Entrevistamos
hoy a uno de esos tipos con los cuales nos tropezamos día sí y día
también en nuestra rutina diaria: el búfilo. Por el tipo de sus
búfelos sabemos al instante si un tema, un asunto, una noticia y
todo en general, si va bien o va mal...
-¿El búfelo nace o se
aprende, ein?
-Pues
un poco de ambos. Es cierto que hay que tener cierta predisposición
al búfelo y luego a lo largo de la vida hay un proceso continuado de
aprendizaje y perfección, aunque cada búfelo tiene su intríngulis
y su búfelo propio.
-No,
se trata de algo altruista aunque teniendo en cuenta que un búfelo
da empaque a una conversación o un texto dialogado, ni se cobra ni
queremos cobrar por ello, esto quiero dejarlo bien claro a los
lectores y lectoras: aquella persona que cobre pos un búfelo ni es
búfilo ni hace bien sus búfelos. Pese a que la calidad y dedicación
que hacemos y a la que nos consagramos sería merecedora de nómina y
pagas extras, los búfelos son gratis siempre.
-Es
que yo creo que realmente aportamos, quienes nos dedicamos a esto,
aportamos un bien a la ciudadanía. Ahora por ejemplo que estamos en
plena efervescencia política un búfelo a tiempo puede evitar
comportamientos cernícalos en tertulianos, parroquianos de barra de
bar e incluso fiestas y reuniones familiares.
-Temer
no, pánico; sienten auténtico pánico ante un búfelo inesperado ya
que puede fastidiarles toda la argumentación y además un sólo
búfelo puede predisponer al auditorio a pasar olímpicamente. Se
dieron casos en EEUU tras la Gran Depresión de búfilos que
terminaron con carreras políticas ya que fueron pagados por los
rivales para boicotear los discursos. Está documentado un caso en
que no habían pasado cinco minutos de discurso de un político del
medio oeste cuando sonaron un par de búfilos en la sala donde se
celebraba el mitin y la gente presente provocó que el político
saliera entre abucheos.
-Es
lo mismo un abucheo que un búfelo? Me refiero a si desde un punto de
vista lingüistico son parientes, ein?
-Da
esa impresión y ha sido objeto de debate y casi me atrevería a
decir que de polemica incluso, en varios congresos pero generalmente
lo más aceptado es que no ya que presentan diferencias a la hora de
su elaboración. El búfilo es simple, contundente y cortante
mientras que el abucheo requiere de una elaboración y estar formado
por varios elementos como gritos, vocablos, gresticulación e incluso
de complementos materiales para ser arrojados a la vez que se emiten
sonidos tales como tomates, huevos y demás.
-Pues
por ejemplo el típico de hastío: ¡buuf!, seco, contundente y
cortado súbitamente. Ya provoca en quien lo escucha o lee sensación
de hastío, de hartazgo y de cansancio siendo su efecto demoledor.
-Muy
acertada su pregunta por cuanto hay un subgrupo de búfilos que
precisan de un aditamento para ser tales. Son los búfilos realizados
en ámbitos particulares y muy específicos como son el marital y el
profesional. Así el marital es contundente y el aditamento evita
malos rollos con la pareja, por ejemplo: ¡Buf, que pesadita tu
madre! La misma frase en el ámbito laboral tiene la misma
contundencia pero cambia el aditamento que identifica igualmente al
oyente de quién se trata: ¡Buf, que pesada mi suegra!
-¡Realmente
es increible como algo tan cotidiano es un completo desconocido!
¡Cuantos minutos de bocadillo ha alegrado esa frase y cuantas veces
en pareja no hemos dicho la primera!
-No,
comí garbanzos con espinacas y he soltado una bufa, no un
búfelo.
The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
http://theadversiterchronicle.org/
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
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theadversiterchronicle@hotmail.es
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