Entrevista al doctor Callaghan, director del psiquiátrico de
Pretoria y autor del libro: La locura vende
y que se encuentra en España dentro de las Jornadas “sobre el absentismo laboral en pacientes de los servicios de salud mental”
Se encuentra de gira
por el terruño una obra de teatro sobre los manicomios que ha despertado cierta
polémica en los ambientes dementes por cuanto retrata una imagen totalmente
alejada de la lucha por combatir el estigma social y el sensacionalismo en la prensa
sobre la realidad del colectivo de personas con problemas de salud mental.
Aprovechamos la
presencia en España del doctor Callaghan, que a sus dotes de divulgador une la
de director de establecimiento psiquiátrico en Pretoria, más de treinta años en
el cargo, una voz autorizada para hablar sobre la realidad de la enfermedad
mental…
-Lo primero doctor Callaghan,
agradecerle la gentileza para con The Adversiter Chronicle. Dicho esto quisiera
primero preguntarle si desde su atalaya directoria ha notado cambios en la
percepción de la sociedad de los enfermos mentales, no tanto a nivel mundial
sino en la propia Pretoria, bite.
-La percepción ha cambiado mucho. Cuando
accedí a puesto de director del psiquiátrico, estando éste aún bajo
jurisdicción militar, la mayoría de los dementes y locos, como se les llamaba
entonces, eran en su inmensa totalidad cafres.
-¿Perdón? ¿Es un término de la jerga en
psiquiatría, ein?
-No, eran cafres… Negros y negroides.
-Ahora además hay personas de raza
blanca… Sé que estos datos pueden chocar con la mentalidad de los lectores de
su periódico pero tenga en cuenta que la percepción de los cambios en la salud
mental empiezan por estos gestos: antes los locos eran negros y ahora son
blancos y negros… Cierto que no es un blanco- detergente- de- lavadora- que-
respeta- los colores…
-¡Coño doctor Callaghan, es usted
bastante impresentable desde un punto de vista de profesional de la salud
mental! ¡Usted no dirige un psiquiátrico, dirige un gulag y además racista,
redios!
-Lo importante es que ahora en Pretoria
hay un psiquiátrico moderno donde se integra al paciente y se le aleja de la
imagen que la sociedad tenía de los cafres para integrar al colectivo de la
salud mental en la sociedad.
-Afirma usted que la locura vende… ¿A qué se
refiere exactamente, ein?
-A diez millones de ejemplares vendidos
de mi libro.
-¡Por los clavos de Cristo que es una
hermosa cifra que ha de reportar pingües beneficios!
-Me ha preguntado usted por esa obra
teatral que transcurre en un manicomio… la locura es el lugar ideal donde
nuestra sociedad puede apartar la vista.
Nadie se imagina un psicópata tetrapléjico degollando furcias en barrios
chinos, pero es fácil imaginar a un demente, un trastornado, un chalado, una
majareta, un i…
-¡Valeeeeeeee, redios, vale! Van a terminar
demandando a The Adversiter Chronicle con sus epítetos sobre las personas con
problemas de salud mental…
-El
caso es que la locura vende, desde periódicos a entradas de teatro y libros
divulgativos como el mío por no hablar de la cantidad de guiones
cinematográficos con locos sueltos.
-Ciñéndonos al objeto de esta entrevista,
qué puede hacer el colectivo de personas con problemas de salud mental ante la
indignación por ver retratada su circunstancia en una zarabanda de alegoría del
loco aterrador, ein?
-Lo primero tomarse la medicación;
segundo un tranquilizante y si sigue jodido ir a pedir trabajo en la susodicha
obra de teatro.
-Pero doctor Callaghan, eso que propone
usted es tanto como no decir nada… Que no hagan nada…
-Todos esos reparos quedarán anulados
con la medicación y cuando vayan a pedir trabajo podrán al menos presentar una
denuncia ante la autoridad correspondiente por discriminación y no tener un
cupo de trabajadores con enfermedad mental como se hace en otros colectivos con
enfermedades tipo muñones, ceguera o incluso deficiencia mental. Observar por
parte del usuario de salud mental que ni en una función de locos le admiten por
ser tal, aumentará su auto estima y tal vez se inicie un movimiento de
concienciación que en todo caso será reprimido por los antidisturbios cuando
llegue el momento de manifestarse en las calles.
-Eeeh… sí… entiendo…
-De todas formas está todo en mi libro.
-Para finalizar y sólo como curiosidad… ¿Cuál
es la media de estancia de un paciente en su psiquiátrico, doctor Callaghan?
-Es oscilante pero si no es muy cafre
seguramente morirá rodeado de sus seres queridos.
The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
http://theadversiterchronicle.org/
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
http://theadversiterchronicle.org/
No hay comentarios:
Publicar un comentario