The Adversiter Chronicle

miércoles, 22 de septiembre de 2021

"Lomo con tapas", suplemento literato cutre

Suplemento literato cutre de The Adversiter Chronicle

Libro:
Crónicas de la América profunda
Autor: Joe Bageant
Editorial: Los libros del lince, s.l.
Traducción: Pablo Manzano Migliozzi
Edición: Mayo de 2008

Aún tenemos frescas en la memoria las imágenes del asalto al Congreso de los EEUU por una horda de furibundos y armados seguidores y votantes del advenedizo del Donald Trump al final de su mandato. Todavía nos preguntamos como alguien cómo Trump fue votado para presidente de la nación referente para las democracias del mundo y que obtuviera ochenta millones de votos en las últimas elecciones. Todavía estamos asombrados de ver a Donal Trump presidente fotografiarse con una Biblia ante una iglesia y apoyado por distintas congregaciones cristianas que daban gracias a Dios por tener a Donald Trump de presidente. Y todavía imaginamos a un grupo de palurdos bebedores de cerveza, amantes de las armas de fuego y trazas de tramperos como sus votantes. La propuesta de hoy es un libro donde el autor toma de referencia su localidad natal en tierras de Virginia y a sus vecinos cuando regresa tras una vida fuera de allí. Sin piedad, Joe Bageant nos muestra con el saber de quien forma parte pero pudo salir un fresco de la clase obrera blanca estadounidense atrapados en un círculo vicioso por las grandes fortunas del partido republicano, el Sistema, la televisión y el fundamentalismo cristiano expansionista que, al igual que el fundamentalismo musulmán, busca implantar un orden basado en un texto religioso tergiversado, la Biblia en este caso...

Joe Bageant, fallecido en 2011, trabajó treinta años de su vida como redactor de mesa en el Oeste hasta que un día decidió regresar al barrio pobre de Winchester (Virginia) donde había nacido y escribir una primera crónica contando las tristes vidas de sus vecinos, la gente que había ido con él al instituto. Mandó el texto por e-mail y, de la noche a la mañana, se convirtió en uno de los blogueros más leídos de su país. “Soy, indudablemente, un producto de internet”, dice, aunque aquella primera vez no sabía ni qué debía hacer para proponer a alguien que colgara un documento en una web. La publicación de su primer libro en Estados Unidos fue apoteósica: en dos semanas había agotado 30.000 ejemplares. La crítica y los escritores norteamericanos han saludado su obra con admiración.

Datos sacados de la contraportada y actualizados al año de edición, aunque el escritor falleció en 2011. Y sin más, unas breves reseñas que os animen a su apasionante lectura:

Obreros blancos y pobres...

El desarrollo intelectual y vital de esta gente, la de los currantes más jodidos, no sólo se ve entorpecido por la estrechez mental provinciana de la sociedad en la que han nacido. Son seres predestinados a convertirse en siervos y permanecer toda la vida así por la existencia de una red local de familias adineradas, gente de la banca y la construcción, abogados y empresarios, a los que les va muy bien por tener mano de obra barata, incondicional y obediente, capaz de pagar alquileres elevados y costosas facturas médicas. Esa élite social realiza una importante inversión en el cultivo de estas fuerzas de trabajo a base de no invertir en absoluto (¡a eso se le llama sacar dinero de la nada!) en educación y calidad de vida, salvo en las suyas propias. Lugares como Winchester son, tal como ellos dicen, `paraísos del inversor´. Lo cual se traduce en que son ciudades con impuestos bajos, pocas o nulas normativas locales, ningún movimiento sindical y una cámara de comercio dispuesta como una manada de putas a dar la bienvenida a cualquier nueva industria contaminante de ácido para baterías a cuyos empleados les esté prohibido la afiliación sindical. `¡La contaminación me la suda, tío! Vamos a vender unos terrenitos, amigo. ¡Vamos a trapichear con bienes raíces, que es lo que mola!´. Grandes constructores, agentes inmobiliarios, abogados..., todo el mundo se lleva su tajada del pastel, todos excepto los mediocres y gilipollas palurdos no sindicados, que serán contratados con sueldos míseros en esa fantástica nueva fábrica de humos contaminantes.”

El exterior, un mundo desconocido...

Para la mayoría de los trabajadores que viven aquí, el mundo exterior, es decir, todo lo que se encuentra más allá del Royal Lunch, de Rubbermaid o de Winchester, Virginia, es una fantasía, algo que carece de existencia real. Claro que hay quien decide viajar a Orlando, o a Branson, Misuri, o a la Pensilvania holandesa, pero si te pasas los días aletargado por un trabajo repetitivo y por las noches te espera la tarea de cambiar los neumáticos del coche, reparar la instalación eléctrica de tu casa, llevarle a tu anciana madre una carga de leña -como hizo Tom al día siguiente de nuestra conversación-, o recuperarte de dicho trabajo tumbándote en el sofá contemplando el recibo de los últimos gastos realizados con tus tarjetas de crédito, ¿de dónde vas a sacar el tiempo y los medios necesarios para pensar en las consecuencias del calentamiento global? Eres como un muerto viviente, así que un par de noches a la semana te dejas caer por el Royal Lunch y riegas con cerveza tu masa gris inerte. Recuerdo que hace algún tiempo vi a una multitud reunida en un bar que miraba atentamente y en absoluto silencio un canal de televisión donde salían unos afganos jugando al polo con una cabra decapitada. Si aquellos no eran muertos vivientes, a saber qué eran.”

Una casa en propiedad, que es una caravana en realidad...

En la mayor parte de los casos el comprador no puede escoger a su depredador. A quien entra en un establecimiento comercial, pongamos por caso la Earl, Fabricación y Venta de Casas Móviles, nadie le dejará salir por la misma puerta para que vaya a otro sitio a comparar ofertas. Y ésa es una de aquellas cosas que nunca fallan. Los vendedores tienen unas cuantas tácticas para desalentar la comparación de precios y productos para colocar el suyo. Por ejemplo, aunque la comprobación bancaria del crédito que tiene un comprador potencial le cuesta al vendedor unos pocos dólares, siempre le carga al cliente un importe de veinticinco dólares o más a cuenta de dicha comprobación o de `gastos de solicitud´. Me han dicho que en ocasiones los gastos de solicitud alcanzan los 150 dólares. Por lo general a esto hay que añadir un depósito de entre 300 y 400 dólares que uno debe pagar antes de que lo dejen salir, y así consiguen atar al cliente a esa `atractiva casa prefabricada multiespacio´. Los fabricantes y vendedores cuentan maravillas de lo mucho que han mejorado las casas modulares, y no dejan de resaltar lo bonitas que son y el hecho de que no tienen nada que ver con las caravanas, pero sin embargo siguen siendo cajas de madera laminada que se transportan sobre ruedas rumbo al terreno en el que finalmente van a ser montadas, como ocurre con cualquier caravana.”

Cristianismo fundamentalista...

La religión fundamentalista nos exige gratitud por todo lo que Dios nos ha concedido. De modo que esta gente está más que agradecida de ganar apenas tres dólares por encima del salario mínimo: `Al fin y al cabo, ¿no estamos mejor de lo que estaban nuestros padres?´. Quizá, si no fuera porque la mayoría de sus padres contaban con seguro médico y se las apañaban sin que hubieran de trabajar los dos miembros de la pareja. Pero, claro, ellos tienen más `cosas´ de las que llegaron a poseer sus padres. Así pagan por un par de zapatillas de marca para sus hijos ,más de los que sus padres pagaban por la comida de un mes. Como la cifra de las nóminas ha ido creciendo con los años, su casa está repleta de chismes, y con eso les basta para creer que nadan en la abundancia y que tienen el deber de sentirse agradecidos, pese a que alguna que otra vez no les queda más remedio que comprar la comida con tarjeta de crédito. Porque en la India la gente pasa hambre, ¿no? De acuerdo: a juzgar por los traseros descomunales que ocupan los bancos de la iglesia, aquí nadie pasa hambre. Dios provee Big Macs y bollería industrial para todos. Son un montón de cosas por las que tenemos que dar las gracias. Pero por encima de todo debemos estar agradecidos por formar parte de esta iglesia. Hay que reconocer que, a diferencia de las escuelas públicas o los centros cívicos, la iglesia fundamentalista es una de las estructuras sociales que todavía funcionan en América y donde todo el mundo es bienvenido, rico o pobre, bueno o malo. Si echan un vistazo a los fieles que acuden a todas estas iglesias verán que no son en absoluto malas personas, sólo trabajadores cuya vida interior fue aniquilada a golpes hacia finales del siglo XX. Forman parte del resurgimiento global del fundamentalismo que empezó a producirse cuando el materialismo se elevó triunfante después de la era de la Ilustración. (¡Pobre y querida Ilustración! ¡Qué poco duró! Sólo faltaron para liquidarla del todo dos guerras mundiales, Verdún, Dresde y Auschwitz, los gulags, las armas nucleares y ahora el inminente desastre ecológico.) Dos generaciones consecutivas de ciudadanos que se criaron en escuelas cristianas en medio de la hostilidad tenaz y el miedo avivados por la guerra fría. ¿Acaso debe sorprendernos que se vean tan seducidos por el anuncio del Apocalipsis? Todos y cada uno de ellos se asoman a la ventana en sus hogares y lo que ven coincide con lo que les enseñaron: se aproxima el fin del mundo.”

Asistencia médica...

No son miedos injustificados. Les diré que, al igual que la mayor parte de los hospitales regionales de esta clase en el corazón del país, el Winchester Medical Center es el mayor generador de bancarrotas de nuestra zona. En estados Unidos las facturas médicas son la principal causa de quiebra personal para la gente que carece de seguro de salud. La mitad de los no asegurados debe dinero a los hospitales, y en un momento u otro un tercio de ellos acaban siendo perseguidos por las agencias de cobros, que no dudan un segundo en demandarlos incluso por una suma de apenas cien dólares. En 2005, un estudio de la Universidad de Harvard reveló que el cincuenta por ciento de los expedientes de quiebra personal eran consecuencia total o parcial de los desembolsos para gastos médicos, y esto supone un incremento del 2.200 por ciento desde 1981. La deuda media de los individuos que tienen que pagar a los médicos de su propio bolsillo y que han terminado declarándose insolventes es de 12.000 dólares. En Estados Unidos cada treinta segundos alguien se declara en bancarrota como consecuencia de un problema de salud grave.”

Una visión de una parte de la sociedad de EEUU que eligió a alguien como Donald Trump para presidente y cuyas consecuencias globales nos afectan a todos. Un libro donde el tiempo ha dado la razón no a un visionario, a un miembro de la clase trabajadora blanca que pudo salir del círculo vicioso para ver mundo y darse cuenta de la explotación sin redención a la que está condenada la clase obrera blanca y pobre que lejos del glamour del consumismo son los nuevos siervos del sistema capitalista en EEUU y cuyos fundamentos encuentran ecos en los populismos de derechas de todo el mundo civilizado. Imprescindible para comprender y entender los derroteros políticos en EEUU que permitió a Donald Trump ser presidente y que les empujo a tomar al asalto el templo de la democracia convencidos de su patriotismo y estar bendecidos por Dios en sus acciones cuando en realidad son carne de cañón obrera y voto inducido por los mismos que les empujan a la servidumbre.

The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
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