Debe de ser jodido el ser
militante de una causa, escuchar las turras y aplaudirlas, aupar
oradores a las poltronas del poder donde diseñan políticas basadas
en argumentos caducos y nula efectividad, para ver que al final la
causa se la pasan por el forro de los bemoles, y en sentido
literal...
La bragueta siempre ha
sido una de las ruedas que hacen girar el mundo y de momento no
cambiará en este nuevo siglo tan amenazante como los anteriores. Es
evidente que en todos los ámbitos de la vida el sexo está presente
para bien y para mal, sobre todo para las mujeres abarcando todos los
géneros. Antaño la cosa se arreglaba de puertas para adentro y los
acosadores sabían que la víctima guardaría silencio por miedo al
escándalo, porque la plebe debe callar cuando el poderoso es el
causante o simplemente la vida seguía ocultando todos lo que
ocurría...
Pues en la Era de la
revolución digital parece que la cosa no ha cambiado mucho, es
verdad que hay concienciación social, campañas informativas y se
educa en la igualdad. Lo malo es cuando la conciencia social se la
autoproclaman unos y unas cuando son tan mierdas como el resto de los
mortales, las campañas informativas esconden escamoteo de caudales
públicos y la educación es impartida por poco menos que fanáticos
que lejos de educar se dedican a abusar. Antes los asuntos de
bragueta incontinente se tapaban por la Iglesia por diversos motivos
pero siempre en nombre y en bien de la Cristiandad, ahora son las
formaciones políticas cuyos credos utópicos caducos se venden a la
plebe y se ocultan desde las poltronas del partido de turno, claro
que tampoco hay turno si el partido que enarbola las banderas y
vocifera turras concienciadoras es siempre el mismo nido de falsos
santos y santas, pese a que se supone que no creen en santos ni
santas...
La decadencia del
populismo es ya evidente en ambos extremos pese a que están en su
apogeo, pero el populismo no resiste la realidad cuando toca llevar a
la práctica lo que era atractiva teoría. Engañan durante un
tiempo, siempre ha sido así, para ser luego borrados por la realidad
a la que aspiran llegar, sembrando vientos, arrojando lloviznas que
se convierten en barros cuando tocan la dura realidad del suelo,
acabando en una guerra cuyo final siempre es una incógnita. El
pecado es que influyen en la vida cotidiana de las personas,
dividiendo y desprestigiando a quien opina lo contrario, pregonado lo
que luego derriban con sus actos motivados por la lascivia de la
superioridad del poder...
Al final, sólo son
violadores y cómplices, por guardar silencios, el resto por mucho
que se adorne de palabrería...
Y es que las bajas
pasiones no saben de banderas, credos e ideologías.
The
Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
http://theadversiterchronicle.org
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
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