Por
Palomino Gargajo Bilioso
Tal día como hoy hace
tres años, el régimen del señor Putin desencadenaba una guerra de
invasión territorial sobre su vecina Ucrania. Contra todo
pronóstico, las fuerzas rusas fracasaron en su intención de tomar
la capital rápidamente, su doctrina militar trasnochada y el tesón
del pueblo ucraniano que con los medios disponibles lograron contener
el ímpetu ruso y de infringir bajas con las que no contaba el
régimen ruso. La Unión Europea, los países nórdicos y la OTAN han
prestado apoyo durante estos tres años y con sanciones a Rusia. Tres
años después el escenario es el peor posible para Ucrania y para
Europa una vez que las reglas que han regido desde 1945 de respeto
territorial en Europa tocan a su fin con un presidente de EEUU que
retira su alianza defensiva y prefiere dialogar con el enemigo
cediendo en las pretensiones territoriales rusas y sin contar con la
Unión Europea.
No será una paz, será
una tregua que el régimen ruso aprovechará para reponer fuerzas,
equipos y sistemas con lo aprendido estos tres años de combate.
Donald Trump no tiene de momento freno a su política imperial y todo
apunta de que Europa es cosa de Rusia y el continente americano es
cosa de EEUU cuando se firme la falsa paz en Ucrania. El negocio es
redondo para Donald Trump porque sabe que hasta que la Unión Europea
esté en condiciones de proveerse a sí misma en materia militar
serán los EEUU quienes suministren armas, suponiendo que la
ciudadanía europea comprenda que habrá que instaurar una economía
de guerra mínima comenzando por el gasto en Defensa. Fue un error
depender energéticamente del gas ruso y edificar una Unión Europea
sin músculo militar porque el paraguas defensivo de la OTAN era un
garante de que, primero la URSS y luego la actual Rusia, no se atreverían a romper fronteras establecidas. Ese paraguas ya no será
tal de cumplirse los designios pseudo mesiánicos del presidente Trump
donde se vuelve a trazar fronteras con un lápiz sobre el mapa de
Europa dejando a ésta abandonada y pactando con el enemigo,
ignorando el drama humano de trazar fronteras con un lápiz sobre un
mapa y volviendo a las viejas formas que llevaron a una guerra
mundial, y dándose la paradoja de que la democracia triunfante en 1945
primero y en 1989 después contra el fascismo y el comunismo respectivamente, está
ahora acorralada por ambos y adoptando sus formas para acabar con la
misma.
El tercer aniversario de
la guerra en Ucrania, en Europa, es desalentador. El gobierno
ucraniano está siendo obligado a claudicar por quien hasta ahora era
su principal apoyo en defensa de su país y el resto de Europa poco
puede hacer ahora salvo ofrecerse como fuerza de paz, promesas de
entrar Ucrania en el club de la Unión Europea y poco más salvo
concienciar a su ciudadanía, invertir más en Defensa y comenzar el
adiestramiento de hombres y mujeres en edad militar. Tras décadas de
paz en Europa Occidental y mecidos por la nana consumista en una
alienación progresiva, será muy duro para quienes están en edad
militar comprender la vorágine que provoca siempre el rearme y
prepararse para la guerra porque hay un país que ambiciona
territorios en Europa y el riesgo ya no es un ejercicio teórico sino
una realidad como lo demuestran estos tres años de guerra en
Ucrania.
The
Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake
City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr.
IV
http://theadversiterchronicle.org
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