Una sección de
F. O. Roffön en exclusiva
para The Adversiter Chronicle
Por no saber defender
nos remonta el C. D. Mirandés
Que
reinaba la calma chicha tras la racha de buenos resultados ya lo dice
que el protagonismo en los días previos al encuentro contra el C. D.
Mirandés lo tuvo la polémica con la tercera equipación y su escudo
que no estaba autorizado para la competición. El rollo era que la
primera y segunda equipación coincidía en colorido con la del rival
y quedaba la tercera, un homenaje a los inicios del club con el
escudo original de entonces. Las autoridades competentes dijeron que
nones y la marca Puma no verá renovado su contrato de equipación la
próxima temporada y se negó a sacar una cuarta. Finalmente el
culebrón acabó improvisando una camiseta amarillo fosforito de los
entrenamientos y calzón blanco, de esa guisa saltaron al césped de
Mendizorroza, feudo del Mirandés temporal y la noticia casi de
última hora de que Gaspar Campos se caía de la lista para darle un
poco más de descanso...
Ambiente
un tanto desangelado con algo más de 2.000 espectadores y
representación de hinchada sportinguista. El colombiano Cortés
partía de titular y comenzó el encuentro con equilibrio en el juego
de ambos contendientes que trataban de trenzar jugadas y defender
cuando tocaba, en el minuto seis tuvo que lucirse el bravo Yáñez,
pero se llegaría al cuarto de hora con un juego espeso con el balón
en disputa en el centro del campo y ambos equipos sin profundidad.
Yáñez tuvo que lucirse de nuevo en el minuto veintiséis y un minuto
después llegaría la réplica de los jóvenes y no tan jóvenes
atletas del once sportinguista al sacar de esquina y lograr Dubasis
que le señalaran falta con tarjeta amarilla a Bauza y penalti, no
hizo falta consultar al VAR y en el BAR la opinión era unánime de
que debería ser roja directa. Dubasin no fallaría el lanzamiento
subiendo el tanto al marcador dejando contrariada a la hinchada
local. No se movería el marcador en la primera parte tras anotar el
penalti Dubasin pasando a un juego trabado, Nacho Martín vería
tarjeta amarilla a cinco minutos del descanso, con ligero control del
Real Sporting pero sin descomponerse el Mirandés. Borja Jiménez dio
paso en el segundo tiempo a Pablo García para sustituir al
colombiano Cortés que apuntó maneras aunque gris como el resto del
equipo en el primer tiempo. Se vio claro en el BAR que el míster
movió al dibujo defensivo que tan buenos resultados y puntos había
logrado la pasada jornada en El Molinón, aunque se murmuraba esa
máxima no escrita que afirma que si sales en el segundo tiempo a
defender el uno a cero, pierdes el partido. Si le sumamos que el
Mirandés estrenaba entrenador y la otra norma no escrita de que a
entrenador nuevo, victoria segura, el mal fario sobrevoló el ánimo
de la parroquia rojiblanca porque los locales desarbolaban el sistema
defensivo que trataba de drenar los envites del Mirandés que salió
decidido y tuvo recompensa en el minuto cincuenta y uno en las botas
de Carlos Fernández que remató a gol tras una pifia defensiva del
Real Sporting. El Mirandés, lejos de conformarse, buscaba la
remontada y defendía bien logrando secar el centro del campo
sportinguista que carecía de profundidad y clamorosos fallos en su
sistema defensivo. Pasaban tres minutos del sesenta de juego cuando
Pablo Vázquez vería tarjeta amarilla. Diluviaba cuando Borja
Jiménez hizo saltar al césped a Amadou por Gelabert, dejando al
equipo sin cabeza pensante y casi completamente desarbolada su
defensa táctica. En el minuto ochenta y tres saltaría al césped
Manu Rodríguez por un desdibujado Justin Smith y no cejaba el
Mirandés en su empeño cuando en el minuto ochenta y siete marca
Petit el segundo tanto local y la remontada para delirio de
compañeros y afición en la grada, merced de nuevo a una clamorosa
pifia defensiva de los rojiblancos. Hubo algo de suspense en los
minutos finales donde hasta el bravo Yáñez subió a rematar al área
contraria con pitido final que dejaba la alegría de la huerta a unos
y cara de gilipollas a los otros que vieron como el partido se les
escurría de las manos como arena en el segundo tiempo. Felicitar al
C. D. Mirandés y su afición que jugaron como si fueran primeros en
la tabla clasificatoria y no penúltimos como estaban. Y Borja
Jiménez tendrá trabajo esta semana para analizar lo ocurrido y que
hace encenderse las alarmas, más por la forma en que se desperdició
la ventaja aunque con el fondo de una mala ejecución del
planteamiento defensivo.
Toca
curar las heridas y bajar del sueño ilusorio de estar en puestos de
ascenso para poner los pies en el suelo, toca recibir al siempre
rocoso Éibar que anda necesitado de sumar puntos. La derrota sería
dolorosa, el empate sabría a poco y sólo una victoria sería el
bálsamo que devuelva la serenidad y dejar trabajar a Borja Jiménez
que tuvo un estreno espectacular en el banquillo rojiblanco y de las
derrotas siempre se aprende. Los carbayones palmaron en Bilbao y
duermen colistas para recibir en la próxima jornada al Rayo
Vallecano, y más les vale sumar puntos porque los necesitan sí o
sí...
F.
O. R.






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