The Adversiter Chronicle

sábado, 4 de septiembre de 2021

Menú de septiembre para que la cartera no tiemble

Con la colaboración del profesor T. A. Rambaina 
en exclusiva para The Adversiter Chronicle

Tradicionalmente es en el mes de enero cuando se habla de la famosa cuesta de ídem, ese tiempo tras las navidades donde los gastos en fastos, farras y regalos navideños que da paso a encarar el año ajustando los gastos. Pero la cuesta de septiembre, si bien menos popular en el habla sí que es tan cruel y fatigosa como la cuesta de enero. Gastos ineludibles con la vuelta al cole y a lo que se suma el disparado y casi disparatado precio de la luz que sangra negocios y domicilios particulares. Como siempre es norma de la sección trataremos de que la gastronomía doméstica sea una ayuda para encarar los gastos de la, no por ello menos conocida, cuesta de septiembre...


-¿Por qué hablamos de cuesta de enero y poco de la cuesta de septiembre, ein
-Cuestión de psique, simple cuestión de psique. En enero estamos en el primer mes del año, con esa perspectiva gloriosa de pensamientos de enmienda, se trazan planes de gastar menos y quitar lorzas pese a que llegamos al verano igual de empufados y en ocasiones con más lorzas. En septiembre es distinto, cambio de hora en lontananza, menos horas de luz y ese diciembre que ya se palpa de manera progresiva, a lo cual ayuda que haya turrones y demás delicias navideñas cada vez antes. Pero si se mira fríamente, los gastos de veraneo y de verano superan con creces los de las farras y fastos navideños. Si queremos consumir y pagar servicios es necesario racionalizar el menú de septiembre de tal forma que si bien no se ahorra pues tampoco se disparan los gastos.

-Bien, pues pasemos al alimento base durante septiembre...

-Básicamente es aprovechar la serie que publicamos sobre “Menús críticos para una crisis”. Es inevitable el clásico de los ganchitos, alimento no valorado en toda su valía pero que nos sacia, es económico y en cierta forma nos devuelve a tiempos pasados de juventud y alegría de vivir que nos haga olvidar el presente unos instantes. Se acaban comiendo ganchitos de forma compulsiva, pero son tan económicos en sus formatos que podemos adquirir de diez a quince bolsas y tenemos alimento base para todo el mes de septiembre.

-¿De segundo?

-Se tira de ofertas de pack de marca blanca de atún en aceite de girasol. Una lata cada dos días aporta los beneficios del pescado y se apoya la industria conservera. Regado con un tintorro de oferta, a dos vasos por ingesta, garantiza que la saciedad queda eclipsada por esa dulce modorra que da el tintorro y que logra cuando despertemos de la misma que se tenga la sensación de haber comido un buen cocido peleón. Un bote de espárragos debidamente racionado nos da para tres comidas a la semana, o en la cena con las naturales propiedades del espárrago en la cena, obviando el efecto glutamato, por supuesto. Unos guisantes de lata o champiñones laminados nos dan un complemento perfecto al ingrediente principal, que al ser todo de laterío barato como que se complementan los sabores. Por menos de diez aurelios podemos tener comida para una quincena sin falta de nutrientes como ocurre con dietas tan de moda.

-¿Y de postre?

-¡Por supuesto el yogurtado de 500 gramos! Puede combinarse con laterío de piña o melocotón dando una alegre presencia al plato de postre. Pueden aderezarse unos gusanitos, puede comerse como única ingesta diaria y se pierden lorzas. El yogurtado es ideal para cuando entra el hambre saciarse y comprando para consumir dos al día durante septiembre nos sale más barato que pasar el aspirador en horas cristianas y no de madrugada. Mire, o se ahorra en comida o se cortan gastos que consideramos imprescindibles por superfluos que sean en realidad. Lo que no puede ser es vivir disfrutando de servicios de pago y pretender comer como un pachá. Gusanitos, laterío de oferta, yogurtados y gorronear pinchos en los locales de hostelería habituales, es la mejor receta para la cuesta de septiembre y no llegar deprimidos a las navidades. Por no hablar de las ventajas intestinales de dar descanso a las tripas de farras y fastos, ya sean veraniegos o navideños.

-Y se ahora en vitro eléctrica o fogón de gas, oiga.


The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
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