Una sección de
El Bis en exclusiva para
The Adversiter Chronicle
NICE AND SLOW (1976)
Hoy
quiero recordar un tema que es ejemplo de éxito de una canción y un
artista que alcanzan altas cotas de popularidad y ventas del
sencillo, pero tras el fugaz éxito fue declinando y no volvió a
gozar de las mieles del éxito alcanzado con una canción. Es el caso
de Jesse Green, de origen jamaicano y que tocaba los palos del reggae
y la música disco. Sin embargo, es posiblemente uno de los mejores
temas de las década en su género y sigue sonando tan vibrante y
atractivo como antaño y es imprescindible en toda fonoteca digna de
llamarse tal de los 70´s...
Lanzada
en 1976, pronto acarició los primeros puestos en las listas de
éxitos, siendo en Bélgica y Holanda donde alcanzó el número uno
de las listas de éxitos musicales así como el `Top 20´ en Austria
y Reino Unido respectivamente. En España, en pleno despertar a la
libertad política y el destape inundándolo todo, se vendió bien
aunque fue grabado de radio a casete en infinidad de hogares y sonaba
en las discotecas. Por supuesto la puesta en escena en actuaciones
televisadas espantaba a suegras y curas parroquiales donde los
sensuales movimientos eran toda una novedad por los lares ibéricos.
Sonido disco que es en apariencia sencillo y que escuchado con
atención esconde una complejidad de acordes e instrumentos
bellamente engarzados con la voz de Jesse Green, cuya estética
setentera y pelo afro resultaban novedosos y vanguardistas en la
sociedad de entonces. La canción trasciende su Era y ya os digo que, si nunca la escuchasteis, os sorprenderá gratamente.
El
videoclip es la típica puesta en escena televisiva donde destaca el
baile de la chica que hace que Jesse Green parezca algo ortopédico
de movimientos. La letra es los lamentos de un macho alfa para que la
damisela, que le ha puesto como burro en primavera, no le deje tirado
y sí que le deje tirársela, que se decía entonces y que la neo
lengua definiría ahora como rollito de discoteca o folla amigo. El
inglés se entiende bien y lo cierto es que es todo un espectáculo
que no queda anticuado estéticamente, se encuadra a primera vista en
su época, pero tiene algo que le hace actual, como si se hubiera
grabado ayer con estética setentera. Y es que se trata de una
canción redonda en todos los aspectos y es su aparente sencillez y
la complejidad musical que esconde y que se descubre escuchándola de
sosiego con auriculares, por encima de ser un tema disco y para sonar
en discoteca, es también ideal para momentos de recogimiento donde
apetece tumbarse y escuchar música. Hay que ser sordo de ambos pies
porque es inevitable que acabes siguiendo el ritmo...
Y no,
no se vuelve uno ñoño escuchándola aunque sea en dosis
intravenosas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario