Suplemento
viajero cutre de The Adversiter Chronicle
Viaje a la tienda de
electrodomésticos
El
viajero disfruta en el coche de San Fernando de la mañana soleada,
de un sol brillante que sin embargo no calienta a la misma altura, no
tan frío como días atrás, pero no sobra la parka aunque
desabrochada, sin resultar pesada como se temía el viajero al mirar
la mañana por la ventana apurando el cafelito mañanero. Necesita el
viajero adquirir bolsas para su aspirador, compañero fiel de los que
sufren en silencio que sólo se le tenga en cuenta para tragar
mierda...
Siempre
que salía de casa, olvidaba el viajero reponer las bolsas, logrando
que en la última aspirada la bolsa puesta en el aspirador se
dilatara al máximo. No lo usa mucho, generalmente una vez a la
semana salvo que tenga visita infantil que requiere zafarrancho de
limpieza cuando se acaba la visita...
Mientras
camina, el viajero barrunta sobre el paso del tiempo, ha intentado
adquirir las bolsas por el barrio en una de esas tiendas que vende
desde cafeteras a recambios de mandos de televisión y todo tipo de
cosas para las que el viajero pensó que no existían recambios fuera del
circuito de proveedores y marcas oficiales. En esa búsqueda que
resultó infructuosa, casi frustrante piensa el viajero, tuvo
consciencia de que su fuel aspirador ya va camino de los once años,
algo que no le había ocurrido antes, el aspirador funciona a las mil
maravillas y los dos paquetes de bolsas aguantaron hasta ahora...
Así
que el viajero decide ir a la tienda de electrodomésticos donde
compró a su fiel aspirador. Es una tienda de electrodomésticos de
toda la vida, al menos de la vida del viajero que siempre la ha
situado en la vieja esquina, cambiando de estética pero regido por
las mismas personas que envejecen a cada rejuvenecimiento del local
debido a los avances en electrodomésticos de consumo. De esos
tenderos que atienden al cliente y le ofrecen lo que busca, le
orientan en lo que se necesita y encuentran la forma de que el
cliente salga satisfecho, sin importar si se compra o no porque sale
informado de la tienda y la tienda logra un cliente porque volverá...
En la
tienda el viajero es atendido por el tendero de hace casi once años
que le hace ver que el aspirador se ha quedado obsoleto, en el
sentido de que ahora los aspiradores son sin bolsa al módico precio
de unos 50€ mientras que los recambios de bolsa salen a 12€ y,
por tanto, la aspiradora sin bolsa, repanocha del momento en el
mundillo de las aspiradoras domésticas piensa el viajero mientras
escucha al tendero, se amortiza en un pispás. Sigue el tendero su
verborrea ilustrativa y el viajero barrunta para sus adentros que si
el recambio de bolsas le ha durado camino de once años y que la
aspiradora funciona fetén, los doce aurelios salen más rentables
que la aspiradora sin bolsa...
El
viajero decide salir raudo sin dar el cante cuando el tendero se
disponía a iniciar un recorrido por los modelos de aspiradoras sin
bolsa expuestas en la tienda, y aunque el viajero se pone ñoño al
ver que el tendero sigue igual que siempre, no piensa gastar medio
centenar de aurelios en una repanocha de aspiradora sin bolsa, su
viejo y leal aspirador hace su faena sin atragantarse y a las mil
maravillas y tampoco apetece una gira guiada por los modelos
expuestos y que no piensa adquirir. Decide que lo más sensato es
seguir el consejo del tendero y sacar una foto púdica de los bajos
del viejo y leal aspirador de bolsa donde figura el modelo y referencia, a ver si hay fortuna y aún
quedan existencias de bolsas de aspirador para él...
El
viajero enciende un cigarrillo, observa el cielo azul, la gente
humana en su trajín diario, reconfortado de ver al tendero siempre
atento y amable, comportamiento inmutable que no logra alejar la pena
que le embarga al pensar que ya no tengan existencias para su modelo
de fiel y leal aspirador...
El viajero decide
emprender una ruta de regreso distinta ya que...
Pero
ése, ya es otro viaje.
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