Son
tiempos digitales y surgen nuevos horizontes laborales y
empresariales. Entrevistamos a Onorato Clavola, emprendedor de la
cosa digital que ha presentado en sociedad el prototipo de un cajero
digital que, cito textualmente al folleto, paliará las penurias de
usuarios de cajeros automáticos que no se adaptan a la era digital
ofreciendo un servicio que es además una labor social de integración
de colectivos en precariedad laboral. Para la realización del
prototipo, Onorato ha logrado financiación de hasta cuatro
administraciones diferentes incluyendo fondos europeos...
-¿Cómo surge la idea?
¿Sensibilidad ante el abuso de la banca con sus clientes?
-La
cosa empezó por culpa de los toros. Concretamente ante la situación
actual donde los festejos taurinos son prohibidos, suspendidos o
sencillamente desaparecen de la programación festiva. En ese momento
me encontraba en paro y viendo la problemática, pues me surgió la
ocurrencia de cómo ayudar al colectivo de enanos que trabajan en los
festejos taurinos. Lo del cajero fue sencillo y simplemente creé una
interfaz con calidez humana, trato exquisito y hasta de charla
mientras el usuario u usuaria ajenos a las cosas digitales realiza su
operación. Pero fueron los toros quienes me dieron la idea
barruntando, como ya dije, sobre los enanos taurinos.
-¿Pero
qué problema hay con el enanismo y qué tiene qué ver con los
cajeros automáticos, ein?
-¡Ahí
voy! ¡Ahí voy! ¡No hay ningún problema con los enanos salvo los
que la propia sociedad crea! Mire usted, con el tema de la crisis no
se llega a imaginar el número de señores bajitos que usurpan
empleos a los enanos, ni se imagina, oiga. El personal enano es
fundamental en el proyecto de mi cajero digital y alma de la empresa,
sin ellos la cosa no funciona. El cajero en sí tiene el logro de dar
un servicio humanizado. Es muy agradable que metas la tarjeta de
turno y en lugar de una pantalla con un menú lioso y liante te
salgan un par de manos amigas, sentir el tacto de otros dedos, saber
que la máquina lo hace todo. Es el futuro y las subvenciones por
contratar enanos son jugosas, si me permite decirlo. Estoy ensayando
un nuevo prototipo donde hacen falta dos enanos, con lo cual se
aumenta la plantilla y se da más trabajo al colectivo. Y siento
mucho si le parezco cruel con lo que voy a decirle, me parte el alma
pero mi prototipo y proyecto se basa en el factor humano enano y debo
rechazar a los señores bajitos cuyas características anatómicas no
se ajustan al diseño del cajero y el receptáculo donde se pone al
enano.
-¡Me
está diciendo que mete a enanos en un cajero!
-¡Le
hablo del futuro que ya es presente! ¡Le hablo de un concepto
innovador y vanguardista en cuanto al trato humano de los cajeros
automáticos! ¡Le hablo de justicia social! ¡Le hablo de la
integración laboral de un colectivo marginado laboralmente! ¡Le
hablo, en definitiva, de futuro de prosperidad! Usted sólo ve un
negrero del siglo XXI que explota personal laboral con enanismo, no
le culpo de pensar así, no le culpo. Pero deje que le diga una cosa,
mi prototipo funciona, el enano está contento con su trabajo, la
masa usuaria del cajero automático feliz del trato humano y usted me
viene con moralinas de maltrato a los enanos. ¡Maltrato es prohibir
los toros en nombre del animalismo jodiendo al enanismo su trabajo
laboral que es arte, puro arte!
-¡Y
si le pone unos orificios para los pies, puede llevarse el trabajo a
casa!
The
Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
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