Unas memorias de
Antón Rendueles en
exclusiva para The Adversiter Chronicle
He
visto estos días atrás en los noticieros que Ibáñez ha sacado un
nuevo título de las aventuras de Mortadelo y Filemón, y no
soy capaz de abstraerme de los recuerdos del pasado...
Para
mi generación los tebeos formaban parte del universo y en mi caso
siempre estuve bien surtido ya que a las compras semanales del DDT,
Pulgarcito y demás productos de la editorial Bruguera se
sumaban los tomos de Magos del Humor que siempre me regalaban
por Navidad y cumpleaños...
Recuerdo
a mi madre que me traía por sorpresa un tebeo y a mi padre irse al
baño con un ejemplar de Mortadelo y Filemón, hábito que
heredé y que sin duda contribuyó a mi afición a la lectura, a mi
hermana aficionada a Zipi y Zape y como nos reíamos con las
desventuras de don Pantuflo catedrático de colombofilia, la Famila
Traspisonda, un grupito que son la monda, Carpanta que
habitaba en un undo de hambruna que afortunadamente no me tocó vivir
y tal vez porque intuías la tragedia entre líneas de una época
resultaba un personaje del que no se confesaba que resultaba
atractivo con sus desventuras por hincar los dientes a un buen pavo,
un jamón o un simple bocadillo, Pepe Gotera y Otilio chapuzas a
domicilio y tantos y tantos personajes como Anacleto agente
secreto y Agamenón igualico igualico que el difunto de su
abuelico...
Me
regodeo en el recuerdo con el kiosko de Pepito, el kioskero del
barrio cuyo local sigue en pie pero ahora vende artículos exóticos.
A medida que el país avanzaba apara ponerse a ritmo de la entonces
lejana Europa, llegaban a los kioskos nuevos tebeos como Don
Micki, el primer desembarco serio de Walt Disney en España y que
siempre traía algo de regalo, también Tintín tuvo su propio
tebeo que era signo de sofisticación aunque yo prefería a Asterix
y Obelix enfrentados eternamente al invasor romano...
Pero
ibáñez siempre fue distinto y genuino. Mortadelo y Filemón a
medida que ganaban en trazo y detalle gráfico, sus aventuras ganaban
en densidad mostrando bajo otro prisma que encajaba en la infancia y
en los adultos, esa es su magia que por lo que leo y escucho sigue
viva en sus episodios que entonces se leían por partes en los tebeos
y se encontraban completas en Magos del Humor donde a veces
compartían volumen con otros personajes aunque sólo Vázquez y su
entrañable Rue del Percebe 13 igualaba el realismo de Ibáñez
no por demérito del resto que eran legión sus fans entre los
adultos que una vez fueron niños...
Lo
único que lamento es que siempre que fueron adaptados al cine como
dibujos animados el resultado no estaba a la altura del cómic,
porque todos aquellos dibujantes y sus personajes eran parte del
mundo del cómic aunque de aquella en esta categoría entraban tebeos
de títulos como 1984 que hablaban de otros mundos donde se
repetían los vicios de éste...
Hace
mucho tiempo que ya no bajo al kiosko a por tebeos, aquellos tomos
han terminado desaparecidos o en otras manos, ya no hay tebeos en los
kioskos y mis piernas ya no pueden sortear obstáculos de los que
sólo eres consciente cuando estás postrado en una silla de ruedas,
pero Ibáñez sigue dando caña, sigue mostrando con humor la
tristeza de un mundo injusto...
Este
mundo de refalfie consumista, de polémicas políticas y de
ciudadanía con inquietudes y ganas de reformas debe mucho a Ibáñez
y sus colegas porque nos enseñaron a los que ahora somos adultos a
reirnos de nosotros mismos, a soñar con aventuras donde rezumaban
conceptos como solidaridad, diálogo y respeto. Porque Mortadelo y
Filemón en sus aventuras se reían de esa España que nos
vendieron de eterna acomplejada entre naciones para mostrar que el
resto de los países también eran de risa...
Le
estoy agradecido y soy de la opinión de que mi generación también
porque la risa no tiene precio y el humor es lo que más temen los
poderosos porque es fácil causar dolor pero es muy difícil causar
risa como hace Ibáñez, un adelanto hispano a lo que ahora ya es un
clásico en la televisión como animación para adultos.
Cierro
los ojos y puedo sentir entre mis dedos el tacto de las páginas, el
colorido de las viñetas y el ansia conque devoraba las
historietas...
Antón
Rendueles
The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
http://theadversiterchronicle.org/
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
http://theadversiterchronicle.org/
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