The Adversiter Chronicle

jueves, 16 de septiembre de 2021

"Ni a pata ni alpargata y menos a La Alcarria", suplemento viajero cutre

Suplemento viajero cutre de The Adversiter Chronicle

Viaje al recuerdo de llevar la palma

Piensa el viajero en los versos del poeta que decían que si mirando hacia el mar es un buen lugar para irse a olvidar, el sofá del viajero es buen lugar para sentarse a recordar...
El viajero recuerda aquel domingo de ramos en que ir a llevar la palma, un par de buenos puros y una docena de mejores pasteles, al padrino y la madrina. El viajero sólo les veía una vez al año cuando en compañía de sus padres salía a las afueras nobles de la ciudad, ya terreno rústico, donde el padrino y la madrina tenían su casa, con amplios terrenos y todos los artilugios y utillaje para hacer sidra. Recuerda el viajero los grandes, por no decir enormes, toneles que siempre parecían grandes y enormes cada año pese a que el viajero se hacía también grande...
Para el viajero su padrino y madrina eran dos absolutos desconocidos. La gran casería que ahora el viajero veía algo vetusta y destartalada, había sido grande y productiva en los tiempos posteriores al fin de la guerra civil española, un mundo ajeno al pequeño que era el viajero entonces. Siempre había escuchado el viajero por estas fechas a su abuela que le contaba cómo entro de sirvienta siendo aún adolescente y cómo arrancaba minutos al sueño cuando le mandaban hacer camas y adecentar y dormitaba unos minutos. Siempre se refirió, hasta el día de su muerte, al padrino y la madrina del viajero como los amos. El niño que era el viajero, siempre le embargaba la emoción escuchando a su abuela y, desde que tuvo seseras, la emoción era una amarga ensoñación donde su abuela era una esclava y sus amos el padrino y la madrina...
Pero aquel año era especial para el viajero ya que por primera vez en su vida iba a ir solo a llevar la palma, los puros y los pasteles. Un hito en el crecimiento del viajero que ya era adolescente y quedaba lejano el niño que fue el viajero hasta entonces. Tampoco le llevarían e iría en un taxi donde entró el viajero nervioso cargado de los presentes...
Estaba nervioso el viajero cuando despidió al taxi y cruzó la entrada a la finca. Le extrañó no ver la algarabía de infancia y juventud, corrillos de los adultos, siempre pensó el viajero cuando era niño que debieron ser amos de muchas abuelas a juzgar por la muchedumbre de ahijados, ahijadas y sus adultos, más esclavas...
Otra historia le viene al recuerdo al viajero donde escuchaba como madrina había enviudado de su primer marido y se casó con el que era capataz, padrino del viajero. Siempre era encantador ese día con adultos y ahijados y ahijadas. La madrina era un ser distante y tenían una hija con minusvalía psíquica que siempre estaba en la cocina y al rebufo de la madre sonriendo tontamente o callando tontamente...
El viajero llama a la puerta y le abre la hija de su padrino y madrina. Le mira con sorpresa y le invita a pasar, llega a la cocina y ve a su madrina sentada, triste y mirando los pasteles y los puros. El viajero soltó las palabras que había barruntado en el taxi y estampó dos besos en las mejillas de su madrina que le miró fijamente y le comunica al viajero que habían enterrado al padrino el jueves pasado...
El viajero se ríe regresando al presente cuando recuerda cómo quería que se abriera un agujero en la cocina que le tragase y le sacara de la cocina. El viajero vuelve a pedir un taxi de regreso con la palma y los puros, no le pareció oportuno llevarse los pasteles, mientras pensaba que se habían acabado los viajes a llevar la palma y recibir el bollo. También recuerda a su madre cuando llegó a casa y le contó lo sucedido, la cara de sorpresa y ver que no se habían enterado de la defunción del padrino...
El viajero finaliza el viaje al recuerdo sin nostalgia, disfrutando de lo bailado sin nadie que se lo quite, se levanta y piensa que es hora de tomarse un cafelito para...
Pero ése, ya es otro viaje.

The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
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