero no enamora para ser del Spielberg.The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
http://theadversiterchronicle.org/
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