Suplemento
literato cutre de The Adversiter
Chronicle
Autor: Emilio La Parra López
Editorial: Tusquets Editores S. A.
Edición: 1ª edición mayo 2002
España suele ser un país bastante desmemoriado, una
nación olvidadiza y como consecuencia una ciudadanía bastante
ignorante inducida a ello. Lo digo porque el libro, biografía, que
traemos hoy habla de un tipo que si le preguntas a un Juan Manzanas o
Juanita Manzanas cualquiera en cualquier momento qué sabe de Godoy
seguramente sus neuronas de memoria deberán quitar herrumbre para
decir,
en los mejores casos, que es el tipo que sale en el cuadro de
Goya, que es el tipo que provocó la Guerra de Indepencdencia contra
el gabacho invasor, que era el tipo amante de una reina putona y un
cornuro marido que ademas era rey de españa, o, en el mejor de los
casos, las tres respuestas en una...
Nos encontramos a finales del siglo XVIII donde ha
surgido en el orbe civilizado una joven nación y un nuevo sistema:
la república de EEUU. Las monarquías europeas terminan de
acojonarse al ver que el nuevo sistema se implanta en Francia
exterminando de un plumazo el régimen y el sistema de monarquía
abslotuta a la vez que la burguesía alcanza el poder. En Roma surge
la incertidumbre entre la curia papal y en España reina un Carlos IV
que junto con la reina da su total apoyo y confianza a un joven
valido que provoca la reacción del clero y de la clase aristocrática
cuando intenta imponer las ideas de la ilustración y va ascendiendo
en escalafón de poder y títulos nobiliarios mientras en Europa un
joven general llamado Napoleón conquista reinos y territorios a la
vez que libra una guerra contra los ingleses y sus aliados
considerando a España un aliado secundario de Francia con planes de
cambiar la monarquía a la vez que aprovecha sus recursos militares
para conquistar Portugal.
Hay un delicioso prólogo de Carlos Seco Serrano que
hubiera sido ideal tenerlo como texto de los planes de estudio en los
años de la EGB y en los de ahora que cambian cada vez que cambia el
gobierno. Surfeando en el pasado nos introduce en el contexto a la
vez que de resumen de errores inducidos por la propaganda en contra
de Godoy y que hace que ansiemos comenzar la lectura del libro,
escrito de forma magistral y que hace que el lector se sumerja en una
época de España que resulta que no era tnan dada al aislamiento de
las corrientes europeas pese a que han inculcado a los escolares
durante generaciones falsedades que hacían casi incomprensible
encontrar la causa fundamental del atraso respecto a sus pares
europeos.
Emilio
La Parra (1949) se doctoró en historia por la Universidad de
Valencia. Catedrático de Historia Contemporánea en la Universidad
de Alicante, reconocido especialista en el estudio del tránsito del
siglo XVIII al XIX. Es miembro, entre otras, de la Asociación
Española de Historia Contemporánea y de la Sociedad Europea de
Estudios del Siglo XVIII.
Datos como siempre de la contraportada y en este caso
algo caducos ya que datan de 2001, pero sin más unos breves pasajes
que os animen a su lectura e inciten vuestra curiosidad...
Las ideas de la Francia revolucionaria se propagan...
“En
1784 el conde de Floridablanca, secretario de Estado de Su Majestad
Católica Carlos III, ordenó la intensificación del control de las
fronteras para impedir la
introducción en el reino de escritos
filosóficos o cualesquiera otros de signo heterodoxo. La decisión,
obsérvese, está datada de un lustro antes del estallido de la
revolución en Francia, señal palmaria de un cambio de rumbo
político en España independiente de los acontecimientos franceses
posteriores a 1789. Atrás quedaban los tiempos de tolerancia y
liberalidad hacia las nuevas ideas en los primeros años del reinado
de Carlos III. Ahora Floridablanca se mostraba decidido a imprimir un
sesgo conservador a su gobierno, como enseguida dejó bien sentado en
la `Instrucción reservada para la dirección de la Junta de Estado´,
dada en 1787. las obligaciones políticas prioritarias -se dice ahí-
son la defensa de la religión, la sumisión a la Santa Sede y el
impulso de la actividad de la Inquisición, o lo que es lo mismo:
mantener al máximo la invariabilidad de los poderes para garantizar
la perdurabilidad de la monarquía absoluta.”
Orígenes de Godoy...
“Manuel
era el tercer hijo de don José Godoy de Cáceres y Obando y Ríos,
del estado noble, regidor del Ayuntamiento de Badajoz, y de doña
Antonia Justa Álvarez Serrano de Faria y Sánchez Zornoza, asimismo
de condición hidalga. El niño fue bautizado en la catedral seís
días después de su nacimiento y recibió los nombres de Manuel,
Domingo, Francisco. La posición económica de sus padres era
desahogada, pues además del sueldo de regidor, fijado en 2924 reales
anuales, don José contaba con las rentas procedentes de la
explotación de varias dehesas de badajoz. Tales circunstancias
facilitaron que en el bautizo de Manuel oficiara el canónigo
Francisco Javier Cabrera de velasco, hombre en plena madurez, a punto
de cumplir los cuarenta años, cuya carrera eclesiástica se había
iniciado de modo satisfactorio, pero a su edad no cabía forjarse
excesivas ilusiones para el futuro.”
Vertiginosa carrera militar de Godoy...
“Ahora
bien, en la carrera militar de Godoy la anomalía no radicaba en su
veloz
transcurso por toda la escala hasta llegar a la cumbre, sino en
su condición familiar. Si se hubiera tratado de vástago de una casa
de grandes de España no hubiera sido objeto de crítica particular,
pues las Ordenanzas Militares de Carlos III (1786) eran
suficiéntemente ambiguas en materias de ascensos como para permitir
excepciones al criterio de antigüedad y méritos profesionales. Es
más, en determinadas situaciones se contemplaba expresamente la
singularidad, de modo que si ingresaba un noble en el ejército y no
existía plaza vacante de cadete (fase incial obligada en la carrera
de un oficial) se le permitía pasar directamente a alférez. Por
otra parte, era generalmente aceptado que el monarca interviniera a
su gusto en los ascensos militares para recompensar servicios o
favorecer situaciones de privilegio. Por tanto, la carrera militar de
Godoy, a pesar de la extrañeza que pueda ocasionar en el lector
actual, se ajustó por entero a la práctica del siglo XVIII y tanto
el interesado como carlos IV podían argumentar para su propia
tranquilidad que los ascensos eran la debida recompensa a las
cualidades, aplicación y buena disposición de Manuel, fórmula esta
generalmente empleada para promociones excepcionales.”
Gobernante...
“Manuel
Godoy no introdujo novedad en los usos establecidos en el gobierno y
menos aún en el sistema institucional, pero no tardó mucho en
efectuar cambios entre los oficiales de la Secretaría de Estado, sus
colaboradores directos, y entre los titulares de las restantes
secretarías. Las alteraciones tardaron más en llegar en este
segundo caso. Durante los primeros trece meses de su gobierno mantuvo
a los titulares de las cinco Secretarías de Despacho Universal (así
se denominaba entonces lo que serán `ministerios´en el siglo XIX),
todos ellos heredados de Aranda y en su mayoría nombrados en la
época de Floridablanca. Así pues, el primer `gabinete´ de Godoy
estuvo integrado por el conde de campo-Alange en Guerra, Antonio
Valdés en Marina, Diego Gardoqui en Hacienda y Pedro Acuña en
Gracia y Justicia. Por razones de enfermedad, en realidad por presión
de Francia, en enero de 1794 Acuña fue sustituido por Eugenio
Llaguno.”
Control de la monarquía...
“A
partir de 1801 Godoy se convirtió en el centro de la política
española, de manera que en este sentido cumplió su proyecto de
encarnar toda la energía de la monarquía. Él mismo creó las
condiciones necesarias para ello: fue la persona indispensable para
los reyes, dispuso de la máxima información sobre los asuntos
políticos y difundió una imagen de sí mismo asociada al poder y a
la influencia, imagen realzada por las distinciones honoríficas
llegadas de un buen número de municipios, las adulaciones sin fin y
por la multitud que acudía a las audiencias semanales en su palacio
de Madrid. A ello contribuyeron asimismo los mandatarios extranjeros,
quienes trataron de las relaciones bilaterales directamente con
Godoy, prescindiendo del misnistro del ramo, Pedro Cevallos. Tan
evidente era esta situación que el mismo Napoleón actuó de esta
forma.”
Guerra con Portugal...
“Convencido
de que la victoria sobre Portugal era suya en exclusiva y de que las
tropas francesas habían quedado reducidas a la condición de meros
auxiliares a los que no
hubo necesidad de recurrir, Godoy se apresuró
a sellar la paz por su cuenta, sin esperar las indicaciones de
Bonaparte. Podría haber proseguido la campaña militar, pues dado el
estado del ejército portugués no era aventurada la toma de Lisboa y
d eesta forma se hubiera granjeado la voluntad del primer cónsul,
deseoso de disponer de una presa importante para negociar con
Inglaterra. Tal hubiera sido la dirección más conveniente para
Godoy a título personal.”
Propaganda contra Godoy...
“Los
más destacados en proferir estos denuestos -según las informaciones
referidas- eran individuos del clero, comerciantes, abogados,
militares de baja graduación y empleados inferiores en los
organismos estatales. Este tipo de personas disponía, sin duda, de
alguna información, pero no tenía acceso directo a la corte. Sin
embargo, los motivos empleados para denigrar a la reina y a Godoy se
referían a su vida privada y a las relaciones de poder en el
interior de palacio, junto a los temas característicos de la sátira
del Antiguo Régimen. De alguien próximo a la corte debió de
proceder la inspiración. Como, además, los motivos y procedimientos
son idénticos a los empleados en 1794 por los cículos
aristocráticos, cabe suponer que la sátira actual tuvo el mismo
origen. Es evidente, por tanto, que buena parte de los argumentos de
la crítica popular eran inducidos o, dicho de otra forma, la imagen
negativa del príncipe de la Paz y, sobre todo, la de la reina, eran
creaciones `no populares´, surgidos en instancias próximas a los
denigrados.”
Decisión napoleónica sobre España...
“Los
procedimientos de los `fernandinos´ y el desenlace de los
acontecimientos tuvieron una influencia decisiva en Napoleón para
resolver el destino de España. Los sucesos de El Escorial le
convencieron de la debilidad interna de la monarquía española,
fundamentalmente porque la pérdida de poder de Godoy llevaba consigo
la del rey Carlos IV, y elaboró el primer plan: conquistar Portugal
en beneficio exclusivo de Francia (de ahí su negativa a dar a la luz
el Tratado de Fontainebleau) para intercambiar el territorio de las
provincias septentrionales españolas hasta la línea del Ebro. De
esta forma cumplía el viejo proyecto de los republicanos franceses y
se aseguraba una zona vital para sus intereses económicos, todo ello
con un coste muy rewducido y con la máxima seguridad, pues el
gobierno de la zona incorporada sería encomendado a su hermano
José.”
Exiliado y anciano en París...
“El
anciano Manuel Godoy, al mismo tiempo que asiste en París a los más
graves acontecimientos políticos, de enorme resonancia en Europa (la
revolución de febrero de 1848, nueva caída de una monarquía y
proclamación de la República, la elección como presidente de ésta
nada menos que del sobrino de Napoleón Bonaparte) recibía noticias
insospechadas y paradójicas de España. Su aturdimiento debió de
ser extraordinario y su desasosiego mayor que nunca. Todo era
excitante para él. Menos el título de príncipe de la Paz (una vez
más declarado extinguido por el gobierno) había recuperado todos
los demás, así como su empleo de capitán general. Sus bienes
estaban libres después de cuarenta años, a expensas únicamente del
acuerdo de la comisión arbitral. De cuyo fruto positivo no se podía
dudar (la realidad, como acabamos de ver, fue muy otra). Tenía
permiso para regresar a España. Ahí estaba la solución, en la
vuelta. Y a ello dedicó la ilusión y la dedicación de los tres
últimos años. Pero existían dos impedimentos: el económico (para
viajar era preciso más dinero del que disponía) y la salud, de la
que también carecía.”
Historia apasionante del último valido absolutista y
una apasionante etapa de la historia
donde todos los protagonistas
acabaron sepultados por los acontecimientos y la propaganda que los
justificó: un rey que hizo y continuó la obra de su antecesor pero
pasó a la histeria como cornudo, bobalicón e inepto; una reina
confiada en el destino de la dinastía Borbón acusada eternamente de
puta insaciable y el hombre de confianza de ambos que antepuso el
bien de la monarquía a su porpia seguridad y que sin embargo está
grabado a fuego en la memoria colectiva española como trepa,
corrupto y traidor, casi lo mismo que se dicen los polñiticos hoy en
día para arañar un puñado de votos más grande que el puñado de
sus antagonistas...
The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
http://theadversiterchronicle.org/
Ideal para turnos tranquilos, vigilias hospitalarias, de
servicio o insomnio y para la suegra que se entere de una jodida vez
que vivir de la sopa boba de su pensión no es por mandato divino y
cualquier día montamos un motín, no en Aranjuez sino en el salón de
su casa...
The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
http://theadversiterchronicle.org/
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