Suplemento
cinematográfico cutre de The Adversiter
Chronicle
WATERWORLD (1995)
Una de esa películas que ganan con
el tiempo
Hay
películas que por distintas razones y motivos resultan mejores de
ver una vez ha pasado el tiempo desde su estreno. La película que
traemos hoy es un ejemplo.

Pero transcurridos veinte largos años desde su estreno,
y superado el género de mundos post apocalípticos que triunfaba en
los 80´s, queda como el canto del cisne del género con todos los
defectos y muchas de sus virtudes. Resulta grata para el espectador
veterano ya que los efectos digitales son mínimos, mejor porque
cantan, y se agradece ver atrezzo de verdad, hecho de materia y no de
capas de imágenes con textura sintética tipo vídeo juego.

Y es que si hay unanimidad en el equipo de cata
cinematográfica sobre esta película es que la única y verdadera
razón para seguir visionando un producto como éste esla belleza en
plenitud, esa plenitud de la belleza cuando la chica pasa a mujer y
que tan efímera es pero que hace bufar de sobrehormonamiento a los
machos alfa cuando sale en pantalla, digna de la Stone en Desafío
Total, de la Bassinger en 9 semanas y media o de la
Bergman en ¿Por quién doblan las campanas? Esta bella y
hermosa, está apetitosa y está sin pareja, te pasas la escenas en
que no aparece fantaseando con repoblar la tierra entre su
entrepierna, y cuando protagoniza un plano... ¡Buf!

Es cierto que el producto final peca de, en apariencia,
limitarse a trasladar el género Mad Max a un mundo acuático y que
el vestuario, los decorados y la propia trama son idénticas, pero
era un subgenero que el público pagaba por ver, tal vez porque
siempre es mejor los sitios conocidos que los desconocidos y en los
80´s el peligro de apocalipsis termonuclear era una peligrosa
realidad.
Adolece a sí mismo, muy del Costner, con pretensiones
de rodar el culmen del subgénero, de las escenas cruentas y de
acción que finalmente se plasman en secuencias de sincronización de
motos acuáticas con diversos tipos de cascarones. No falta el típico
personaje cuchufleta de científico post apocalíptico con máquina
voladora de cuchufleta que termina de embriagar al espectador de
estar viendo un producto para toda la familia, que es decir que la
infancia puede visionarla. Al final ha quedado como una costosa
caricatura de un subgénero que tampoco daba más de sí y que acabó
de perder el embrujo entre el público y un Costner al que se sigue
siendo fiel por sus méritos pero que como director y productor están
tan grillado como ese otro mesías del celuloide que pretende ser el
Mel Gibson.


The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
http://theadversiterchronicle.org/

theadversiterchronicle@hotmail.es
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