Suplemento
literato cutre de The Adversiter
Chronicle
-Historia
del jefe de los espías de Hitler-
Autor:
Richard Bassett
Editorial:
Editorial Crítica, S. L.
Traducción:
Gonzalo G. Djembé
Edición:
2012
La
propuesta de hoy es una apasionante biografía de uno de los
principales personajes de la Alemania bajo el régimen nazi y de la
II Guerra Mundial, siendo sin embargo un tanto desconocido para el
gran público y eclipsado por otras figuras del régimen y leales a
Hitler. Porque la biografía nos presenta un retrato de un
representante de la minoría silenciosa alemana durante el régimen,
lo que en vísperas electorales era visto como una alternativa con un
Hitler que parecía que podría traer paz social en una Alemania que
como el resto de Europa sufría la lucha revolucionaria por un lado y
el ascenso del fascismo como alternativa a la democracia
parlamentaria liberal; al poco de llegar al poder se convirtió en un
régimen totalitario y asesino. Jefe de los servicios de información
de la Abwer, oficial de marina sin los estereotipos de los oficiales
de infantería, de hondas convicciones religiosas y ante todo alemán,
trató desde las sombras de procurar la caída del régimen. El autor
nos presenta un Canaris que por un lado ejercía eficazmente y creaba
un servicio de inteligencia eficaz en grado sumo y respetando normas
de caballerosidad. Pero también filtraba información a los aliados
para que las derrotas lograran que Alemania se librara del régimen
nazi y tratando de alzanzar la paz, al final del régimen los
jerarcas nazis pretendían utilizar sus conexiones para salir airosos
de la derrota y no rendir cuentas de sus crímenes. Tiene relación
con el orbe hispano, aprendiendo español en Chile y presencias en
España desde la Guerra Civil y a donde se `escapaba´ cuando era
posible, tanto por motivos profesionales de jefe de espías como a
título personal. Su relación de maestro-alumno con Heydricht y ver
cómo su pupilo se convierte en el principal protagonista del nazismo
y la lealtad a Hitler y su política racial...
Richard Bassett es catedrático de Derecho en la Universidad de Cambridge.
Trabajó como corresponsal para el Times
en Europa central y del
este durante los años ochenta y comienzos de los noventa, época en
la que cubrió el fin de la guerra fría a la vez que advertía sobre
la inminente desintegración de Yugoslavia. En la actualidad (2012)
trabaja en la City de Londres. Bassett está casado y es padre de dos
hijos, y aunque ha establecido su residencia en la capital inglesa,
pasa buena parte de su tiempo en otras ciudades europeas. Con El
enigma del almirante Canaris,
Basset rinde cuentas de su interés por la Segunda Guerra Mundial y
culmina varios años de investigaciones sobre la enigmática figura
de Wilhelm Canaris.
Datos
sacados de la contraportada y actualizados al año de edición aunque
en Internet podéis encontrar más información sobre el autor, sin
más dilación unas breves reseñas que os inciten a buscar un
ejemplar para su apasionante lectura...
Una
historia casi desconocida...
"La
historia de Canaris, por tanto, merece ser contada a un público más
numeroso. Su organización y sus oficiales no fueron un engranaje más
de la maquinaria bélica, sino que estuvieron en el centro mismo de
las relaciones clandestinas anglo-germanas del periodo de guerra; en
el centro de los muchos intentos -por obra de lo que Paul Schmidt, el
intérprete de Hitler, definió como hombres de bonne volonté- de
alcanzar un acuerdo de paz que pusiera fin a la situación de
violencia creciente y la dinámica de un conflicto mundial. Al mismo
tiempo, y como estaba legitimada a hacer, la organización de la
Abwehr combatía con éxito en la guerra contra los servicios de
inteligencia aliados: sembró una notable confusión y desinformación
entre los británicos, sobre todo en los preliminares del ataque a
Francia; y resultó particularmente eficaz e irresistible contra
Moscú, durante los preparativos de la Operación Barbarroja. Hitler
solía narrar con alegría que si el ataque contra Rusia se 1941
resultó tan efectivo en sus fases iniciales se debió, en parte, a
que en el momento de iniciar Barbarroja el alto mando conocía todos
y cada uno de los detalles del conjunto del orden de batalla de las
fuerzas soviéticas. Era mérito, única y exclusivamente, de la
Abwehr. Por si esto hubiera sido suficiente, la Abwehr también
asumió la función de proteger a los conspiradores antinazis; y como
además poseía la singularidad de ser la única organización
alemana exenta del crudo principio de las leyes de arialización del
Tercer Reich, pudo salvar a numerosos judíos. También veremos más
adelante que Canaris intervino para rescatar aotras muchas personas
de las patrullas de ejecución de la SS, tanto en la línea del
frente como en otras zonas."
Un
nuevo dirigente para una nueva Alemania...
"
Al principio, la Marina alemana se mostró escéptica respecto de
aquel hombre pequeño, con un mechón de pelo negro, bigote de
Chaplin y partidarios violentos vestidos con `aquellos uniformes
extraordinariamente marrones´, como los describió un oficial de la
armada. La estrategia del terror, las agresiones contra los judíos y
la ideología pagana no resultaban demasiado atractivas para los
oficiales como Canaris, de corazón monárquico y formados en la
Marina Imperial. Pero al mismo tiempo, su retórica anticomunista no
sonaba mal a quienes habían sufrido la traumática experiencia del
motín de Kiel. Además, con la astucia propia de un buen relaciones
públicas, Hitler visitó Wilhelmshaven y habló ante un público en
el que no escasearon los oficiales de paisano. La retórica, la
teatral entonación austríaca de su voz, las erres vibrantes y la
modulación histriónica, todo ello actuaba de un modo extrañamanete
persuasivo para aquella audiencia norgermana. Al día siguiente, el
capitán de navío Schroeder rompió la formación e invitó a Hitler
a subir a su crucero, el Colonia. Hitler sorprendió a su anfitrión
al formular preguntas con un grado inusual de detalles técnicos, de
modo que demostró saber más de la Marina alemana que cuantos
políticos con los que se había encontrado anteriormente. Al firmar
en el libro de visitas ratificó la buena impresión causada con las
siguientes palabras: `Con la esperanza de poder contribuir a la
reconstrucción de una flota digna del Reich´. En Vanaris también
causó una impresión positiva. Como otros muchos millones de
alemanes, vio en Hitler a un salvador, enemigo del bolchevismo del
que era a su vez enemigo acérrimo. El antisemitismo extremo, en
cambio, no atrajo a Canaris, como demuestra su intervención
posterior, con la que salvó a varios judíos; por otro lado, estaba
lejos de asemejarse a la tipología de la raza aria. Debemos
recordar, sin embargo, que su peor antagonista en el Reichstag había
sido el diputado Moses, y que la izquierda comunista aún era
concebida por la clase de los oficiales alemanes -con razón o sin
ella- como la reserva de los judíos bolcheviques. Fuera cual fuese
el posterior distanciamiento en relación con Hitler, en esa época
Canaris era un adepto y, como veremos, no dudaba en aproximarse a los
nazis apelando a sus prejuicios, incluido el del antisemitismo."
Propiciando
que Hitler y Franco no llegaran a un acuerdo en Hendaya...
"Como
ha anotado una persona muy cercana a estas conversaciones, `Canaris
no puso nada por escrito: no había telegramas, no había
anotaciones. Se limitó a informar a Martínez Campos, que a su vez
pasaba toda la información a Franco´. Canaris también había
sugerido a Martínez Campos que conservara las carreteras españolas
en malas condiciones, por que el SD empleaba su estado como barómetro
indicativo de la capacidad local de entrar en guerra. Canaris repitió
el mismo mensaje a Vigón, jefe de la inteligencia de Franco. Si el
caudillo perseveraba en exigir la artillería y el abastecimiento de
cereales, obligaría a Hitler a enseñar sus cartas. Sobre todo, como
Canaris repitió una y otra vez a Vigon, Franco debía tener muy
claro que `ningún soldado alemán llegara a poner el pie en
Inglaterra´. No es de extrañar que, como ha escrito un alemán, `la
posición de Franco en Hendaya estuvo totalmente influida por
Canaris´. Cuando Hitler mencionó una fecha de enero para que
Alemania y España tomaran conjuntamente Gibraltar, Franco respondió
con un nuevo discurso histórico muy detallado, sobre el derecho
exclusivo de España de reclamar Gibraltar y vengar así los siglos
de humillación. Según observó Schmidt, cuyanto más sereno, suave
y amable (aunque pertinaz) era el tono de Franco, más emotivos e
impacientes se tornaban los argumentos de Hitler. Al final, Hitler se
retiró, soltando la consabida exclamación de que habría sido
preferible una visita al dentista. Dejó que la negociación
continuara entre Ribbentrop y Serrano Súñer. Pero Ribbentrop, que
sufría una tremenda presión del Führer, no se comportó como
cabría esperar de un diplomático, sino más bien como un maestro
disgustado con su alumno: `Necesitamos un acuerdo escrito mañana por
la mañana a las ocho, como declaración conjunta. ¿Me entiende? ¡A
las ocho!´, le gritó a Serrano Súñer, como si lo estuviera
amonestando, para añadir con aire de importancia: `Yo debo estar en
Francia mañana, con Pétain´."
¿Hubo
conversaciones entre Canaris y emisarios británicos?...
"Es
difícil, desde luego, conjeturar de qué se habló en una reunión
que tal vez no llegó a celebrarse. Pero lo más probable, con casi
plena certeza, es que se hubiera centrado en la posibilidad de poner
fin durante 1943 a la guerra entre Alemania y Occidente. Canaris no
se forjaba ilusiones respecto del curso de la contienda: Alemania
estaba perdiendo, y él mismo se había obstinado en no creer otra
cosa desde el principio. La pregunta clave era: ¿Qué precio sería
el razonable para una conclusión rápida? Alguien que conoció bien
a Menzes comentó, en esta época: `Tenía la esperanza, como todos
nosotros, de que se podía terminar con la guerra´. Eso habría
requerido del apoyo británico a un gobierno alternativo a Hitler y,
por tanto, un trato con la oposición. Además, habría comportado un
frente común contra el ejército rojo, cuyo avance hacia Occidente
podría haber quedado detenido en Jarkov, no durante unas pocas
semanas, sino tal vez durante muchos años: toda la fuerza militar
de la Wehrmacht se centraría en el frente oriental y del punto
muerto resultante nacería inexorablemente un armisticio. Menzies y
Canaris, representantes de un orden más antiguo, también habrían
sentido una simpatía instintiva por cualquier medida que comportara
poner fin a la guerra antes de la extensión del comunismo en Europa.
Aparte de estos temas, es posible que se hubiese analizado igualmente
una cuestión que había ocupado repetidamente el pensamiento de
Canaris desde enero de 1938, cuando los científicos alemanes
anunciaron en Naturwissenschaft el descubrimiento de la fisión
nuclear y sus consecuencias: la construcción de un arma con una
inaudita capacidad de destrucción."
Pequeñas
pinceladas de una biografía que nos lleva a querer saber más de un
personaje enigmático como buen jefe de espías y atrapado entre sus
convicciones y la realidad de un régimen nazi asesino y
totalitarista. Es posible que cuando se desclasifiquen documentos se
pueda apreciar que Canaris buscó la paz y derribar la tiranía
hitleriana pero sus actos fueron ocultados y silenciados tras 1943
cuando los aliados acordaron la rendición incondicional de Alemania.
La mejor prueba de que Canaris fue un clavo en la bota nazi es que
cuando lo ejecutaron en la horca lo hicieran dos veces para que
saboreara el sabor de la muerte en la primera, lo cual era un trato
especial para enemigos especiales del partido nazi. Derriba el mito
del encuentro entre Franco y Hitler en Hendaya porque lejos del
talante negociador del dictador español, lo que tenía Franco era
información que Canaris hizo llegar para evitar la entrada de España
en la guerra. Lectura para amantes del espionaje, la historia bélica
y una buena biografía para despertar el interés de saber más del
almirante Canaris que se devora de un tirón. Lectura ideal para
estos tiempos populistas donde algunos escenarios son peligrosamente
familiares en la actualidad cambiando los nombres y los paises
protagonistas...
The
Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake
City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr.
IV
http://theadversiterchronicle.org
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