The Adversiter Chronicle

sábado, 15 de enero de 2022

"TELEMIERDA INC.", suplemento televisivo cutre

Suplemento televisivo cutre de The Adversiter Chronicle

Julián Muñoz: “No es la hora de la venganza, es la hora de la verdad”

Parece que se afianza la producción de las llamadas docuseries, una entrega por capítulos donde el personaje de turno se sienta y se sincera relatando escabrosos detalles del pasado que perduran en el presente. En esta ocasión el protagonista es un famoso chorizo de Marbella, el inefable del Julián Muñoz que primero fue compinche y luego aprendiz de brujo a la sombra del viejo galápago para los chanchullos de grandes cifras que fue el no menos inefable del Jesús Gil. La primera entrega se centraba en su pasado sentimental con la artista Isabel Pantoja, un personaje imprescindible que da de cobrar exclusivas y colaboraciones a un montón de personajes y personajillos televisivos de su entorno, pasado y presente, donde la primera piedra la tiró el ceporro televisivo de su hijo y donde Julián Muñoz se sube al carro de largar sobre la artista a rebufo de las polémicas que la acompañan, precisamente, desde que se enrolló con el Muñoz...

Hay que reconocer que el primer acierto de la docuserie ha sido que el maestro de ceremonias sea Joaquín Prat y no el insoportable del Jorge Javier. Lejos del divismo fingido, que luego resulta real, del segundo, Joaquín Prat aporta una visión periodística que sirve de soporte a preguntas que nos hacemos la audiencia, sin estridencias ni interrupciones salpicadas de cuchufletas, risas tontas o salidas de tono dictatoriales. Joaquín Prat es un presentador, entrevistador y periodista que aporta sensatez cuando algún colaborador se va por peteneras, se pone a contar batallitas fuera de lugar o simplemente tira la piedra o esconde la mano. Ha sido refrescante su presencia al timón y es uno de los alicientes y guinda a un pastel donde se ha trabajado la documentación y una realización soberbia a la hora de intercalar testimonios, imágenes de archivo y documentación que refresca la memoria.

Y luego está el protagonista, de presencia demacrada y casi grotesca. Rostro atormentado y recuerdos ya rememorados pero que vistos en su orden temporal y con su testimonio cobran fuerza. Se le puede creer o no creer, ambos fueron juzgados y sentenciados, a veces da la sensación de que trata de redimirse por el dolor causado a su familia por su soberbia de chorizo con impunidad, de mando garrulo enfrentándose a la prensa, de ruedas de prensa mintiendo y negando la realidad. Resulta tragicómico recordar su rueda de prensa negando el rollo con la Pantoja y su esposa al lado que ponía cara de haba para ocultar que sabía lo de la cornamenta y que su esposo estaba mintiendo como el bellaco que era, políticamente hablando. Julián Muñoz sabe que es culpable de muchas más cosas que las que la Justicia juzgó. Son esas cosas que suceden en la familia, que afectan a los hijos y que con el paso del tiempo acuden a la memoria antes de dormir o después de despertarse...

Felicitar a la productora tanto por el producto televisivo como en el aspecto técnico, soberbio el presentador que le augura un prometedor futuro para ser maestro de ceremonias de docuseries y llevar la parte en plató. De las colaboraciones, pues hay de todo un poco y siempre personajes que han tenido relación con la tonadillera y vivieron en primera persona aquellos años de reyes del mambo, enseñar los dientes, hacer el canelo con la prensa y, por parte de Julián Muñoz, destrozar a su entorno familiar directo. Que al final resuma aquellos días en que estaba embrujado por la artista es sencillamente patético y retrata al personaje; contar la primera vez que tuvieron sexo y demás detalles que siempre despiertan morbo, es en realidad otro clavo en ese ataúd que tratan de hacer a Isabel Pantoja con su hijo de maestro carpintero. Julián Muñoz sólo aprovecha la circunstancia para hacerse unos dineros, contar su verdad con la serenidad, y la desmemoria, que dan los años transcurridos y, objetivo real, reconciliarse con los suyos antes de estirar la pata...
Y es que cuanto más ascienden, más ruido hacen al caer.

The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
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