The Adversiter Chronicle

martes, 25 de enero de 2022

"Lomo con tapas", suplemento literato cutre

 Suplemento literato cutre de The Adversiter Chronicle

Libro:
Memorias
Autor: Andrei Sajarov
Editorial: Círculo de Lectores, S. A.
Traducción: María Elena Aparicio Aldazábal
Edición: 1992

La propuesta de hoy es uno de esos libros que cobran actualidad décadas después de su publicación y el fallecimiento del autor. Nada menos que las memorias del padre de la bomba H soviética, ciudadano privilegiado del sistema comunista por su labor de físico, héroe de la URSS que hasta disponía de coche oficial, convencido de que la bomba H era necesaria para que Rusia estuviera en paridad con EEUU en la disuasión nuclear y que, trabajando en las consecuencias de la explosión de la bomba de hidrógeno en la atmósfera para los seres humanos, se percata de que la disuasión nuclear debe ser sustituida por el diálogo sincero de las dos superpotencias de la Guerra Fría. También abrió los ojos al realidad de la sociedad bajo el régimen comunista con su propaganda y ausencia de acceso a noticias del exterior, con presos políticos y la presión que sufrieron tanto él como su familia por parte del KGB. Un hombre cuyos pensamientos lograron romper la barrera del adoctrinamiento desde la infancia del régimen soviético y que tuvo el valor de afrontar sus convencimientos respecto a la guerra nuclear y las reformas que reclamaba la disidencia en el sistema comunista...

Fallecido en 1989 sin llegar a ver la desintegración total de la URSS, su voz resulta recomendable ahora que el presidente de Rusia retoma el camino de sacar músculo militar para buscar su seguridad en el mundo. Lejos del futuro que soñó, donde la diplomacia y el intercambio cultural y de ideas haría avanzar a la Humanidad, seguramente quedaría perplejo ante la actual proliferación nuclear que se utiliza no como disuasión de una guerra atómica, los países desarrollan bombas nucleares anunciando que serán utilizadas. Y podría no creer que un miembro del KGB sea quien rige los destinos de Rusia, que se sigue eliminando a los oponentes y reprimiendo a quienes protestan. A continuación unas breves reseñas que os inciten a su lectura:

La URSS...
Nunca había oído a mi padre criticar el régimen tan directamente. Pero en una ocasión, en 1950, denunció a Stalin con tal vehemencia que mi madre temió por su vida. Tal vez es que hasta entonces mi padre se había aguantado las ganas de expresar sus verdaderos sentimientos por mí; puede que estuviese preocupado de que al comprender muchas cosas demasiado pronto me fuese difícil sobrevivir en este mundo. Su negativa a revelar sus ideas, incluso a su propio hijo, puede constituir uno de los hechos más significativos de la época. Pero la condena indirecta que mi padre hacía del régimen salía continuamente a la superficie de una forma u otra. Por otra parte, el tío Iván discutía de política y economía con menos problemas, o por lo menos eso recuerdo. (Mis conocimientos sobre estos temas dependen en gran medida de las conversaciones que mantuve con mi padre en los últimos años de su vida, y tal vez mi memoria se haya visto influenciada por mis puntos de vista actuales). El tío Iván consideraba que el sistema socialista era un instrumento eficaz para consolidar el poder, pero que da muy pocas satisfacciones a las necesidades humanas. Todavía tengo en la cabeza uno de sus dichos: En el capitalismo, el vendedor va en pos del comprador y esto hace que los dos trabajen mejor; pero en el socialismo, el comprador anda detrás del vendedor y ninguno de los dos tiene tiempo para trabajar. No cabe duda de que sólo es un aforismo, pero refleja cierta verdad.”

La prueba de 1955...
En esta ocasión, después de haber leído el Libro Negro de los norteamericanos, no me
puse las gafas oscuras: si te las quitas después de la explosión, los ojos necesitan tiempo para acostumbrarse al resplandor; si te las dejas puestas no puedes ver mucho a través de los cristales oscuros. Así pues, me puse de espaldas al campo cero y me di la vuelta rápidamente cuando el edificio y el cielo se iluminaron con el fogonazo. Vi cómo una cegadora esfera blanca y amarilla que crecía rápidamente, se tornaba anaranjada en una fracción de segundo; más tarde adquirió un tono rojo brillante y alcanzó el horizonte, aplastándose en su base. No pasó mucho tiempo antes de que todo se oscureciese debido a una gran nube de polvo de color gris azulado que formaba una especie de torbellino, en cuya superficie centelleaban aterradores destellos carmesíes. Entre la nube y el torbellino de polvo se formó una especie de pedicelo de un hongo, todavía más grueso que el que se formó durante la primera prueba termonuclear. Ondas de choque cruzaban el cielo en todas direcciones, emitiendo de vez en cuando unos conos blanco-lechosos y reforzando la imagen del hongo. Sentí un calor como cuando se abre un horno y el calor te da en la cara y esto ocurría con un tiempo helador y a decenas de kilómetros del campo cero. Todo este mágico espectáculo tuvo lugar en completo silencio. Pasaron varios minutos y luego, de repente, la onda de choque expansiva se echó encima de nosotros, aproximándose a toda velocidad, aplastando la hierba.”

Gestión soviética del lago Baikal...
Las malas lenguas dicen que Orlov había escogido el emplazamiento simplemente señalando un punto en la ribera mientras navegaba en una motora con sus amigotes. La construcción ya estaba en marcha cuando los defensores del Baikal descubrieron que éste fue el punto preciso en el que el famoso terremoto Verninski había provocado que el lago se engullese treinta y cinco acres de terreno costero durante el último siglo; era una región sísmicamente activa. Se enviaron inmediatamente telegramas a Moscú, pero en lugar de cancelar el proyecto, que era la única acción razonable, las autoridades transfirieron la responsabilidad a un nuevo contratista, el ministro de Construcción de Máquinas Medias. (Petrianov me preguntó con sarcasmo: `¿Sabe quién está al mando del pelotón de ejecución del Baikal? ¡El propio Slavski!´) Se prepararon nuevos palnos para la construcción de edificios de varios pisos a base de aluminio y vidrio con estructuras resistentes a los movimientos sísmicos ancladas sobre soportes de acero. Era un milagro de la ingeniería, pero aunque los costes de la construcción se habían disparado, los edificios todavía son vulnerables a los grandes terremotos que se habían producido en la zona una o dos veces cada siglo. Como recompensa ¡el Ministro de Construcción de Máquinas Medias obtuvo permiso para cortar madera en la reserva del Baikal!”

Cartas a un disidente en la URSS...
Las amenazas probablemente eran obra del KGB, mientras que las críticas por acciones específicas mías podían ser cartas espontáneas escritas por ciudadanos ofendidos y únicamente en casos excepcionales pienso que fueran obra del KGB. Aquí, sin embargo, quiero hablar de las cartas enviaban pidiéndome ayuda. Empezaron a llegar poco después de fundar el Comité de Derechos Humanos en noviembre de 1970, el mismo periodo en el que comenzaron a presentarse desconocidos en mi casa. En los nueve años siguientes, hasta mi exilio en Gorki, recibí cientos de cartas y de visitas, cada una de ellas motivada por un grave problema que los organismos soviéticos no podían o no querían solucionar. La gente venía a mí desesperada; no obstante, desde el principio tuve muy claro que no iba a poder ayudar a todos. Es difícil transmitir el dolor que me causaban sus expectativas mal encaminadas; y lamentablemente, sin saber cómo responder, desorganizado y preocupado en otras cuestiones urgentes, con frecuencia elegía la salida más fácil: iba retrasando la respuesta un día tras otro, una semana y otra, hasta que finalmente la carta se perdía o no tenía sentido responderla. Todavía me pesa sobre la conciencia.”

Expectativas de futuro...
Al igual que muchos de mis contemporáneos, he llegado al convencimiento de que la seguridad y la paz internacionales no se pueden sostener a menos que podamos asegurar la apertura de la sociedad, el respeto a los derechos humanos y una convergencia definitiva de los dos sistemas opuestos, socialismo y capitalismo. Di especial importancia en mi artículo a la necesidad de reformas pluralistas en el mundo socialista para terminar con el monopolio mantenido por el Partido y el Estado sobre la economía, ideología y cultura. Necesitamos `libertad de opinión; difusión libre de la información; control del pueblo sobre la vida nacional, incluyendo decisiones que afecten a la guerra y la paz; libertad de culto; libertad de movimiento; libertad de asociación; y la liberalización incondicional de todos los presos de conciencia de las cárceles y hospitales psiquiátricos´. Creo que la mayoría de nuestros ciudadanos aceptan el sistema soviético y su modo de vida, y no solamente porque la mayoría de ellos carezca de oportunidades de comparar y elegir. Sin tratar de idealizar en modo alguno la forma de vida de la URSS, uno debe reconocer que el sistema soviético tiene a su favor unos cuantos logros sustanciales. La convergencia y las reformas pluralistas son, a mí modo de ver, vías para la libertad y prosperidad de las gentes de las naciones socialistas, y para la paz mundial. Soy un reformista convencido, opuesto por ,principio a la revolución o contrarrevolución violenta; y todavía más a su exportación. (A menudo encuentro difícil distinguir entre ellas.)”

Huelga de hambre como forma de protesta
Al contrario que en 1984, en esta ocasión alcancé un grado razonable de coexistencia pacífica con el equipo de alimentación forzada, lo que me permitió prolongar mi huelga de hambre indefinidamente. Normalmente me resistía cuando comenzaba la alimentación, pero las últimas cucharadas las comía voluntariamente (Estos eran los momentos que la KGB filmaba con cámaras ocultas.) Cuando la dotación del equipo de alimentación era de pocas personas, les advertía: `Hoy no conseguirán que coma.´ Ponía la comida sobre la mesa y la dejaban allí sin decir una palabra. Solía cubrirla con una servilleta a fin de que no me molestara la visión de la comida y soplándola fuera de la cuchara. Entonces aplicaban un separador que me impedía cerrar la boca, pero me desollaba la piel de los carrillos y me producía escoriaciones en las paredes bucales. Mis `solícitos´ doctores me curaban las heridas con antiséptico. Mi peso habitual era de alrededor de setenta y cinco kilos, pero para el 13 de agosto había bajado hasta los sesenta. Ese día comenzaron con inyecciones subcutáneas(en ambos muslos) e intravenosa para complementar la alimentación forzada. En agosto y septiembre me aplicaron quince infusiones subcutáneas y diez intravenosas. Cada alimentación subcutánea duraba varias horas y me producía una dolorosa inflamación de las piernas que me dejaba incapaz de caminar el resto de ese día y a veces tampoco podía hacerlo al día siguiente.”

Memorias que cobran vigencia para comprender el sistema ruso de un ciudadano soviético, socialista convencido de que el socialismo podía evolucionar y que viendo la Rusia del presidente Putin es como si los peores presagios de Sajarov se hubieran hecho realidad con represión de la opinión pública, eliminación de los contrarios al régimen y un expansionismo con exportación del régimen sin respetar fronteras ni naciones soberanas. También una muestra de lo que fue la URSS de la mano de un héroe de la misma y creador de la bomba de hidrógeno que sufrió la represión total del sistema soviético cuando se hizo disidente y defensor de los derechos humanos. Lectura recomendable para comprender y tratar de desentrañar parte de los interrogantes de que Europa se encuentre a las puertas de un conflicto armado...
Sobrecogedor.

The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
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