Suplemento
literato cutre de The Adversiter
Chronicle
Autor:
Andrei Sajarov
Editorial:
Círculo de Lectores, S. A.
Traducción:
María Elena Aparicio
Aldazábal
Edición:
1992
La propuesta de hoy es uno de esos libros que cobran
actualidad décadas después de su publicación y el fallecimiento
del autor. Nada menos que las memorias del padre de la bomba H
soviética, ciudadano privilegiado del sistema comunista por su labor
de físico, héroe de la URSS que hasta disponía de coche oficial,
convencido de que la bomba H era necesaria para que Rusia estuviera
en paridad con EEUU en la disuasión nuclear y que, trabajando en las
consecuencias de la explosión de la bomba de hidrógeno en la
atmósfera para los seres humanos, se percata de que la disuasión
nuclear debe ser sustituida por el diálogo sincero de las dos
superpotencias de la Guerra Fría. También abrió los ojos al
realidad de la sociedad bajo el régimen comunista con su propaganda
y ausencia de acceso a noticias del exterior, con presos políticos y
la presión que sufrieron tanto él como su familia por parte del
KGB. Un hombre cuyos pensamientos lograron romper la barrera del
adoctrinamiento desde la infancia del régimen soviético y que tuvo
el valor de afrontar sus convencimientos respecto a la guerra nuclear
y las reformas que reclamaba la disidencia en el sistema comunista...
Fallecido en 1989 sin llegar a ver la desintegración
total de la URSS, su voz resulta recomendable ahora que el presidente
de Rusia retoma el camino de sacar músculo militar para buscar su
seguridad en el mundo. Lejos del futuro que soñó, donde la
diplomacia y el intercambio cultural y de ideas haría avanzar a la
Humanidad, seguramente quedaría perplejo ante la actual
proliferación nuclear que se utiliza no como disuasión de una
guerra atómica, los países desarrollan bombas nucleares anunciando
que serán utilizadas. Y podría no creer que un miembro del KGB sea
quien rige los destinos de Rusia, que se sigue eliminando a los
oponentes y reprimiendo a quienes protestan. A continuación unas
breves reseñas que os inciten a su lectura:
La URSS...
“Nunca
había oído a mi padre criticar el régimen tan directamente. Pero
en una ocasión, en 1950, denunció a Stalin con tal vehemencia que
mi madre temió por su vida. Tal vez es que hasta entonces mi padre
se había aguantado las ganas de expresar sus verdaderos sentimientos
por mí; puede que estuviese preocupado de que al comprender muchas
cosas demasiado pronto me fuese difícil sobrevivir en este mundo. Su
negativa a revelar sus ideas, incluso a su propio hijo, puede
constituir uno de los hechos más significativos de la época. Pero
la condena indirecta que mi padre hacía del régimen salía
continuamente a la superficie de una forma u otra. Por otra parte, el
tío Iván discutía de política y economía con menos problemas, o
por lo menos eso recuerdo. (Mis conocimientos sobre estos temas
dependen en gran medida de las conversaciones que mantuve con mi
padre en los últimos años de su vida, y tal vez mi memoria se haya
visto influenciada por mis puntos de vista actuales). El tío Iván
consideraba que el sistema socialista era un instrumento eficaz para
consolidar el poder, pero que da muy pocas satisfacciones a las
necesidades humanas. Todavía tengo en la cabeza uno de sus dichos:
En el capitalismo, el vendedor va en pos del comprador y esto hace
que los dos trabajen mejor; pero en el socialismo, el comprador anda
detrás del vendedor y ninguno de los dos tiene tiempo para trabajar.
No cabe duda de que sólo es un aforismo, pero refleja cierta
verdad.”
La prueba de 1955...
“En
esta ocasión, después de haber leído el Libro Negro de los
norteamericanos, no me
puse las gafas oscuras: si te las quitas después de la explosión, los ojos necesitan tiempo para acostumbrarse al resplandor; si te las dejas puestas no puedes ver mucho a través de los cristales oscuros. Así pues, me puse de espaldas al campo cero y me di la vuelta rápidamente cuando el edificio y el cielo se iluminaron con el fogonazo. Vi cómo una cegadora esfera blanca y amarilla que crecía rápidamente, se tornaba anaranjada en una fracción de segundo; más tarde adquirió un tono rojo brillante y alcanzó el horizonte, aplastándose en su base. No pasó mucho tiempo antes de que todo se oscureciese debido a una gran nube de polvo de color gris azulado que formaba una especie de torbellino, en cuya superficie centelleaban aterradores destellos carmesíes. Entre la nube y el torbellino de polvo se formó una especie de pedicelo de un hongo, todavía más grueso que el que se formó durante la primera prueba termonuclear. Ondas de choque cruzaban el cielo en todas direcciones, emitiendo de vez en cuando unos conos blanco-lechosos y reforzando la imagen del hongo. Sentí un calor como cuando se abre un horno y el calor te da en la cara y esto ocurría con un tiempo helador y a decenas de kilómetros del campo cero. Todo este mágico espectáculo tuvo lugar en completo silencio. Pasaron varios minutos y luego, de repente, la onda de choque expansiva se echó encima de nosotros, aproximándose a toda velocidad, aplastando la hierba.”
puse las gafas oscuras: si te las quitas después de la explosión, los ojos necesitan tiempo para acostumbrarse al resplandor; si te las dejas puestas no puedes ver mucho a través de los cristales oscuros. Así pues, me puse de espaldas al campo cero y me di la vuelta rápidamente cuando el edificio y el cielo se iluminaron con el fogonazo. Vi cómo una cegadora esfera blanca y amarilla que crecía rápidamente, se tornaba anaranjada en una fracción de segundo; más tarde adquirió un tono rojo brillante y alcanzó el horizonte, aplastándose en su base. No pasó mucho tiempo antes de que todo se oscureciese debido a una gran nube de polvo de color gris azulado que formaba una especie de torbellino, en cuya superficie centelleaban aterradores destellos carmesíes. Entre la nube y el torbellino de polvo se formó una especie de pedicelo de un hongo, todavía más grueso que el que se formó durante la primera prueba termonuclear. Ondas de choque cruzaban el cielo en todas direcciones, emitiendo de vez en cuando unos conos blanco-lechosos y reforzando la imagen del hongo. Sentí un calor como cuando se abre un horno y el calor te da en la cara y esto ocurría con un tiempo helador y a decenas de kilómetros del campo cero. Todo este mágico espectáculo tuvo lugar en completo silencio. Pasaron varios minutos y luego, de repente, la onda de choque expansiva se echó encima de nosotros, aproximándose a toda velocidad, aplastando la hierba.”
Gestión soviética del lago Baikal...
“Las
malas lenguas dicen que Orlov había escogido el emplazamiento
simplemente señalando un punto en la ribera mientras navegaba en una
motora con sus amigotes. La construcción ya estaba en marcha cuando
los defensores del Baikal descubrieron que éste fue el punto preciso
en el que el famoso terremoto Verninski había provocado que el lago
se engullese treinta y cinco acres de terreno costero durante el
último siglo; era una región sísmicamente activa. Se enviaron
inmediatamente telegramas a Moscú, pero en lugar de cancelar el
proyecto, que era la única acción razonable, las autoridades
transfirieron la responsabilidad a un nuevo contratista, el ministro
de Construcción de Máquinas Medias. (Petrianov me preguntó con
sarcasmo: `¿Sabe quién está al mando del pelotón de ejecución
del Baikal? ¡El propio Slavski!´) Se prepararon nuevos palnos para
la construcción de edificios de varios pisos a base de aluminio y
vidrio con estructuras resistentes a los movimientos sísmicos
ancladas sobre soportes de acero. Era un milagro de la ingeniería,
pero aunque los costes de la construcción se habían disparado, los
edificios todavía son vulnerables a los grandes terremotos que se
habían producido en la zona una o dos veces cada siglo. Como
recompensa ¡el Ministro de Construcción de Máquinas Medias obtuvo
permiso para cortar madera en la reserva del Baikal!”
Cartas a un disidente en la URSS...
“Las
amenazas probablemente eran obra del KGB, mientras que las críticas
por acciones específicas mías podían ser cartas espontáneas
escritas por ciudadanos ofendidos y únicamente en casos
excepcionales pienso que fueran obra del KGB. Aquí, sin embargo,
quiero hablar de las cartas enviaban pidiéndome ayuda. Empezaron a
llegar poco después de fundar el Comité de Derechos Humanos en
noviembre de 1970, el mismo periodo en el que comenzaron a
presentarse desconocidos en mi casa. En los nueve años siguientes,
hasta mi exilio en Gorki, recibí cientos de cartas y de visitas,
cada una de ellas motivada por un grave problema que los organismos
soviéticos no podían o no querían solucionar. La gente venía a mí
desesperada; no obstante, desde el principio tuve muy claro que no
iba a poder ayudar a todos. Es difícil transmitir el dolor que me
causaban sus expectativas mal encaminadas; y lamentablemente, sin
saber cómo responder, desorganizado y preocupado en otras cuestiones
urgentes, con frecuencia elegía la salida más fácil: iba
retrasando la respuesta un día tras otro, una semana y otra, hasta
que finalmente la carta se perdía o no tenía sentido responderla.
Todavía me pesa sobre la conciencia.”
Expectativas de futuro...
“Al
igual que muchos de mis contemporáneos, he llegado al convencimiento
de que la seguridad y la paz internacionales no se pueden sostener a
menos que podamos asegurar la apertura de la sociedad, el respeto a
los derechos humanos y una convergencia definitiva de los dos
sistemas opuestos, socialismo y capitalismo. Di especial importancia
en mi artículo a la necesidad de reformas pluralistas en el mundo
socialista para terminar con el monopolio mantenido por el Partido y
el Estado sobre la economía, ideología y cultura. Necesitamos
`libertad de opinión; difusión libre de la información; control
del pueblo sobre la vida nacional, incluyendo decisiones que afecten
a la guerra y la paz; libertad de culto; libertad de movimiento;
libertad de asociación; y la liberalización incondicional de todos
los presos de conciencia de las cárceles y hospitales
psiquiátricos´. Creo que la mayoría de nuestros ciudadanos aceptan
el sistema soviético y su modo de vida, y no solamente porque la
mayoría de ellos carezca de oportunidades de comparar y elegir. Sin
tratar de idealizar en modo alguno la forma de vida de la URSS, uno
debe reconocer que el sistema soviético tiene a su favor unos
cuantos logros sustanciales. La convergencia y las reformas
pluralistas son, a mí modo de ver, vías para la libertad y
prosperidad de las gentes de las naciones socialistas, y para la paz
mundial. Soy un reformista convencido, opuesto por ,principio a la
revolución o contrarrevolución violenta; y todavía más a su
exportación. (A menudo encuentro difícil distinguir entre ellas.)”
Huelga de hambre como forma de protesta
“Al
contrario que en 1984, en esta ocasión alcancé un grado razonable
de coexistencia pacífica con el equipo de alimentación forzada, lo
que me permitió prolongar mi huelga de hambre indefinidamente.
Normalmente me resistía cuando comenzaba la alimentación, pero las
últimas cucharadas las comía voluntariamente (Estos eran los
momentos que la KGB filmaba con cámaras ocultas.) Cuando la dotación
del equipo de alimentación era de pocas personas, les advertía:
`Hoy no conseguirán que coma.´ Ponía la comida sobre la mesa y la
dejaban allí sin decir una palabra. Solía cubrirla con una
servilleta a fin de que no me molestara la visión de la comida y
soplándola fuera de la cuchara. Entonces aplicaban un separador que
me impedía cerrar la boca, pero me desollaba la piel de los
carrillos y me producía escoriaciones en las paredes bucales. Mis
`solícitos´ doctores me curaban las heridas con antiséptico. Mi
peso habitual era de alrededor de setenta y cinco kilos, pero para el
13 de agosto había bajado hasta los sesenta. Ese día comenzaron con
inyecciones subcutáneas(en ambos muslos) e intravenosa para
complementar la alimentación forzada. En agosto y septiembre me
aplicaron quince infusiones subcutáneas y diez intravenosas. Cada
alimentación subcutánea duraba varias horas y me producía una
dolorosa inflamación de las piernas que me dejaba incapaz de caminar
el resto de ese día y a veces tampoco podía hacerlo al día
siguiente.”
Memorias que cobran vigencia para comprender el sistema
ruso de un ciudadano soviético, socialista convencido de que el
socialismo podía evolucionar y que viendo la Rusia del presidente
Putin es como si los peores presagios de Sajarov se hubieran hecho
realidad con represión de la opinión pública, eliminación de los
contrarios al régimen y un expansionismo con exportación del
régimen sin respetar fronteras ni naciones soberanas. También una
muestra de lo que fue la URSS de la mano de un héroe de la misma y
creador de la bomba de hidrógeno que sufrió la represión total del
sistema soviético cuando se hizo disidente y defensor de los
derechos humanos. Lectura recomendable para comprender y tratar de
desentrañar parte de los interrogantes de que Europa se encuentre a
las puertas de un conflicto armado...
Sobrecogedor.
The
Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt
Lake City, Utah
Director
Editorial: Perry Morton Jr. IV
http://theadversiterchronicle.org
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